Nadie.
Luego de de ese abrazo decidimos salir a pasear por las calles sin rumbo fijo, aún era temprano y últimamente no habíamos hecho más que ir del trabajo al apartamento y a la inversa.
En ese paseo hablamos de cosas triviales, me contó más de sus extrañas anécdotas y yo le conté también algunas, en algún momento nos volvió a dar hambre y paramos a comer hamburguesas porque éstos días hemos comido demasiada pizza.
Finalmente en la noche sacó un pastel de la heladera y de la que luego de que se arruinara al mancharnos la cara de pastel en una mini guerra, comimos lo que quedaba aunque se veía horrible y nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente me tocó trabajar y era un día bastante tranquilo...
Claro, hasta que apareció ella...
-¡Ads! -saludó con una gran sonrisa que me contagió- ¿Me extrañaste? Oh, perdona mis modales. Claro que me extrañaste, hasta la duda ofende - Yo solamente rodé los ojos mientras reía.
-¿Qué te trae por aquí, Damaris? -la cuestioné directamente.
-Ya ni me saludas -dramatizó poniendo una mano en su pecho con lo ojos cerrados.
-Bien, ¿cómo está la chica más hermosa de la tierra? -le seguí el juego provocándole una gran sonrisa.
-Bien, gracias por preguntar, doctora sexy - Me sorprendí ante lo último.
-¿Nuevo apodo? -pregunté curiosa con una ceja arqueada.
-Uh, no lo había pensado pero gracias por la fantástica idea -rayos, ¿qué hice?-. En fin, ayer no te di un regalo de cumpleaños. Así que te lo entrego ahora.
-Damaris, no tienes que darme nada, está bien -traté de convencerla pero fue inútil.
-No, es tu cumpleaños. Solo cumples 20 años una vez en la vida -se excusó.
-Damaris, solo se cumple cualquier edad una vez en la vida -le recordé y al cabo de unos segundos de procesar la información respondió.
-Cierto. Pero bueno, aquí está -agregó mientras me entregaba una pequeña cajita que sacó del bolsillo de su bata -Ábrelo.
Le hice caso y me encontré con una pequeña libreta en la que desde la primera hoja había dibujos hechos por ella.
-¿Cupones? -leí curiosa el título en voz alta. Ella asintió.
-Puedes canjearlos cuando quieras, pero el verdadero regalo está abajo de ellos.
Con más intriga aún saqué los cupones de la caja para visualizar unas llaves.
No, no es cierto...
-Es-
-Asómate por la ventana. -señaló la mencionada más cercana con una sonrisa.
Le hice caso y realmente no me lo podía creer. Me acaba de regalar un auto.
Y no es el auto del año pero tampoco está nada mal.
-No puedo aceptarlo -pronuncié cuando regresé a dónde ella se encontraba-... Es demasiado, Damaris.
-Por supuesto que no lo es, no voy a permitir que sigas regresando en autobús o en bicicleta al apartamento a altas horas de la madrugada; es demasiado peligroso.
Yo seguía sin poder creerlo.
-Pero-
-Pero nada, no aceptaré un no por respuesta, Ads. Ya perdí a alguien importante para mí éstos días, no quiero perderte a ti también -confesó mirándome a los ojos. Teniendo ese brillo tan característico de ella que lograba manterme embobada.
Su mirada era suplicante con una pizca de preocupación.
¿Cómo iba a negarle algo cuando me miraba así?
-Está bien -cedí. Al instante se formó una sonrisa, y cuando estaba por decir algo más, se vió interrumpida nuestra interacción.
-Doctora Vargas, doctora Herrera, lamento interrumpir, pero necesito a la doctora Herrera en el consultorio 12 -me llamó la doctora Ángeles y no me ví en posición de negarme.
-Está bien. Te veo luego, Ads -se despidió dándome un beso en la mejilla y sin más se marchó.
Yo me quedé en shock por un instante.
Eso hasta que recordé porque se tuvo que ir Damaris y enseguida seguí a la doctora.
🌈🌲
Llegué al apartamento luego de mi turno hasta las dos de la tarde del siguiente día. Por lo que supuse que Damaris no se encontraba y estaba en lo cierto.
Quise ir a dormir unas horas, pero mi propósito se fue por la borda al escuchar el timbre de mi celular, miré la pantalla y al ver qué se trataba de la doctora Ángeles contesté de inmediato.
-Buenas tardes, doctora Ángeles, ¿en qué le puedo ayudar? -saludé cortésmente.
-Doctora Herrera, sé que llamo en un horario fuera de su turno, pero la doctora Caimanes está solicitando su presencia y dice que es urgente.
-¿La doctora Caimanes? ¿La que es miembro de la junta directiva? ¿E-esa doctora Caimanes?
-Sí.
Enseguida me alarmé y como si se tratase de un milagro, el sueño se me fue por completo.
-Voy enseguida.
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____________________________Chan chan chan... ¿Qué pasará?...
¿Qué opinan del capítulo?
Es todo por ahora, cambio y fuera...
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86 días siendo nadie.
RomanceAdelaida quería hacer un verdadero acto de amor por su novia Verónica. Pero no contaba con que la misma ya no estaría más en su vida. Adelaida se queda con el corazón roto y las consecuencias de su acto de amor por 86 días. ¿Qué hará 86 días siend...