Capítulo quince.

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Akk baja del barco y apenas puede anclarlo a la orilla antes de alejarse. Su corazón nunca había latido con tanta fuerza y desesperación antes. Sus palmas están sudorosas y no sabe cuántas veces froto sus manos contra sus pantalones cortos.

"¡Akk!" llama Ayan, Akk puede escucharlo correr detrás suyo. "Akk, ponte las sandalias, vas a lastimarte los pies."

Es dolorosa la forma en la que Ayan sigue preocupándose por él o tratándolo con tanto cuidado, como si Akk valiera la pena. Como si Akk no acabará de rechazar a Ayan en ese barco con las olas y el sol de testigos.

Akk rechazó a Ayan, fue cruel con su silenció, lastimó sus sentimientos y aún así, Ayan está detrás de él, con su rostro lleno de preocupación y Akk lo odia. Odia ver a Ayan así y saber que él es el causante, ¿pero qué otra cosa puede hacer? ¿Decir que también lo quiere besar? ¿Decirle a Ayan que piensa en él con más frecuencia de la que debería y que su corazón se siente estallar cuando le sonríe?

¿Cómo se supone que Akk pueda hacer todo eso? No puede, no importa si una pequeña parte de él le grita para que lo haga. No tiene el valor suficiente, no es lo suficientemente bueno y tiene miedo.

"Akk, espera..." Ayan lo toma de la muñeca y Akk se detiene abruptamente. "Háblame."

Akk se suelta bruscamente, aunque no es su intención seguir lastimando a Ayan, necesita que se detenga.

"Sueltame. No quiero que mis padres nos vean."

Si ve el dolor reflejado en los bonitos y expresivos ojos de Ayan, entonces lo ignora y no piensa en el dolor en su pecho.

"¿Por qué no me dejaste hacerlo?" la voz de Ayan es baja, suave y angustiante. Akk realmente odia ser el causante de eso.

"No pasó nada allá." afirma Akk, a pesar de saber que pasaron muchísimas cosas. No le gusta negarlo, pero debe hacerlo. ¿Qué van a pensar todos de él si le gusta un chico? Sus padres estarían decepcionados.

"Yo creo que sí paso, Akk. Tus ojos y tu cuerpo dijeron que pasó algo."

La insistencia de Ayan lo quema lentamente por dentro, porque Akk sabe que él tiene razón. A esta altura, Ayan lo conoce mejor que él mismo y si hay algo en lo que Akk es malo, es en ocultar sus sentimientos. No sabe cómo ocultar los nervios que siente cuando Ayan se acerca demasiado, y a veces no puede ocultar las sonrisas tontas cuando Ayan le coquetea demasiado. El día que se besaron por accidente solo podía recordar el beso, la suavidad de los labios de Ayan y la comodidad que sentía al estar con él.

Akk quiso besar a Ayan otra vez, pero el miedo fue más fuerte.

"Si es algo para ti, bien. No es nada para mí."

Akk es un pésimo mentiroso, él mismo lo sabe y no hay nadie en el mundo que lo sepa mejor que Ayan, porque no le cree, no importa si no hay ninguna expresión en su rostro. Cualquier otra persona tal vez le hubiera creído está vez, pero no Ayan.

Porque Ayan sabe cómo leerlo y sabe comprenderlo. Si Akk dijera todas las cosas que se guarda para sí mismo, ¿dónde se supone que estaría ahora?

Si Akk fuera más valiente, tal vez hubiera besado a Ayan en el barco.

"¿Vas a negarlo todo?" Ayan suena derrotado y herido, pero no se rinde y toma con suavidad el brazo de Akk. "Nunca me atrevería a decir cuáles son los sentimientos de otras personas, pero... Cuando estoy contigo, sé que estamos en la misma página. Sé que te sientes igual que yo. Akk, tienes derecho a seguir tu corazón."

Y Ayan tiene razón, tiene tanta razón que le duele físicamente. Ayan sabe que Akk también siente lo mismo, porque debe ser tan dolorosamente obvio que no puede negarlo con nada.

Rises the moon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora