STERK VS MAFIA +21

En discordia

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Actualidad Nueva York.

El despacho de Stiles estaba impregnado de tensión cuando Bron entró por la puerta. Stiles lo observa con cautela, su mente maquinando posibles escenarios mientras una orden cruda brotaba de sus labios.

— Stiles, necesito hablar contigo. — La voz grave de Bron cortó el aire, y Stiles sintió un escalofrío recorrer su espalda.

El corazón de Stiles dio un vuelco, anticipando lo que estaba por venir. Bron nunca apareció en su despacho a menos que fuera algo importante. Respiró hondo, preparándose para lo peor.

—Derek, sal de aquí. Ahora. — Stiles no quería que Derek estuviera presente en esta conversación. No quería exponerlo a más problemas de los necesarios.

Derek se acercó con seriedad y se retiró sin decir una palabra, dejando a Stiles solo con Bron. La presencia del jefe solo aumentó la sensación de urgencia en la habitación.

— Hay un velorio improvisado en la parte trasera del jardín — anunció Bron, su voz grave resonando en el espacio silencioso.

Stiles frunció el ceño, su mente trabajando a toda velocidad para procesar la información. — Estoy siendo demasiado solidario al permitirle a sus compañeros hacer eso — respondió, su tono denotando su preocupación por mantener el orden y la disciplina dentro del equipo.

— ¿Qué fue lo que sucedió? — preguntó Bron, sus ojos escudriñando el rostro de Stiles en busca de respuestas.

Stiles inhaló profundamente, preparándose para lo que iba a decir a continuación. — ¿Tu hija no te dijo? — respondió con una leve insinuación de sorpresa en su tono.

Bronió frunció el ceño, su expresión revelando su confusión. — Sí, así como me dijo algo importante... — admitió, su voz cargada de preocupación. — Está embarazada.

Stiles se quedó helado, el mundo pareciendo detenerse a su alrededor. — Tiene que ser de ese imbécil, es una lástima. No lo conocerá. — Su tono era amargo, cargado de desilusión y frustración.

— Según sus cuentas, es tuyo — soltó Bron, su voz más fría que antes, esperando ver cómo reaccionaba Stiles.

— ¿Cómo le vas a creer? Me mintió desde quién sabe cuándo. — Stiles estaba furioso, su voz temblaba debido al esfuerzo que ponía para no subir el tono.

Bron lo miró fijamente, con una seriedad que parecía inquebrantable, aunque con un matiz de comprensión en sus ojos. — Como haya sido, no dejaré que deshonren a Neera — sentenció.

— Ella se deshonró solita, Bron. ¿Qué quieres que haga? — Stiles no podía evitar el destello de frustración en su tono. — ¿El aplauso? ¿La llevo de paseo? ¡Me pasó a su estúpido amante por la cara!

El silencio que siguió fue peso, cargado de la furia contenida de ambos hombres. Bron entendía la ira de Stiles, compartía su sentimiento de traición, pero también estaba lidiando con el hecho de que era su hija quien estaba en el centro de todo.

Horas más tarde , la tormenta emocional que había arrasado a Stiles aún no lo había soltado. Se encaminó hacia las habitaciones, su mente revuelta mientras las sombras de la noche lo envolvían. No tocó la puerta de la habitación de Neera, simplemente la empujó para encontrarse con la figura abatida de su prometida en medio de la penumbra.

Neera estaba acurrucada en la cama, el rostro marcado por el rastro de lágrimas secas. Parecía haber llorado todo el día. Stiles cerró la puerta tras de sí, caminando despacio hasta quedar frente a ella.