Capítulo 16: Antes del día final.

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¿Cuánto tiempo había pasado? Creo que cuando empezó todo tenía sobre unos veintitrés años, por lo que mi hermana tendría veinte. Quien me diría como pasaba el tiempo, siendo incluso benevolente con nosotras.

Todo lo que había vivido como guerrera nos permitió aprender y con ello avanzar poco a poco, proteger la ciudad como era debido. A su vez, mi hermana habría terminado los estudios, trabajando en el mismo local de mi madre donde sus primeros años como lutier le habrían traído ciertas complicaciones, pero nada que no pudiera superar.

Tanto había ocurrido en estos años que cuando me miraba a mi misma y me veía con aquella edad apta para tener una hija, la ansiedad me recorría porque no quería dejar ese puesto que tanto había luchado, no quería dejar de proteger la ciudad y a las mías, sino que deseaba la verdad de una buena vez y era algo por lo que iba a continuar... a no ser que Sensibilidad decidiera un destino distinto hacia mí.

—Urche, ¿estás? Venga, dijimos que hoy entrenaríamos juntas —pidió Urai detrás de la puerta de mi habitación.

—Sí, voy.

Los nervios me inundaban al saber que pronto íbamos a tener ese día donde nos adentraríamos a los Bosques de la Frialdad. Echarlas no fue tarea fácil, pero ante su eliminación conseguimos que sus ataques fueran menos agresivos y que nuestra defensa fuera mejor, ya no solo por las guerreras sino por las murallas que habíamos establecido de las cuales nos permitía localizar mejor a los fallos.

Fueron años largos de lucha en el que no solo pudimos mejorar la ciudad, sino que entre nosotras también. Cuando Urai fue aceptada como una guerrera sin estar vigilada constantemente por Urosia, no dudé en que entrenara conmigo y Jela para que fuera mejorando, pero ya no solo nos centraríamos en ese aspecto, sino que también en actitudes que teníamos.

Cierto era que Urai no era la misma chica de antes, impulsiva y obsesiva, pero si se notaba esa ansiedad y nerviosismo por hacer las cosas, por lo que tuve una idea un tanto... inusual de mi parte que requería la paciencia que tanto necesitaba.

—¿Porqué estamos en el trabajo de tu madre y hermana? —preguntó Urai.

—Porque vamos a crear instrumentos.

Recordaba bien la vez que Urai se quedó atónita por tal propuesta, estando juntas creando un arpa de gran tamaño. Aspaura nos enseñaba lo que había aprendido y nos vigilaba para que lo hiciéramos bien, riñéndole sin parar a Urai por sus malas acciones deseosas de acabar con la tarea.

—¡Por Sensibilidad que tedioso! —se quejó Urai, gruñendo mientras miraba a otro lado—. Yo no se como puedes mantener la paciencia, Urchevole. ¡Es imposible!

—Entiendo que cada una tiene una manera de ser, pero ten en cuenta que la calma es necesaria y más si nos adentraremos en los bosques. Tomar decisiones rápidas y consumidas por la presión nos llevará por el camino equivocado —expliqué, sentándome en la silla para calma un poco mi dolor de espalda.

—Lo sé... Fue lo que Urosia me dijo en su momento, pero es complicado, de pensarlo me dejo consumir por ello —admitió.

—¿No has pensado en algo que te pueda aliviar? ¿O algo que cuando lo pienses te transmita esa paz? —pregunté.

Urai miró a otro lado con dolor, soltando un largo suspiro.

—Si soy honesta, Urche, no tengo una hermana como tu a la que te motiva a seguir adelante o mantener la calma —explicó.

—¿Y tu madre? —pregunté, atónita.

—Perdí contacto con ella —respondió, dejándome con los ojos bien abiertos—. Esto no lo dije, pero... dejó de hablarme desde el momento que me alejé de casa por ser una guerrera.

II - La Galaxia Olvidada: Sentimiento [G.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora