Marcelo

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Marcelo

La lluvia sigue golpeando con furia, pero no me importa. El sonido de las gotas contra las ventanas es apenas un eco lejano frente a la creciente necesidad que siento en mis venas. La adrenalina recorre mi cuerpo como un veneno dulzón, intensificando cada latido, cada respiración. El cuchillo está frío en mi mano, casi reconociéndome, como si también esperara lo inevitable.

Mieczysław tiene la mirada de alguien que se cree más inteligente, más rápido, pero no entiende la amenaza que representa mi calma. La tensión en el aire es densa, como una cuerda tensada al límite, esperando el corte. El cuchillo lo señala, una extensión de mi brazo, mi furia, mi control. No hay vuelta atrás, no hay razones que valgan la pena. Mi única misión ahora es hacerle entender que la muerte es lo que ha estado buscando desde el momento en que cruzó mi camino.

"Lo siento, Mieczysław", susurro, aunque mi voz está saturada de veneno. Mis palabras son una burla, no hay arrepentimiento en ellas. El frío del acero se vuelve más familiar, más necesario. No estoy aquí para negociar, no estoy aquí para dialogar. Estoy aquí para poner fin a este juego.

Derek no hace ningún movimiento. Su presencia me molesta más de lo que debería, pero sé lo que está pensando. Le molesta que no haya dudas en mis ojos. Le molesta que no haya titubeos. No va a interrumpir este momento, y si lo hace, será el último error de su vida.

Mieczysław sigue sonriendo, esa sonrisa cínica que me da ganas de arrancarle la cara. Pero no me detengo, avanzo, y el filo del cuchillo corta el aire con un sibilante susurro, la anticipación lo recorre todo, como si el mundo hubiera dejado de moverse solo para observar lo que sucederá a continuación.

No sé qué quiero exactamente, si ver su miedo, su arrepentimiento, o simplemente terminar con él. Cada uno de esos pensamientos me consume, me agranda la sed de venganza. Ya no es una cuestión de justicia, es un acto de destrucción, de eliminación de lo que ya no puede seguir existiendo en este mundo.

Mieczysław intenta retroceder, pero sus pasos son torpes. No tiene el control, y cuando me lanzó hacia él, el cuchillo entra con una facilidad enfermiza, perforando la carne con una precisión letal. La sangre brota como un río oscuro, es cálida, viscosa, y me empuja a seguir. No puedo dejar de apretar, de cortar, de desgarrar lo que queda de él. La expresión de sorpresa se mezcla con dolor, pero para mí es música. Cada grito es una nota más de esta sinfonía de violencia que no voy a detener.

Derek observa en silencio, su rostro ahora una máscara de frialdad contenida. Sabe lo que está pasando, sabe que el daño ya está hecho, que no hay manera de detenerme una vez que empiezo. El cuchillo sigue hiriendo, y la sangre que salpica me cubre, como una corona de victoria que no me importa lo más mínimo.

Finalmente, Mieczysław cae al suelo, un charco de sangre se forma a su alrededor, y yo me quedo ahí, sobre él, con el cuchillo aún en mi mano, respirando con dificultad, como si no pudiera creer lo fácil que ha sido. La rabia se calma solo cuando miro el resultado de mi trabajo. El final ya está escrito, y nadie podrá cambiarlo.

Me aparto lentamente, observando su cuerpo inerte. No es satisfacción lo que siento, es vacío. Vacío por haberlo hecho, vacío por haber llegado hasta aquí. La única sensación real es el frío de la noche, el peso de lo que he hecho, y el susurro de la lluvia como una advertencia.

Derek se acerca, pero no hay palabras entre nosotros. La tensión sigue ahí, flotando, pero yo ya no me interesa. Lo he hecho. Lo he terminado. Y ahora, solo queda mirar hacia lo siguiente, hacia lo que vendrá.

Todo lo demás se desvanece en la oscuridad, como un mal sueño del que no se puede despertar. Los pasos resonando en la mansión desaparecen, el eco de la sangre en mis manos se disuelve en el aire frío. La presencia de Mieczysław, su caída, el sabor metálico que quedó en mi lengua, todo desaparece, como si nunca hubiera sucedido. La habitación que antes estaba impregnada de esa tensión, de esa violencia, ahora está vacía, como una burbuja a punto de estallar.

STERK VS  MAFIA +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora