Katsuki Hari, siempre había estado enamorada de Kei Tsukishima, desde que lo conoció amo su personalidad fría y orgullosa, todo de el le llamaba la atención, era totalmente su tipo, pero lamentablemente Tsukishima solo la veía como una acosadora loc...
Un día nuevo empieza y con esto ¡Un día nuevo de llevar a cabo mi plan de conquista!
Estoy caminando hacia el Karasuno, llevo una cajita pequeña en las manos, con un listón verde y un sobre arriba de la caja, lo hice ayer y me quedo muy lindo.
Durante todos estos años, me he dado cuenta de muchas cosas que le gustan a Tsukishima, le gusta mucho el pastel de fresa, que no se porque boto el mío, también le gustan los dinosaurios, la música, llevar audífonos y libros.
Por su aura a veces resulta ser impredecible, pero yo sé que por dentro es una masita.
Deje la caja en su sitio y me senté en mi lugar, el no había llegado todavía ni Yamaguchi tampoco, dios estoy muy nerviosa, durante todos estos años he recibido malos tratos de el hacia mi.
Flashback
— Ya deja de molestar Chibi-chan —
...
— Ya deja de perseguirme Acosadora loca —
...
— ¡Déjame en paz! —
— Pero Tsukki —
— ¡Aléjate! —
...
— Eres patética —
...
— Te odio —
— A ti y a todos —
...
Fin del flashback
En fin, no me importa solo son palabras tontas que me dijo durante los años, pero ya no más, durante este mes no ha dicho nada, bueno que soy patética, pero de resto nada, ¿creo?
Pude ver de reojo que llegó, me encontraba leyendo un libro para parecer que no fui yo aunque en la carta que le deje sabrá que fui yo.
Sonreí.
Pude ver que tomo la caja y la dejo a un lado para sentarse, "al menos no la boto"
Si lo hubiera botado me hubiera dolido bastante, me tomo bastante tiempo hacerlo, desde hace unos meses estaba aprendiendo para hacerle ese regalo y ayer lo pude terminar.
No lo abrió en ningún momento, ni lo miró ni nada por el estilo solo lo dejo ahí.
Al terminar las clases pude ver que se fue con Yamaguchi, tomó el regalo y se fue.
Suspiré.
No lo boto, ni me reclamo.
Eso es bueno.
Muy bueno.
Estoy muy feliz. Sonreí.
•
Me encontraba en el gimnasio, ya habían llegado todos menos Tsukishima y Yamaguchi ¿Donde estaban?
— Hari-chan, ¿nos puedes tirar unos pases? — se acercó Hinata con una sonrisa, era tan tierno que me dan ganas de apretar sus mejillas.
— Claro Shoyo-kun. — sonreí y me quite la chaqueta para dejarla en mi lugar y seguir a Hinata.
Le estaba tirando los pases a Tobio para que el la colocará y le diera el pase a Shoyo y que así remate.
— ¡Muy bien hecho Shoyo-kun Tobio-kun! — aplaudí, habían hecho el ataque rápido, desde que lo ví me enamoro, fue un ataque hermoso.
— ¿¡Si lo viste Hari-chan!? ¿¡Lo viste!? — pregunto Hinata emocionado, reí.
— ¡Claro que lo vio Hinata Idiota! — y se pusieron a pelear de nuevo, nunca duraban más de 2 minutos sin pelear.
Suspiré.
Ser manager de un equipo de chicos tan locos siempre era difícil.
Mientras que ellos pelean me dirigí a dónde estaba mi maletín.
— Hari-chan, hola, llegaste temprano. — El entrenador llegó y me saludó. Sonreí.
— ¿Entrenador quiere? — el me miró, tenía en una mano dos chocolatinas, había traído una para comermela y la otra para dársela a el, sabía que le gustaban.
El asintió feliz.
— Gracias Hari-chan, me encantan — sonreí, me alegraba poder conocer y llevarme bien con los chicos.
Vi como entró Yamaguchi junto a Tsukishima, por ningún lado llevaba la cajita, "seguro la guardo" pensé, lo ví dejar el maletín para irse a poner el uniforme.
Se veía diferente, como más ¿Emocionado? No lo sé, es raro.
El entrenamiento empezó, hicieron un partido de práctica, Shimizu y yo llevábamos las botellas de agua.
Llegamos y les entregamos.
— Ten Tsukki — sonreí mientras le pasaba la botella, la tomo dudoso pero sin mirarme a la cara.
— Gracias Hari-chan — le entregué la botella a Tobio y me sonrió, "que lindo". Sentí mis mejillas acaloradas.
— De nada Tobio-kun — sentí una mirada fuerte en mi, gire a todos lados mirando y fue cuando lo ví, sus hermosos ojos detras de sus lentes, coomo quisiera quitarle los lentes y poder be...
¿Que estoy pensando? Negué, ahora sí que tenía la cara roja.
Escuché como se reía.
— Boke Tsukki. —
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