Eli.

132 13 10
                                        

●▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬●

Beacon hills

Todos creían que Eli no se daba cuenta de que papá no estaba, o que, si lo hacía, la compañía de los demás lo mantenía distraído. Pero no era así.

Eli se sentía raro, como si algo le faltara. Aunque todos decían que todo estaba bien, y los brazos de su tía Lydia eran suaves, y jugar con Cora y Malia era divertido, no era lo mismo. Cada vez que miraba hacia la puerta, esperaba ver a papá entrar con esa gran sonrisa que siempre lo hacía pensar que era un conejo, pero la puerta no se abría y papá no venía.

En su interior, Eli sabía que algo andaba mal. A veces, cuando nadie lo veía, se escondía bajo la cama que ahora era suya y abrazaba con fuerza a su lobito de peluche, como si pudiera traer a papá de vuelta. Desde allí, escuchaba a todos en la casa, pero solo podía pensar en una cosa: ¿Dónde está papá? ¿Por qué no me abraza como siempre?

No lo decía en voz alta, porque cada vez que preguntaba, todos olían raro, y su abuelo Peter se ponía triste. No quería verlo así, así que prefería quedarse en silencio y esperar a que papá volviera, para regresar a su casa, comer helado y jugar con todos sus juguetes.

A Eli le gustaba estar en silencio porque, en esos momentos, podía escuchar a su papá hablar. Podía oír su voz de señor grande, no la que usaba para jugar con él. No entendía algunas cosas de lo que decía por teléfono o cuando conversaba con la gente grande que lo llamaba "jefe". Cada vez que ellos venían a visitarlo, él tenía que sentarse en la escalera para no ser visto, pero eso también era divertido. Sin embargo, cuando esa voz no estaba, quedarse callado lo hacía sentirse solo y con frío, por eso empezó a hablar más, incluso cuando no tenía nada que decir. Parecía que a todos les gustaba eso: a sus tías, a sus abuelos y a muchos más. Le hacía preguntas a ellos, a los policías que trabajaban con su abuelo Noah, a Scott, e incluso al perro del doctor Deaton, porque el sonido de las voces llenaba un poco ese vacío.

Últimamente, a Eli le da más hambre y no sabe por qué. Siempre está pidiendo algo de comer, aunque a veces le dicen que es mejor que espere un poco porque ya ha comido suficiente. Él solo piensa en lo mucho que le gustaría mostrarle a papá que, gracias a la comida, ahora es más fuerte y puede correr más sin cansarse.

Antes, su cuerpo dolía y había días en los que no podía salir ni de la cama, y eso ponía muy triste a papá. Pero ahora ya no duele, y puede salir a jugar todos los días. Quiere que papá lo vea, que esté orgulloso de lo fuerte que se ha vuelto.

Pero hoy, algo es diferente. Hay un hombre extraño en la casa, y Eli no lo reconoce. Se pregunta si es amigo de su abu Peter, pero no está seguro.

El hombre ha mencionado a su papá varias veces, y eso hace que Eli preste más atención.

Todos están en la sala, hablando en voz baja. Eli se pregunta si tal vez habrá una fiesta. ¿Invitarán a su papá?No... No puede ser una fiesta. Hay un olor raro, como algo ácido, que flota en el aire. Es un olor que hace que a Eli le pique la nariz y se sienta incómodo. También huele a otras cosas, cosas que Eli no entiende bien, pero sabe que no le gustan.

Todos están serios, incluso Lydia y eso le da a Eli una sensación extraña en el estómago.

No se parece en nada a las otras veces que se reunían para reír y celebrar.
.

.

.

Eli está sentado en el sillón de la sala, con los pies colgando apenas del borde. Frente a él, en el gran televisor que ocupa casi toda la pared, se reproducen videos infantiles. Normalmente le gustan mucho, se ríe y canta con ellos, pero esta mañana no se siente tan divertido. Todo se siente un poco... raro.

STERK VS  MAFIA +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora