STERK VS MAFIA +21

La celebración.

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El ambiente estaba cargado de tensión, y aunque la atmósfera era cuidadosamente mantenida con una elegancia que bordeaba lo exquisito, todos sabían que las apariencias no durarían mucho. La llegada de los hermanos Umbrales marcaba el comienzo de algo más grande, algo inevitable. Nueva York, siempre bulliciosa, ahora contuvo su aliento, consciente de que este encuentro entre linajes no solo afectaría a los presentes, sino al tejido mismo de la ciudad.

—Los Umbrales están aquí —murmuró Derek en voz baja, apenas perceptible, mientras sus ojos seguían cada movimiento de los recién llegados.

Karlo, firme y calculador como siempre, estaba a su lado. Su presencia era un recordatorio constante de que este no era un simple encuentro de cortesía. Cada gesto, cada palabra, cada mirada contaba.

—Te dije que te centraras en Eva —repitió Karlo con una frialdad que no admitía réplica, sin apartar la vista de los hermanos Umbrales—. Este no es tu lugar para discutir ni pensar. Solo obedece.

Derek presionó la mandíbula, sintiendo el peso de las palabras de Karlo, el control que ejercía sobre él. A pesar de su desagrado por recibir órdenes.  Sabía que no era solo una tarea sencilla; Acompañarla era tanto un honor como un deber.

Eva, de pie a su lado, emanaba una seguridad serena, pero sus ojos traicionaban un leve destello de ansiedad. Sabía que cualquier error en esta reunión podría ser fatal, y aunque tenía plena confianza en sus habilidades, la magnitud del momento no escapaba de su comprensión.

Stiles, por su parte, estaba en el centro del salón, rodeado por su guardia personal. A su derecha se encontraba Neera, quien mantenía la mirada fija en los hermanos Umbrales, con una postura elegante pero alerta, lista para cualquier eventualidad. A la izquierda de Stiles, se encontraban Bron y Lorna. Frente a ellos, la élite de híbridos que respondían solo a Stiles, una guardia personal cuyos poderes eran temidos en los rincones más oscuros del mundo sobrenatural. Su lealtad era incuestionable, y sus habilidades, letales. En silencio, esperaban las indicaciones de su líder, atentos a cualquier indicio de amenaza.

—El momento ha llegado —murmuró Eva, más para sí misma que para los demás.

El eco de sus palabras se sintió en el aire, como si hubiera desencadenado una señal que solo los presentes podían captar. Los hermanos Umbrales se detuvieron frente a la mesa central, y por un breve instante, el salón quedó en completo silencio. Los ojos de los Umbrales recorrieron el lugar, evaluando a cada uno de los presentes con una calma imperturbable.

Sin embargo, algo desentonaba en el ambiente, algo que casi todos notaron, excepto Karlo . Magnus , cuya presencia era crucial en reuniones de este calibre, brillaba por su ausencia. Un murmullo sutil recorrió a los asistentes, aunque ninguno se atrevía a comentarlo abiertamente.

El segundo de los hermanos Umbrales, Norrskar , se adelantó, rompiendo el silencio con una voz profunda, como si hablara desde el abismo del tiempo mismo:

—No hemos venido aquí hoy para discutir los mismos viejos asuntos —comenzó, sus palabras pesadas cayendo como un martillo sobre el salón—. Hoy... no hay negocios que tratar.

Un murmullo recorrió a los asistentes ante esta declaración inesperada. Cualquier negociación que esperaban, cualquier conflicto por resolver, quedaba súbitamente relegado al fondo. Stiles , siempre un paso adelante, no mostró sorpresa, pero el resto de los presentes intercambiaron miradas discretas de confusión.

—Hoy —continuó Norrskar, esbozando una leve sonrisa en su rostro normalmente impasible—, es una ocasión para celebrar.

Los ojos de los presentes se volvieron hacia Bron , que hasta entonces había permanecido callado.Lorna . Aunque su expresión no cambió inmediatamente, un destello en su mirada reveló que algo importante estaba por decirse. Karlo , siempre atento, captó el cambio en el aire, aunque prefirió mantenerse en silencio, esperando lo inevitable.