La duquesa y el albino.

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                Arco #2
  Ayudando a mis "hermanas.

La sala estaba casi por completo vacía, algunas de las chicas se encontraban viendo el mismo programa de televisión, yo por mi parte no estaba poniendo atención a ello, tenía la mente enfocada en otras cosas, no sólo en los trabajos encomendados por la escuela, si no también la forma con la cual yo me debía de acercar a la gótica dd la casa.

Me reacomode en el sofá individual de la casa, quedando en una posición en donde podía ver los dedos de mis pies.

—¿Lincoln, que te sucede?¿Tienes lombrices o algo?—.

Volteé a ver a la roquera de la familia que había despegado su vista del televisor para hablarme.

—¿Eh? No, ¿A qué viene eso?solo pensaba en algo—.

La chica parecía algo intrigada, por lo que supe que las preguntas no cesarían tan pronto.

—¿Y se puede saber en qué piensas tanto?—volvio a preguntar ella.

Estaba por responder, no quería sonar grosero con Luna, pero realmente quería responder que era algo en lo que no me incumbía a nadie y que mejor me lo dejen a mí, además, ¿Por qué tanto interés en saber lo que pienso?.

Mi respuesta no llegó cuando alguien más de me adelantó.

—¿Y que tal si es una chica?—.

Una entusiasmada Leni pronunció del otro lado del sofá mas grande.

En parte no se equivocaba, pero no se trataba de un tema romántico por el estilo.

—¡¿Enserio?!—Luna saltó de su lugar tomándome de los hombros —¡Bro!¡¿Tienes a alguien más además de Ronnie Anne?—.

Inmediatamente, al oír eso, me irrite, pero de nuevo, justo antes de responder alguien más apareció.

—¡¿Que?!¡Lincoln piensa en otra chica!—.

Lola había llegado desde atrás, sosteniendo en sus manos lo que era un espejo.

—Oigan, solo estoy pensando en... Cosas complejas pero no quiere decir que por eso este pensando en una chica, y ya suelta me Luna—.

Me safe del agarre de la roquera, la cual parecía algo disgustada por mi respuesta.

—¡Oye, eso sí que no!¡El chisme está fluyendo así que suelta lo que debes soltar ahora!—.

La niña de vestido se coloco delante de mi.

Suspiré, algo ya cansado de la situación, pose mi mano en la cabeza de la niña.

—Lola, amor, no todo en mi vida es un chisme el cual tú puedas aprovecharte, perdoname, pero no, no es una chica—.

—¿A no? ¿Entonces?— preguntó Leni.

Me di media vuelta llendo en dirección a la cocina.

—Son mis cosas chicas, y si son comprensivas o mejor dicho, respetuosas, se las diré a su tiempo.

Sin decir más, me fui a la cocina dejando solas a las tres chicas.

Lola se oía algo irritada, por parte de Luna el disgusto se reflejaba en su rostro, pero inmediatamente volteó al televisor volviendo a ver si programa.

—¿Que será eso tan importante?—

—No lo se, ¡Pero voy a descubrirlo Lincoln!—.

Gritaba Lola subiendo las escaleras de la casa.

La verdad no esperaba que sucediera algo así, aunque si se trataba de las chicas Loud era más que obvio, y más si tienen una suposición respaldada por otra de ellas.

The Loud House, sueño o realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora