Luciérnaga

2. Amistades

Shannon — Capitulo 2

Las personas suelen creer que las relaciones de cualquier tipo, se crean mediante el tiempo.

No puedo negar que esta creencia no tenga algo de sentido, pero a mí me ocurrió algo diferente con Luz.

El tiempo siempre va a ser limitado. Una persona normal no sabe cuándo morirá, por esa razón sienten que tienen todo el tiempo de el mundo para hacer las cosas. Pero cuando tú tiempo en limitado y eres conciente de eso, pasa algo completamente distinto.

4 años atrás

Estoy mirando mi brazalete.

Tiene cuencas de todos los colores del arcoiris, lo cual lo hace muy llamativo. Pero mi atención no está en la explosión de arcoiris alrededor del estambre.

L...

Lo más llamativo de mi brazalete es esa letra. No hay nada más. Cualquiera podría decir que es una simple pulsera. Pero es un brazalete de amistad.

¿Cuando fue la última vez que tuve una amiga? Ni siquiera lo recuerdo.

—¿Que haces, mejor amiga?

Brinco del susto. ¿Cómo es que sale de la nada?

Luz pone su codo en mi hombro y se recarga. Agacha un poco la cabeza para ver lo que anteriormente estaba viendo.

No me di cuenta antes pero...

Luz es notablemente más alta que yo. Diría que, al menos, debo llegarle al mentón.

—Es bonita, ¿no? —Pregunta mirándome directamente a los ojos.

—Ah, si. —Dios, me distraje por un momento.

Cara a cara los ojos se le ven más brillantes.

—Bueno, deberíamos ir a clase. —Dice.

—Oh, yo iré más tarde.

Hace un gesto de sorpresa.

—¿De que hablas? —Dice y lo hace sonar como si estuviera indignada— No.

Toma mi mano y la entrelaza con la suya.

—Ahora somos mejores amigas y tenemos que hacer todo juntas — Levanta nuestras manos unidas a la altura de mi cara y puedo ver como se unen los imanes de corazon que ella quiso agregar.

—No somos amigas.

—¡Claro que sí! —Dice— Si hasta tenemos nuestras propias pulseras.

—¿Eso nos convierte en amigas?

—Sí. —Dice sonriendo.

Mi intensión no era sonar cruel. Pero, ¿eso es todo? ¿Una pulsera puede dar esa información con tanta precisión?

[...]

Sin saberlo, yo ya había hecho un lazo de amistad con Luz.

Alguien toca la puerta de mi habitación.

Knock knock

—Cariño, Luz está en casa. —Dice mi madre.

—Un momento.

Termino de organizar mi escritorio y guardo la libreta en el cajón. Estoy a punto de salir cuando alguien más entra.

Una melena rubia entra mi campo de visión.

—¿Vas a estar aquí todo el día? —Pregunta.

Es indiscutible la poca paciencia que tiene luz ante cualquier cosa.

—No me he demorado mucho.

—Si lo hiciste.

Nos miramos la una a la otra. A cambiado bastante. Quiero decir, ya no se ve como la niña de secundaria que conoci, todo ella a cambiado. Pero sigue siendo Luz, supongo. Aunque, cabe recalcar, que sigue teniendo el mismo brillo en los ojos que siempre.

Eso no va a cambiar.

Ni hoy, ni nunca.

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