Capítulo dieciséis.

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"Ah, mamá..." Ray se acerca a su madre y toma su brazo con cuidado. "No me siento muy bien, ¿puedo quedarme?"

A Ray no le agrada la idea de arruinar la felicidad de Ayan. Habían planeado ir a esa convención donde el autor favorito de Ayan estaría firmando ejemplares de sus libros y tendrían un viaje bastante largo, pero la verdad es que Ray no tiene ganas de ir y no quiere que su hermano se quede en casa por su culpa.

"Puedo cuidarme bien solo, en serio", Ray sonríe y Phiao no parece muy convencida. "Aye y yo nos cuidamos muy bien cuando viajas por trabajo. Estaré bien."

"Pero su tío está aquí con ustedes cuando tengo que trabajar. No lo sé Ray, me quedaré contigo en casa."

"No", Ray se niega de inmediato. "Aye realmente quiere ir y no quiero arruinarle nada, por favor. Estaré bien mamá."

Ray tiene problemas para convencer a Phiao de que no se quede, pero lo consigue. Phiao abraza el cuerpo tenso de su hijo mayor y besa su frente.

"Explicale a Aye por mí."

Ray se separa y entra a su casa sin mirar atrás.

Una semana solo, eso está perfectamente bien... Nadie va a interrumpirlo.

Ray observa por la ventana el auto salir de la entrada de su casa antes de cerrar la puerta con llave y entrar al baño.

Llena la tina con agua tibia y sirve un vaso de whisky que deja a un lado.

Desnudarse se siente tan liberador, hace un poco de frío, pero no se preocupa en absoluto por eso. La ropa se sentía algo pesada, pero ahora Ray se siente tan ligero como una pluma y entra en la tina.

Su celular está apagado a un lado, sin interrupciones, ni siquiera con música ligera que lo haga relajarse.

A veces, le gustaría encender el viejo tocadiscos en la sala de estar y poner uno de los muchos vinilos ordenados alfabéticamente, pero no tiene razones para hacerlo. A su padre le gustaba escuchar musica y Ray no quiere parecerse a su padre. Antes, había intentado escuchar las mismas bandas y cantantes que su padre, tal vez él lo amaría si tenían un gusto similar en la música.

Ahora... Bueno, ahora no se preocupaba por agradarle demasiado a los demás.

Ray toma el frasco de pastillas para dormir, lo abre y lo vacía sobre su mano.

"Si tomo esto, dormiré para siempre..."

Si duerme para siempre, entonces no va a molestar a Ayan otra vez con las tareas que a veces se olvida, Ayan tampoco tendrá que alejarlo de las peleas tontas en las que se mete.

Si duerme para siempre, su madre no tendrá que seguir discutiendo con él porque sus notas en la escuela a veces son malas y podrá darle toda su atención a Ayan.

Si duerme para siempre su tío ya no tendrá que preocuparse por un caso perdido como él.

Da igual si muere, nadie va a extrañarlo, nadie lo ama y si él desaparece será mejor para todos. A nadie le gusta cargar un peso sobre los hombros y Ray es solo una carga.

Cerrando los ojos, traga cada pastilla y bebe todo el whisky del vaso.

Ray escucha un ruido fuerte fuera del baño, pero no logra concentrarse en eso y la puerta se abre pero solo logra ver un par de pies antes de caer en un sueño eterno por fin...

Ray no se había preguntado nunca cómo sería estar muerto, pero sentía su cuerpo o alma flotar en algún lado y la idea de que está muerto desaparece cuando sus ojos se abren, pero se ve cegado por la luz artificial y rápidamente cierra los ojos.

Rises the moon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora