Capítulo 29

2K 134 51
                                    

Katsuki:

Me encontraba en el parque cerca a mi casa, había ido a tomar un poco de aire, me sentía feliz y cómoda con lo que ahora sentía por Tsukishima, era tan tierno y cariñoso que me deban ganas de apretar sus mejillas.

Aunque no fuéramos novios ni nada por el estilo agradecía que ahora nos lleváramos un poco mejor, que las conversaciones sean más amenas sin tantas peleas y discusiones tontas que aún las había eso es claro, pero no con tanta frecuencia y agradecía eso, además que la relación con los chicos del equipo había mejorado notablemente, hasta trataba de llevarse un poco mejor con Kageyama, porque sabe que a mí me cae bien.

Es muy lindo.

Estaba sentada en la banca cuando de repente sentí como gotas frías caían en mi cabeza y frente, mire hacia arriba cuando vi el cielo, no me había dado cuenta de que iba a llover, me pare rápidamente para irme a mi casa cuando cayó.

Cayó esa tremenda tormenta, llovía como si se estuviera cayendo el cielo, en serio.
Empecé a correr con cuidado de no caerme, estaba un poco lejos pero no tanto en realidad, sentía como mi ropa ahora se pegaba a mi como si fuera una segunda piel y mi cabello ahora mojado por la lluvia al igual que mis zapatos.

— Ahh — suspiré al sentir como mi pie se dobló de la nada, cayendo en la fría acera, tenía demasiado frío, sabía que en cualquier momento me enfermería por esto, pero la verdad es que no sabía que iba a llover y tampoco tan fuerte. Cerré mis ojos suspirando cuando sentí unas manos en mi cintura. Los abrí lentamente y pude ver esos ojos miel tan profundos y con preocupación.

— ¿Estás bien? — Asentí, me ayudó a levantarme, la lluvia de verdad estaba demasiado fuerte, el tomó mi cintura con una mano y me cargó como si fuera un bebé.

— Tsukishima... — chille abrazándolo por el cuello, esto que estaba haciendo era muy lindo de su parte, lo sabía porque sus mejillas ahora estaban sonrojadas, tenía sus labios entre abiertos y sus ojos me miraban con tanta intensidad como si creyera que no fuera real, como si fuera lo que quisiera tener por siempre.

— Déjame tonta, llegáramos más rápido si no caminas — Solo rechiste mirándolo mal, este río caminando más rápido — ¿Por qué saliste si estaba lloviendo?

— No sabía que lloveria, ¿Y tu porque saliste? — pregunte, este rápidamente desvío su mirada, reí llamando su atención — ¿Por qué estás aquí Tsukishima? ¿Por qué estás conmigo aquí? ¿Porque me ayudaste? Se que no te caigo tan bien, con que solo nos hayamos dado dos besos no significa que te caiga bien, ¿Verdad?

Este suspiro dejándome ya en la puerta de mi casa donde todavía estaba lloviendo, tomó mis manos con delicadeza y me rodeo con sus brazos apoyando su cabeza en mis pechos.

Me sorprendí, nunca había hecho eso, y menos con tanta gentileza como si fuera una pequeña muñequita.

Sentí como se sobaba en mi, como si fuera un gato en busca de atención, sonreí tontamente, pase mi mano por sus cabellos rubios dándole suaves caricias.

Tsukishima sonrió inconscientemente, era la hora debía decirle lo que sentía, no podía esperar más a que pensara que solo la había utilizado o que solo le había dado besos porque quería y ya.

— Hari... — Lo mire, este alzo su cabeza todavía abrazandome, estábamos muy cerca casi tocando nuestras narices. — Se que no debería decirlo así, pero tal vez sea lo mejor — suspiro, no quería escuchar, creo que es algo malo — Hari... me gustas, estoy enamorado de ti.  —

— ¿Que? — Su rostro estaba sonrojado, tenía sus ojos cerrados apoyando su frente contra la mía.

— Al principio me pareciste molesta y me irritabas que no te callaras nunca. Pero con el tiempo me di cuenta de que disfrutaba de tu risa y de escucharte hablar. Recuerdo cada palabra que más haz dicho en los últimos meses. Y cuando nos besamos esos dos días sentía que mi corazón iba a explotar, con tan solo verte lo sentía...

