Jungkook se separó de mí mientras sonreía. Su bonita sonrisa y sus ojos con el destello más grande que todas las estrellas juntas. Esa combinación perfecta hacía que perdiera toda la cabeza.
Pero eso no era todo, era toda la perfección. No solo la combinación de sus ojos con su sonrisa era mi perdición. La forma en la que podía tener un equilibrio entre lo sensual y lo tierno era todo lo que mi cuerpo necesitaba para perder completa cordura.— Bonita, me vuelves loco — mencionó mientras pasaba mi cabello atrás de mi oreja con su mano — todo de ti me vuelve completamente loco.
— No hables — dije mientras bajaba la mirada un poco sonrojada ante su confesión.
— ¿Segura que no quieres que hable? — preguntó frunciendo sus cejas con una sonrisa.
— Sí, segura
— Bien, no hablaremos. Pero si podemos gritar.
Me cargó y puse mis piernas entre su cintura. Me condujo hacia la mesa que tenía el cuarto. Era frente al gran ventanal con una gran vista. Me puso sobre la mesa mientras me besaba. Me besaba de una forma que yo sabía jamás iba a volver a tener a menos que fuera él, me daba sentimientos y momentos que jamás había experimentado.
— ¿No crees que hacerlo aquí sería más divertido? — dijo mientras se separaba de mí con una sonrisa.
— Tendremos que probar cada rincón para ver dónde es más divertido — dije mientras lo tomaba por el cuello y lo acercaba más a mí.
— Me parece bien, Hae — contestó Jungkook mientras volvía a unir nuestros labios.
Jungkook dejó de besarme un momento solo para pasar sus besos hacia mi cuello, dejaba pequeños y largos besos en esa zona mientras tomaba mi cintura con una fuerza inexplicable. De pronto, sentí su lengua pasar por mi cuello y no pude evitar soltar un pequeño jadeo.
— Todavía no empezamos, amor — dijo en mi cuello mientras lo sentía con su caliente aliento sobre mí.
Amor, amor, amor. Esa palabra retumbaba en mi cabeza una y otra vez. ¿Había escuchado bien? Me perdí en mis pensamientos pensando en si realmente había oído ese apodo cuando de pronto sentí que mi playera ya no estaba en mí, únicamente quedaba mi sostén, mi falda y mis bragas.
Sentí como sus labios bajaron hacia mis pechos y sus manos recorrieron mi espalda hasta quedar en el broche de mi sostén y desaparecerlo por completo. Empezó a chupar cada rincón de esa área, no podía más y empecé a jadear más.
— Me encanta todo de ti — confesó mientras chupaba mi pezon y volteaba a verme. Esos ojos. Esos malditos ojos.
Se separó de mí y bajo mi falda junto con mis bragas. Estaba totalmente dispuesta a él. Jungkook comenzó a quitarse su ropa hasta quedar sin nada al igual que yo.
— Te haré mía una vez más, Haerin — me dijo mientras acercaba mi pecho con el suyo — no te darán ganas de volver a estar con alguien más, amor.
— No quiero estar con nadie más que no seas tú — confesé mientras lo veía a los ojos.
— Eso espero, porque te quiero solo para mí — me dejó un pequeño beso en mis labios — ¿estás lista?
— Lo estoy para ti siempre
De pronto sentí como su miembro rozaba con mi entrada. Estaba jugando, rozando ambas partes. Esto era una maldita pesadilla.
— Jungkook. Mételo todo. Ya. — hablé mientras mi voz se entrecortaba ante la excitación.
— No estoy seguro de que realmente lo quieras
— MIERDA, JUNGKOOK. FÓLLAME. — grité desesperada, únicamente sentía su miembro en mi entrada y yo ya estaba palpitando.
— ¿Qué te qué?
— QUE ME FOLL... — grité una vez más pero no me dejó terminar aquella oración porque metió todo su miembro en mí.
— M-mierda, avísame — gemí
Nuestros cuerpos se encontraban chocando una y otra vez. Sonidos que indicaban que ambos estábamos realmente mojados y disfrutando de nuestro momento.
Él gruñía, yo gemía. Éramos uno solo.— Me encanta. No pares, Kook — gemí mientras me sostenía de su espalda con mi cabeza en su hombro.
— No lo haré, amor. Te haré sentir el cielo.
Jungkook continuó con sus movimientos, yo sentía que estaba a punto de venirme y de pronto ya no solo era su miembro en mi zona, si no su mano mientras frotaba por fuera para poder alcanzar más rápido el orgasmo.
— J-jungkook. Ahhh. Ya voy a llegar.
— Hazlo, Hae. Hazlo. Quiero grabarme este momento en mi mente.
Y de pronto, llegue al orgasmo y el también.
Jungkook me cargo y me llevo a la cama mientras me cobijaba con la manta blanca que había ahí.
Él se acostó a mi lado mientras pasaba su brazo rodeando mis hombros y me acercaba más a él.— ¿Estás cansada? — preguntó mientras recargaba su rostro en el mío.
— Un poco. Estuvo bien.
— ¿Bien? Eso fue increíble. — dijo con un tono indignado mientras se levantaba a verme la cara con una media sonrisa.
— Realmente lo fue. No me expliqué bien.
— Eso espero, Hae. De verdad, no entiendo que me hiciste. — dijo Jungkook mientras volvía a recargarse en mi, pero ahora en mi hombro y mientras pasaba su brazo por mi cintura.
— ¿De qué? — dije mientras acariciaba su pelo.
— ¿Por qué estoy sintiendo esto por ti? No creo que esto sea lo correcto — me confesó.
¿Era momento de decirme eso? ¿Por qué ahora me sentía como una completa patética? ¿Por qué no decirme lo que sentía desde un principio? ¿Se arrepentía de todo lo que había pasado?