Karlo |2.

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        (Tenía que dejar la canción de Karlo 😩♥️ )

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Pasado Beacon Hill's.

Después de que su padre intentara convencerlo diciéndole que podía faltar a su trabajo, de que podía quedarse con él, pasar un día juntos, Stiles se mostró firme, sus ojos clavados en los de su progenitor con una mezcla de cansancio y determinación. No, no quería ser una carga, ni mucho menos una interrupción en la vida de alguien más.

—Stiles, solo será un día, podemos...

—No, papá —su voz resonó, grave, con una inflexión apenas contenida, como si el peso de mil emociones se agolpara detrás de su garganta—. No quiero joderte la vida, ni que sientas que tienes que... cargarme. Estoy bien, de verdad.

Pero el temblor en sus manos contaba otra historia. Sus nudillos se apretaban tanto que palidecieron, y su mandíbula, tensa, parecía al borde de romperse por la presión. No quería que su padre viera lo roto que realmente estaba por dentro.

—Nunca serás una carga para mí —insistió su padre, con un tono lleno de cariño y frustración a partes iguales, tratando de cerrar la distancia emocional que Stiles estaba imponiendo y parecía un abismo entre ellos.

—Es mejor así —Su tono era decidido, pero sus ojos mostraban algo más oscuro, un miedo visceral a dejarse caer, a mostrar lo frágil que se sentía realmente.

Su padre suspiro, resignado pero no vencido. Se acercó, colocando una mano en su hombro, pero Stiles no pudo evitar el sobresalto que recorrió su cuerpo. Estaba a punto de quebrarse, y odiaba la idea de que su padre lo viera en ese estado.

—Está bien. —Su padre cedió, retirando la mano suavemente, como si supiera que cualquier otra palabra sólo agrandaría la distancia.

Stiles observó cómo su padre se marchaba hacia el trabajo, sintiendo un vacío creciente en su pecho que quería de ignorar. Respiro hondo, intentando convencerse de que podía afrontar el día, pero la confusión y la ansiedad pesaban más de lo que quería admitir. Después de luchar con sus propios pensamientos durante unos minutos, tomó una decisión: iría al consultorio de Deaton nuevamente. Necesitaba claridad, y en ese lugar siempre encontraba algo de paz, aunque fuera temporal.

Con cada paso por las calles de Beacon Hills, las mismas que conoció desde niño, su mente parecía un torbellino. Las sombras de sus dudas y preocupaciones lo seguían de cerca, a pesar del entorno familiar. Cuando finalmente llegó a la clínica, empujó la puerta con una mezcla de urgencia y resignación. El sonido del tintineo de la campana le recordaba tantas otras veces que había buscado respuestas allí. El ambiente cálido lo recibió, el aroma a hierbas y pociones le trajo una pequeña tregua en medio de su caos mental.

Deaton levantó la vista desde su escritorio, su rostro mostrando esa calma envidiable que tanto irritaba como tranquilizaba a Stiles. No hubo necesidad de preguntas ni de largas explicaciones; el veterinario simplemente señaló con la mano hacia una de las sillas, invitándolo a sentarse.

Sin pronunciar palabra, le ofreció una taza de té, el vapor subiendo lentamente como si fuera un silencioso recordatorio de que todo, incluso lo que lo abrumaba, era pasajero. Stiles aceptó, envolviendo la taza con sus manos, buscando el calor que necesitaba. Pero, a pesar de la calidez del té y el ambiente acogedor, su mente no dejaba de lanzarle preguntas sin respuesta. Sabía que Deaton podía verlo, que entendía el tumulto que bullía bajo la superficie, pero, como siempre, esperaría a que Stiles diera el primer paso.

STERK VS  MAFIA +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora