Capítulo 18

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Liliana caminaba para irse a casa, por el momento sola porque no sabía dónde estaban sus hermanos

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Liliana caminaba para irse a casa, por el momento sola porque no sabía dónde estaban sus hermanos. Pero en eso, alguien se coloca a su lado.

—Casi no te alcanzo—habló Sebastián, ella rió y lo miró—.

—¿Qué pasó?

—Ya están las invitaciones listas ¿quieres verlas?

—Hágale—aceptó ella—.

Él buscó en su celular y se las mostró.

—¿Qué te parecen?

Ella sonrió.

—Están bacanas, ha tenido talento el gomelito—dijo esta divertida empujándolo con el hombro, él rió—.

—Tu me ayudaste mucho, así que gracias—le sonrió él—.

—No, no hay de que—rió ella—¿ya se las enseñó a Rubí?

—No, precisamente iba a eso, pero primero quería mostrártelas a ti—ella le sonrió—¿quieres que te acompañe a tu casa?

—No, tranquilo. Todo bien.

—Está bien, nos vemos mañana—dijo él dándole un beso en la mejilla—.

Ella rió algo nerviosa, este le sonrió y se fue.

La chica iba a retomar su camino cuando él se fue, pero alguien se lo impidió. Esta se rodó los ojos al ver quién era.

—¿Será que podemos hablar?—le preguntó Brayan—.

—No, tengo que irme a mi casa, adiós—dijo esta pasando de él pero este la alcanzo a tomar levemente del brazo—ay Brayan, ya le dije que no—se zafó esta—déjeme.

—Solo son dos minutos, parcera—insistió este—.

—No quiero, Brayan—dijo esta—no quiero, entiéndalo mijo.

Sin más esta se fue finalmente.

Sin más esta se fue finalmente

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La noche llegó. Todos en el barrio veían la noticia, Gloria había sido entrevistada por el caso de Luna.

Michael apagó el televisor y lanzó el control al otro sillón.

Las reglas del amor || Francisco el matemáticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora