Jungkook me llevaba por todo el pasillo agarrada de la muñeca arrastrando. Como era de esperarse, Hoseok no salió atrás de nosotros y eso lo agradecía, no quería que el problema se hiciera aún más grande de lo que Jungkook lo estaba haciendo.
Tenía mis ojos llorosos. Estaba enojada, estaba triste, tenía muchas emociones que me era imposible controlar en ese mismo instante y menos teniendo a Jungkook con su semblante enojado y jalándome por un pasillo. No quería gritar, no quería reclamar, no quería hablar. Solo quería irme de ese lugar y olvidarme de todo esto.
Finalmente Jungkook y yo llegamos a su habitación. Me adentro hacia el cuarto mientras el cerraba su puerta.
— ¿Me vas a explicar que hacías con Hoseok? — dijo Jungkook mientras se ponía enfrente de la cama, donde yo estaba sentada mirando hacia el lado izquierdo, donde estaba aquel ventanal.
No contesté, no quería ni siquiera cruzar una palabra con él. ¿Por qué actuaba así si para él todo fue un juego?
— ¿No vas a contestar? — insistió Jungkook mirándome.
Seguí sin contestar, seguí mirando aquel ventanal deseando escapar de todo.
— Bien. No contestes. Tendré que castigarte por acostarte con mi amigo — dijo Jungkook mientras fue a ponerle seguro a la puerta.
Voltee a verlo atónita. ¿Castigarme? ¿De qué carajos hablaba?
— Ahora si me volteas a ver — dijo Jungkook con una sonrisa irónica — ¿quieres que te castigue, eh?
— N-no sé de qué hablas. Y y-yo no me acosté con Hoseok — estaba nerviosa.
— Ja. Claro, entonces, ¿estaban jugando a lavarse la ropa? — dijo Jungkook rodando los ojos riendo. Riendo con esa maldita sonrisa irónica.
— N-no, pero no nos acostamos.
— Pero estaban a punto de hacerlo, Haerin. Si no llegaba yo, te hubieras acostado con él. ¿Por qué? ¿Por qué después de estar conmigo?
— Porque se dieron las cosas — dije susurrando. No quería pelear.
— Perfecto — dijo Jungkook cerrando los ojos desahogando su enojo — voltéate.
— ¿Eh? — dije mientras lo volteaba a ver con un signo de interrogación en mi cara.
— Te estoy ordenando que te voltees — dijo Jungkook.
Yo permanecí atónita en mi lugar.
— Bien — dijo Jungkook mientras se acercaba a mí — tendré que castigarte aún más por no hacerme caso — Jungkook me agarró de mis hombros, me aventó a la cama y me giró quedando boca abajo.
— ¿Q-qué estás haciendo? — dije mientras intentaba levantarme de la cama.
— Ah, no. Tú de aquí no te mueves — dijo Jungkook mientras me regresaba hacia la cama — Haerin, Haerin, Haerin. ¿No dijiste que no estarías con alguien más que no fuera yo? — me dió una nalgada.
Así que eso era el castigo.
— T-tú dijiste que...— otra nalgada.
— Tienes prohibido hablar — dijo Jungkook mientras se acercaba a mi oído — ¿quedó claro, bonita?
Y ahí sentí todo el olor a alcohol. Él había estado tomando, y no parecía que fuera una o dos copas. Y creo que ahora comprendía su actitud, está tomado y por eso está haciendo todo este show.
— J-jungkook, es mejor... — otra nalgada más fuerte que las anteriores.
— Entiende. No puedes hablar — ahora Jungkook se había posicionado arriba de mí de una forma en la que empezó a tocar la orilla de mi falda. Sentí sus dedos rozar con mi cintura y eso hizo que me estremeciera. Sus manos calientes rozando mi piel hacía que me transportara a otro lugar.