●▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬●
La pantalla del ordenador de Stiles parpadeó, mostrando archivos que claramente no debía haber visto. Un nudo pesado se formó en su estómago mientras recorría los informes sobre los experimentos genéticos. La organización para la que trabajaba no solo estaba capturando a seres sobrenaturales, sino que los estaban retorciendo, alterando sus capacidades naturales para crear híbridos letales.
"Un puto ejército de monstruos", murmuró para sí mismo, su mente acelerada. Sus dedos se tensaron sobre el teclado. Sabía que la organización no era precisamente legal, pero esto era otro nivel. "Operación Génesis". Estaban usando el ADN de lobos, vampiros y otras criaturas para crear soldados sin alma, sin control. Soldados perfectos para ellos.
Ahora todo tenía sentido: la operación fallida en Moscú, la maldita máquina... no era para controlar humanos. Lo sabía en lo profundo de su estómago. No necesitaban controlar a personas que no podían hacerles frente.
Stiles estaba atrapado.
El estruendoso pitido de la máquina de café lo sacó de su trance. Miró nervioso por encima del hombro, el corazón golpeándole el pecho, sudando frío. ¿Lo habrían visto? ¿Estaba a punto de caer? Todo el maldito plan dependía de que no lo descubrieran. El único tipo que podía mantenerlo a salvo ya estaba muerto.
Leyó más rápido, sus ojos recorriendo cada maldita línea. Cada nombre, cada víctima en los malditos experimentos. Los datos no dejaban lugar a dudas: no solo estaban secuestrando seres sobrenaturales, sino que los estaban reprogramando, con un ADN modificado que ni los lobos alfas más poderosos podrían controlar. Híbridos inestables, destripados por dentro.
Pero, ¿para qué diablos necesitaban a los humanos? Si no era para convertirlos, ¿cuál era el maldito propósito? Las mafias tenían una lógica; pero esto, esto no tenía ni pies ni cabeza. No necesitaban humanos para sus experimentos. Mejorar sus habilidades, sí, pero no como pensaba.
Stiles tragó saliva, la garganta seca.
El eco de los pasos en el pasillo lo hizo saltar. Marcelo. El maldito Marcelo. Stiles se tensó, el miedo apretándole el pecho. ¿Lo enfrentaba o se largaba? No tenía tiempo. Marcelo no era fácil de engañar.
Los recuerdos no llegaban con la rapidez que necesitaba. No sabía qué hacer. Ya tenían planes A, B, y Z, pero necesitaba entender algo antes de seguir: ¿por qué carajos Marcelo había traído a Derek hasta allí? Si quería acabar con él, podría haberlo hecho hace mucho. Pero no lo hizo.
Ahora, Stiles tenía dos problemas muy claros: ¿qué carajo planeaban hacer con los humanos? Y ¿por qué Marcelo estaba jugando este juego tan estúpido cuando podría haber terminado todo de una vez?
La puerta se abrió lentamente, y allí estaba Marcelo, su figura imponente llenando el espacio con una mezcla de amenaza y curiosidad.
— ¿Algún avance? —preguntó, su tono demasiado suave para la tensión que flotaba entre ellos. La sonrisa de Marcelo era vacía, algo que le helaba la sangre.
Se suponía que Stiles debía estar buscando algo sobre el último ataque, pero, aunque doliera, eso ya no importaba.
Stiles se encogió de hombros, intentando parecer tranquilo. —Lo de siempre. Información que solo trae más preguntas que respuestas.
Hace un momento, se sintió capaz de matarlo. Pero ahora no tenía ni puta idea de por qué de repente se sintió tan expuesto.
Marcelo dio un paso al frente, acercándose demasiado. — Derek está preocupado por ti — dijo, inclinando la cabeza, sus ojos pegados a los de Stiles como si intentara leerle el cerebro. — Y cuando él se preocupa, yo también.
ESTÁS LEYENDO
STERK VS MAFIA +21
Fanfiction― ¿Cómo estás, Sourwolf? ― la voz familiar de Stiles resonó a través del teléfono, provocando un revuelo en el estómago de Derek. Derek inhaló profundamente, sintiendo cómo la tensión en su pecho crecía. ―¿Stiles?― . . . Todo estaba bastante tranqu...