Capítulo 11

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El siguiente día llegó

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El siguiente día llegó. Tal y como don Ezequiel había dicho, Sheyla y JuanK estaban expulsados así que ese día no fueron a clases.

Francisco entró al salón para poder dar su clase, por lo que todos se sentaron.

—¿Alguien a visto a Mariana?—preguntó el mayor. Todos negaron—.

—Ay profe, pero si Mariana solo entra a las clases que se le da la gana—habló Fabián—.

—Si, y cuando no entra se la pasa por allá por el patio vea, pero vea, con una cara toda así vea—la imitó como si estuviera ida de si—así, ahí como toda turca—habló la Barbys, Cristian y Michael le pegaron leve disimuladamente en el brazo—.

—¿Cómo así?—preguntó este—¿cómo así?

—No, no, que todo bien—mintió Michael—que a la pelada no, no la hemos visto.

—No, yo si la eh visto profe, se lo jur...

—No—la interrumpió Brayan, esta se quedó callada y solo siguió pintándose las uñas—.

—Bueno, empecemos la clase—habló Francisco con sospechas—hoy quiero que levanten la mano los estudiantes que piensan que nunca en la vida van a utilizar las matemáticas—casi todos lo hicieron—que bueno, me alegra saber que no tienen ni idea de la vida.

—No, no, no—se levantó Brayan—un momentico, un momentico profe que usted está equivocado. Yo creo que el que no tiene ni idea de la vida es usted.

—¿Ah si?—preguntó este divertido—.

—Si profe, porque ¿sabe qué? yo le voy a decir una cosa—sigue este—porque es que cuando usted ha visto que uno en la vida utiliza de lo que aprende en el colegio ¿cuando? Nunca ¿si o no? O es que usted cuando le saca el seno y el coseno a su sueldo, nunca—la mayoría rió—.

—Bueno, bueno—habló Francisco—digamos que Brayan tiene toda la razón.

Este abrió los brazos con obviedad. Liliana rodó los ojos divertida.

—Pero pongamos una situación—siguió Francisco—supongamos que Brayan empieza a jugar fútbol, le empieza a ir muy bien, gana mucho dinero y un día decide comprar una casa o un carro, que me imagino que eso está dentro de sus planes.

—Ah obvio profe, obvio. Porque es que ¿sabe que? Cuando yo esté por allá en las europas ¿sabe qué? Yo mínimo me voy a comprar una mansión, y una nave bien sabrosa para subir a la gente de copiloto—todos rieron—.

—Bueno pues, cuando Brayan vaya a comprar ese carro, lo primero que le va a pasar es que un vendedor se le va a acercar y le va a decir que se puede llevar ese carro sin interés, y con unas cuotas muy bajitas. Es lo primero que le va a pasar.

—Ah eso sí porque es que esos manes si son más vivos, esos manes siempre le quieren dar a uno aquí vea—se señaló el cuello—.

—Si pero usted cómo va a saber eso si ni siquiera sabe sacar un porcentaje—todos empezaron a molestarlo—hagamos la prueba, hagamos la prueba. Supongamos que todos los estudiantes que están aquí tienen la posibilidad de comprar un carro y tienen dos opciones, la primera opción es un carro rojo—empezó a dibujar en el pizarron—que cuesta cien millones de pesos, lo pueden pagar a quince años, con una cuota de interés del once por ciento, efectivo anual ¿si?

Las reglas del amor || Francisco el matemáticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora