— ¿C-cómo? — dije parándome — ¿e-estás bromeando?
— Siéntate — dijo Jungkook mientras sorbía su nariz.
Sin duda alguna tenía muchos sentimientos encontrados. Me encontraba en una situación que jamás esperaba estar, y es que, desde que estábamos juntos nunca pensé en terminar lo que teníamos, trataba de evitarlo a toda costa y ahora nos encontrábamos en esta misma situación que buscaba alejar de cualquier forma.
No quería acabar con lo que sea que tuviéramos. Yo sé que todo sucedió de manera tóxica y de una forma poco usual pero había generado cierta dependencia en Jungkook y dolía pensar que todo se había acabado aquí por errores que cometimos ambos en lugar de tratar arreglar las cosas.
Después de un rato en silencio. Hablé.
— ¿Tú quieres acabar todo? — pregunté mientras me volteaba a verlo.
— Hae, te amo — dijo mientras cerraba sus ojos con fuerza.
— ¿¡ENTONCES POR QUÉ ME ESTÁS ALEJANDO DE TI?! — dije mientras me volvía a parar.
— Hae — dijo mientras se paraba y me apretaba junto a su cuerpo, quería separarlo pero lo hizo con tanta fuerza que no me quedó de otra que rendirme en sus brazos.
— ¿P-por qué, Jungkook? — sollocé — yo te amo también. No me alejes de ti, por favor.
— Hae. De verdad, te amo con toda mi alma — dijo mientras me alejaba y me tomaba de la cara con ambas manos — pero ambos nos hemos hecho tanto daño. Si nos amamos, ¿por qué nos dañamos? Porque no estábamos listos para amar, bonita. Nos enfocamos tanto en no dañarnos a nosotros mismos que nos dañamos el uno al otro.
— Pero podemos remediarlo, podemos buscar la manera de luchar y sacar esto adelante — dije mientras lo veía a los ojos, sus ojos estaban apagados. Sabía que esta situación le dolía de igual forma que a mí.
— Linda, sé que hay esa solución, y eso es terminar lo que comenzamos de forma inmadura para poder comenzar con algo que ambos estemos seguros.
— P-pero tú pronto te vas y no sé cuando vas a volver — dije sollozando y aferrándome a su pecho.
No había manera en la que en toda mi vida me haya sentido tan sofocada ante una situación. Sentía que ni siquiera podía respirar, no podía controlar mis sollozos. Era una situación que me costabas afrontar. Jamás había pasado por una ruptura amorosa, esta era la primera vez que me sucedía, y era con Jungkook. La persona que me inspiró desde el primer momento en que lo ví, la persona que más amé en toda mi vida. Estaba rompiendo lazos con la persona que más amo y de la que estoy más aferrada incluso antes de conocerlo en persona. ¿Cómo se suponía iba a afrontar el verlo en redes sociales, anuncios, en la calle? ¿Cómo? Para él era fácil, pues, yo no era famosa. ¿Pero yo?
— Si realmente estábamos destinados a estar, estaremos en un futuro. Donde ambos estemos de acuerdo en continuar esta relación y llevarla lo más tranquila posible. Sin dañarnos.
— ¿Y cómo se que vas a esperarme? — dije aferrándome más a su pecho.
— ¿Confías en mí? — dijo mientras dejaba un beso en mi cabeza.
— C-claro.
— Entonces volveré a ti, cuando menos lo esperes bonita, porque te amo — dijo mientras sentía lágrimas rodar por sus mejillas.
— No quiero que te vayas — dije agarrándolo de la cara con ambas manos.
— Ni yo quiero irme pero es lo más sano para los dos — me beso en la frente.
— ¿Puedo darte un último beso? — dije mientras limpiaba sus lágrimas.
— No tienes que preguntar — dijo mientras acercaba su rostro con el mío — te amo, amor. Te amaré siempre aún así kilómetros no separen. Volveré por ti.
Y así fue como unimos nuestros labios en un tierno beso, que parecía no tener fin. Jungkook agarró con su mano derecha mi cachete derecho. Sentía el amor más grande recorrer ambos cuerpos, tanto amor y tristeza en dos cuerpos unidos mediante un gran beso. Movíamos nuestros labios al mismo tiempo sin la sensación de acabar esto.
— Te amo, Hae. De verdad, lo hago. No quiero que te confundas y pienses que me alejo porque no lo hago. Te amo y es por eso que me alejo.
— Entiendo, Kook. Te amo, con mucha fuerza. Esperare por ti el tiempo que sea necesario para amarte con intensidad.
Y así fue como esa noche, fue la noche más larga de mi vida. Me fui a mi cuarto y no sabía cuando iba a volver a verlo. Lo único que sabía es que esa noche y las demás noches iba a caer profundamente en mis sueños para lograr ver si ahí si estábamos juntos, y evitar pensarlo cada día que pasaba. Porque cada día, era una tortura para mi corazón.