Pero también sentía miedo, miedo de sentir, de no saber que sentía en realidad, pero me di cuenta qué te amo, que te amo Hari Katsuki y quiero que estemos juntos, porque te has convertido en mi luciérnaga, en mi brillo, en mi luz, en mi sol, espero que correspondas estos sentimientos, espero que me ames como yo te amo, porque te necesito Hari, puedo emitir luz por si solo si estás junto a mi... Te necesito para crecer. —

Mi rostro era de total sorpresa, ¿Me amaba? ¿Tsukishima me amaba? ¿El arrogante, egoísta y tonto Tsukishima me amaba?

Abrió sus ojos lentamente cautivandome con sus dos estrellas.

— Tsukishima, ¿Estas hablando enserio? Dime por favor que es real — susurre cerca de sus labios, el asintió tomando mi rostro entre sus manos frías pero que ahora se sentían calientes por la calidez que desprendía así estuviera lloviendo a cántaros.

— Nunca he hablado más enserio Hari, te amo... Te amo como no tienes idea, me di cuenta muy tarde pero espero que no sea tarde para que estemos juntos — reí abrazándolo. — Se que sueno estúpido, idiota o tonto, pero... Eres demasiado tierna y linda, me cautivaste con cada palabra y acción que has dicho o hecho.

El volvió a tomar mi rostro con sus manos y me besó suavemente como si se estuviera deleitando con la suavidad, calor y sabor de mis labios.

Eso mismo sentía yo, era tan delicado, es como si el Tsukishima que una conocí ahora estuviera en otro lado, porque ahora era diferente, era un Tsukishima Kei diferente y eso me alegraba, pero aún así, aún así el sea diferente yo lo amaré como sea, así sea arrogante y estúpido lo amaré o así sea cariñoso y amable lo amaré.

Porque amar es cuando no pretendes cambiar lo que es la otra persona, amar es adaptarte y aceptarlo tal cual es, con defectos y virtudes, con dinero o sin dinero, con miedo y temores…

De eso se trata amar, de una decisión para toda la vida y ahora tomaba esa decisión junto a él, porque él tenía razón los dos brillamos solos, pero juntos brillamos aún más fuerte.

— También te amo Tsukishima Kei, te he amado desde siempre tonto, te has demorado en saberlo — reí, el también alejándose de mi rostro otra vez abrazandome, al parecer desbloquee al Tsukishima que quería que lo consintiera a cada rato.

Se veía tan etéreo, tan brillante a luz de la luna y junto a la lluvia, se veía deslumbrante, estábamos en una serenidad, todo el ruido y luces de alrededor ahora desaparecen de nuestra vista para enfocarnos en el otro, en nuestra propia sintonía, en nuestro propio sonido, en nuestro propio corazón que ahora latía de una manera desequilibrada pero en conjunto.

— Me alegra saberlo y perdón por darme cuenta tan tarde — negué con mi cabeza — Estoy feliz — sonreí — Pero aún falta algo... — Tomó de nuevo mis manos dejando cortos besos en ellas — ¿Me das el honor de ser tu novio? Prometo siempre cuidarte y darte todo lo que necesites, nunca dejarte y siempre estar para ti cuando me necesites.

— Eres el más lindo cuando quieres Kei — el sonrió con sus mejillas coloradas — Claro que puedes ser mi novio, también prometo cuidarte y estar para ti siempre, apoyarte en cada paso que des y cuidarte porque eres un lindo gatito tierno.

— Yaaa, — reí de nuevo viendo cómo se escondía en mi cuello — Vamos a dentro... Bonita.

Sonreí, me había ganado el cielo con ese chico y aunque lo haya odiado a morir meses pasados se había ganado mi corazón con paciencia y dedicación, y lo amaba por eso y por muchas cosas más, él siempre será el dueño de mi corazón y nunca podrá salir de ahí.

Porque aunque haya pasado del amor al odio, el amor siempre es más fuerte que cualquier otra emoción.

Un capitulo más y se acaba estoooo!!! 😭😭😭😭😭😭

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un capitulo más y se acaba estoooo!!!
😭😭😭😭😭😭

Del amor al odio • Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora