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𝗔𝗴𝗮𝘁𝗵𝗮 𝗦𝗶𝗹𝘃𝗲𝗿

Los senseis nos estaban metiendo caña con el campeonato. Sobre todo mi abuelo, me hacía entrenar en cuanto tenía algo de tiempo libre: el en dojo, después del entrenamiento mientras que el hablaba con Kreese, en casa...

Era agotador.

En ese momento, algunos del dojo entrenabamos con las nuevas máquinas que había en el dojo.

—¿Qué te traes con Robby?—me preguntó Tory mientras trabajaba en la bicicleta estática a mi lado.

—Nada, la verdad—respondí.

—Ya, pues para ser nada os he visto besandoos varias ocasiones en la última semana—me miró, divertida.

—Ya... pero no es nada oficial ni eso... solo nos besamos—comenté—. Ni siquiera hemos hablado de ello como tal.

—¿Te gustaría que te pidiera salir?— cuestionó.

—No sé... A ver, él a mí me gusta bastante pero nos conocemos desde hace dos meses y medio—respondí—. Lo de tener algo oficial igual es un poco precipitado.

—Ya, bueno, el tiempo aclarará tus dudas y las que él tenga también—mencionó.

Asentí.

—Por el momento me centraré en el torneo, debemos ganar—comenté.

—Lo haremos—aseguró la rubia con una sonrisa.

[...]

El dojo ya estaba vacío de alumnos. Robby y yo practicábamos en el tatami del dojo principal.

Le lancé un golpe y lo detuvo para después moverse rápidamente hacia el otro lado.

Me lanzó una patada pero me agaché esquivándola para después tomar su brazo, aprovechando que había tratado de golpearme, para así tirarlo al suelo dejándolo tumbado.

Me senté sobre su estómago, reténiendolo.

Él me miró con una sonrisa.

—¿Sabes? Cada día me creo menos que llegases a la final el año pasado—mencioné—. Debes concentrarte, apenas quedan unos días para el torneo.

—Es tu culpa, me desconcentras—respondió, divertido—. Suerte que no tendré que pelear contigo.

—Además de verdad—contesté—. No durarías ni un minuto, por lo que has demostrado.

—La verdad es que no—admitió para después levantar su abdomen y girarme dejándome en el suelo con él encima—. O igual sí.

Sonrió con superioridad.

》Tienes que concentrarte más, Silver.

Lo miré entrecerrando los ojos antes de que él se agacharse para besarme. Apoyé mis manos en su pecho para después bajarlas un poco hacia sus abdominales. La camisa de entrenamiento del dojo era tan fina que podía notarios perfectamente. De alguna manera, me hacía querer quitarla.

Pero se me olvidaba que estaba en el dojo, aunque no tardé en recordarlo al escuchar a alguien carraspear.

Empujé a Robby, rápidamente, hacia un lado para después incorporarme quedando sentada. Mi abuelo estaba ahí.

—Estábamos... practicando—mencioné con la respiración entrecortada—... ¡Para el torneo!

—Ya—dijo mi abuelo—. Venga, nos vamos a casa.

Asentí mientras me levantaba para ir a por mis zapatillas y mi bolsa.

Salí del local junto a mi abuelo para ir al coche en silencio.

—¿Estáis saliendo?—me preguntó mientras comenzabamos a conducir..

—Aún no—respondí.

—Aún no, pero lo haréis, ¿no?—cuestionó.

—Am... no lo sé—contesté—... ¿Supongo?

Él asintió en silencio mientras que su vista continuaba en la carretera.

—Que no te distraiga—dijo.

Lo miré en silencio a la vez que una notificación en mi móvil sonaba.

Robby: Es de mala educación irte sin despedirte. ¿Así me piensas conquistar?

Robby: Imagino que ya sabes que me tienes loco y que por eso puedes irte así.

Robby: Que sepas que voy a ir a tu casa para despedirme como es debido. Merezco unos cuantos besos.

Sonreí hacia el móvil.

Agatha: ¿Qué querías que hiciera? Mi abuelo estaba delante.

Robby: Me debes una.

Agatha: Está bien.

—Que no te distraiga—repitió mi abuelo—. Te quiero centrada en el torneo. Este torneo es importante para el dojo, no puedes echarlo a perder por un chico.

—Vale.

20•05•2024

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𝗦𝗶𝗹𝘃𝗲𝗿'𝘀 𝗽𝗮𝘄𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora