Capítulo doce.

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Akk siente un escalofrío recorrerlo y una oleada de miedo y nervios. Ayan está parado frente suyo, acorralandolo contra los casilleros con una expresión de dolor y decepción que le causan náuseas.

Ese brillo que normalmente hay en los ojos de Ayan, no existe. No hay sonrisa burlona, no hay nada. Solo decepción y tristeza.

Akk aprieta sus dedos alrededor de la chaqueta con capucha de Ayan con fuerza, tal vez para sostenerse o solo para tener su mano ocupada para no empujar a Ayan.

"Akk, te hice una pregunta, ¿qué estás haciendo?" Ayan repite su pregunta, mirando a Akk con el entrecejo fruncido.

Akk no sabe qué hacer. ¿Debe decir algo? Si es así, no sabe qué.

"No te metas." logra decir Akk, empujando a Ayan.

"¿En serio estás haciendo esto?" Ayan suena desesperado y dolido, Akk ni siquiera podría negar que no le afecta, porque lo hace.

Akk no puede pensarlo demasiado, porque escuchan pasos cerca y Ayan lo arrastra lejos de los casilleros para esconderse detrás de un montón de basura. Akk siente los nervios aún más que antes, ¿y si la maestra Sani los encuentra? 

"¿Crees que se haya ido?" pregunta Akk, su voz suena débil y rasposa.

"No, debe estar en la puerta esperando a que salgamos."

Ayan es más rápido e inteligente que Akk, así que llama a la maestra Sani y decirle que se equivocó al momento de entregar su tarea. La maestra Sani se lo cree por completo y se va, es en ese momento cuando salen literalmente corriendo de la escuela. Akk hubiera huido si Ayan no le hubiera dicho entre dientes que subiera al auto.

Una vez dentro del auto, ambos suspiran de alivio al estar lejos de ser atrapados.

(No me había dado cuenta las primeras veces que lo vi, pero mientras Ayan habla con Sani por teléfono, Akk tiene la mano sobre la muñeca de Ayan y la otra en su pierna)

Akk no sabe dónde meterse, quiere desaparecer. No quiere tener está conversación con Ayan.

Ayan recibe una llamada de la maestra Sani, diciendo que su tarea no estaba y Ayan solo miente diciendo que la tenía Akk.

"Casi nos atrapan." dice Ayan, recuperando el aliento.

"Gracias..." Akk sabe que no tuvo que decir eso cuando Ayan lo mira con incredulidad y enojo. Solo quiere irse de aquí. "Me iré a casa."

Akk intenta abrir la puerta, pero Ayan extiende el brazo y la cierra de nuevo, evitando que Akk se escape.

"Espera", dice Ayan, demasiado cerca de su rostro y Akk se siente como una hormiga al lado de un elefante. Ayan puede aplastarlo si quisiera. "Tenemos algo de qué hablar."

Akk se siente incómodo todo el camino. Tiene los hombros tensos y está comiéndose la cabeza sin saber qué hacer. ¿Qué puede decirle a Ayan? Van a tener esa conversación quiera o no, porque Ayan no lo dejara pasar.

Ayan no lo mira ni una sola vez mientras maneja, no dice nada y está con la expresión más seria que ha visto nunca.

Akk siempre se queja de lo molesto que es Ayan, pero viéndolo ahora mismo, Akk prefiere verlo con sus bromas y coqueteos habituales.

Ayan los lleva a la playa y el estómago de Akk se hunde. La playa es su lugar favorito en el mundo, disfruta pasar su tiempo en el mar y la sensación de la arena entre sus dedos siempre es reconfortante, pero la idea de tener esa conversación con Ayan, sabiendo que van a pelearse, en su lugar de confort, no es una idea atractiva de ninguna manera.

Rises the moon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora