𝗔𝗴𝗮𝘁𝗵𝗮 𝗦𝗶𝗹𝘃𝗲𝗿
El jardín de la casa de mi abuelo estaba lleno de personas. Había música que daba un ambiente bastante veraniego a lo que ayudaba el sonido del mar, el cual estaba frente a la propiedad.
Era la fiesta de celebración del lanzamiento de la app de Cheyenne, la "compañera de viaje" de mi abuelo.
Me encontraba sentada en uno de los sofás que había en ese espacio mientras que observaba el mar. Me encantaba el sonido de las olas cuando se rompían en la orilla. Me causaba paz y siempre había estado cuando lo necesitaba, lógicamente.
En todas las peleas con mi padre. Todas las discusiones. Todas las veces que había sentido que me perdía a mí misma o que me odiaba. Siempre estaba ahí, para llevarse mi tristeza con las olas y ahogarlas en el fondo de este.
Por eso amaba el mar.
—Hey, Agatha—escuché la voz de mi abuelo, sentándose a mi lado—. ¿Qué pasa?
—Nada—le sonreí.
—¿Quieres comer algo? Están trayendo mucha comida—mencionó—. Puedes coger lo que quieras y de beber igual. Ya sabes que no pasa nada si coges una copa de vino o champán, pero solo una.
Asentí.
—Tengo una, de hecho—levanté mi copa mirándolo, divertida.
—Vale—dijo—. Si te aburres mucho puedes subirte a la habitación en Un rato.
—Estoy bien.
Me gustaría apoyar tanto a mi abuelo como a Cheyenne en eso.
La mirada de mi abuelo se desvió tras de mí antes de levantarse.
—Ay, ay, ay, Carla—dijo yendo junto a una de las camareras, a la cual se le habían caído algunas cosas—. Ya te ayudo...
Tomó la bandeja para dejarla en una de las mesas pero, de un momento a otro, la mirada de mi abuelo se congeló.
No pude ver a qué o quién miraba ya que la casa me lo impedía, peor enseguida fue Cheyenne a intercambiar unas palabras, también.
Terminaron sentándose en unos sofás junto a otro señor que rondaría la edad del abuelo.
Me acerqué para cotillear un poco. Quería saber quién era ese y por qué mi abuelo había reaccionado así.
—Oh, hola, Agatha—me saludó Cheyenne al notar mi presencia—. Mira este es John, un amigo de tu abuelo. John, ella es Agatha, la nieta de Terrance.
—Hola—dije.
Él me sonrió.
—Así que tu legado continúa... Terrance—mencionó ese tal John.
Mi abuelo no contestó y yo me senté a su lado.
—¿Un aperitivo?—cuestionó Cheyenne alzando uno de los platos de la mesa para que cogiéramos—. Es una brocheta de tofu vegana. Totalmente orgánica. Con salsa de cilantro y anacardos. Está exquisita.
Tomé una de ellas, aún no sabía muy bien qué era el tofu, pero tenía buena pinta.
—No, gracias. No... no tengo hambre—respondió John con una mueca.
—¿Terrance y tú os conocéis desde hace mucho?—cuestionó Cheyenne.
—Desde hace cincuenta años—respondió. Abrí mis ojos sorprendida, mi abuelo nunca me había hablado sobre él—. Fue en Vietnam. Fuerzas especiales.
—Nunca dijiste nada sobre el ejército—mencioné mirando a mi familiar.
—No hay mucho que contar—respondió mi abuelo mirando a John.
—Exacto, no mucho—concordó su amigo para luego mirar al hombre a su lado—. ¿Qué pasa, amigo? ¿Qué me has visto.
—Tiene la mandíbula como los Habsburgo—mencionó el pelirrojo—. Nunca había visto una tan perfecta.
John rió para luego mirar a mi abuelo.
—Qué amigos tan majos te has echado, Terrance—comentó.
—Terrance tuvo el detalle de presentar el lanzamiento de mi app de mindfulness—informó Cheyenne—. Por desgracia, en las escuelas fuera de Los Ángeles no enseñan mindfulness, y se me ocurrió crear una aplicación con la que niños de sitios como Ohio pudieran aprender por sí mismos.
—Seguro que a los niños les encanta—opinó John—. Terrance y yo tenemos experiencia enseñando a niños con artes marciales.
Vale, eso tampoco lo sabía. Quiero decir, lo del kárate sí, pero no que había tenido un dojo con ese señor.
—¡Es verdad!—dijo Cheyenne—. Una vez me dijiste algo sobre un equipo de kárate. ¿Cómo se llamaba...? ¿Los víboras?
—Cobra Kai—dijo mi abuelo.
Me gusta el nombre.
—¡Ay! ¡Qué adorable!—exclamó el pelirrojo—. No sabía que pasaste una etapa de kárate.
—El kárate no es una etapa—dijo John—. Es una forma de vida. Puedes dejarlo una etapa, pero él nunca te deja a ti.
[...]
La fiesta había terminado y el silencio al fin reinaba la casa hasta que fue interrumpido por el sonido de algo rompiéndose. El ruido venía de la bodega.
Bajé los escalones con el ceño fruncido pudiendo ver a mi abuelo mirando uno de los cuadros que había allí, estaba manchado de vino.
—¿Qué haces?—le pregunté.
Él pareció salir de su trance.
—Ven, defiéndete—dijo mientras se ponía en posición de combate.
—Romperemos algo—advertí, acercándome.
—¿Qué más da? Lo pago yo—respondió.
Me lanzó un golpe el cual paré para después yo lanzarle unas cuantas patadas que él esquivó agilmente.
—Muy bien, aún recuerdas los movimientos—felicitó mientras esquivaba.
—Obviamente.
Logró tomarme y estamparme contra la parte de manera no muy fuerte.
—Pero aún te falta para ganarme—sonrió burlón.
—Ya, claro—dije apartándome—. Por cierto, Cheyenne te espera. No tardes en subir.
—Claro, ahora voy—respondió.
09•05•2024¡Nueva historia! A ver qué os parece, espero que os guste.
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𝗦𝗶𝗹𝘃𝗲𝗿'𝘀 𝗽𝗮𝘄𝗻
FanfictionLa nieta de Silver vuelve al valle junto a su abuelo uniéndose al dojo Cobra Kai. Al principio a ella le resulta divertido, pero deja de serlo cuando las órdenes de Silver son cada vez más estrictas. #1 en Sam LaRusso 07•07•2024