Capítulo 28: Un paso necesario.

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Adaptarme a todos los cambios fue relativamente rápido. Recuperarme y volver a la rutina, aunque no dejaban de observarme con aquella poca discreción al igual que los susurros que hablaban sobre lo que había hecho y como estaba ahí. La duda existía sobre que ocurría y poco a poco era resuelta gracias a que Groina, Urosia y Xieli respondían con medias verdades.

—Sabemos, según nos dijo Urchevole, que no somos las únicas que estamos peleando por esto, sino que hay otros supervivientes luchando contra esos fallos musicales —respondió Urosia a una de las preguntas de las guerreras.

—¿Y no podíamos hablar con ellos? ¿Ver si hacemos una alianza? —preguntó una de las presentes.

—No digas tonterías, siendo supervivientes, es posible que no sigan con vida si ahí es donde viven los fallos. Aparte, Urchevole, tú eres la que más sabes del tema, ¿qué es lo que viste en verdad? Porque no parecen ser solo fallos Musicales.

Quien había hablado era Urai. En estos días de silencio había estado un poco irritada sobre como habíamos actuado. Deseaba saberlo todo, cada mínimo detalle, pero no lo hacíamos por que no teníamos muy claro como iba a ser la reacción. No todas se lo podrían tomar bien o les costaría creérselo, como era el caso de Urai.

—Urai, comprendo tus preguntas, pero...

—Siento ser mal educada, pero la duda se la hice a Urchevole. Dudo que esté aun afectada por lo ocurrido, ¿no? —interrumpió Urai para mirarme directamente.

Solté un largo suspiro.

—Puedo decir que lo que viví no fue del todo fácil. Sí, había otros seres, supervivientes, pero también había otros peligros aparte de los Fallos. También había animales de gran tamaño y peligrosos de hacer frente —expliqué.

—¡Ja! Entonces es muy poco probable que pueda haber supervivientes si aparte de Fallos, haya animales peligrosos. Somos las únicas, no hay otra —contestó Urai, poniendo las manos en sus caderas.

—A lo mejor esos supervivientes viven en otras zonas, recuerda que en el otro lado hay grandes selvas y montañas. Es un terreno totalmente distinto al nuestro —respondí con calma.

—Por ello mismo vivir ahí y sobrevivir me parece im-po-si-ble. —Urai mostraba una actitud un tanto infantil frente a mí, pero aquello no me dejaba llevar a su terreno—. Recordemos: UN terreno irregular, montañas enormes que son casi imposibles de escalar, selvas muy peligrosas con animales monstruosos y constante frío. ¿Qué tan posible es vivir ahí?

Me mordí la lengua por unos segundos, para al final respirar hondo y contestar:

—Cuevas.

—¡JA! ¡Cuevas! —Urai se reiría de mi ante mi respuesta, girándose para mirar a las demás—. ¡Cuevas, dice! Lo que me faltaba, Urchevole. ¿Cómo van a vivir en cuevas si eso es lo menos cómodo y útil para sobrevivir? Te compraría que fueran chozas o casas menos desarrolladas que las nuestras, ¿¡pero cuevas!?

—U-Urai, recuerda que nosotras al principio vivíamos en cuevas antes de adaptarnos —intervino Jela con timidez.

—Ya, Jela, pero recuerda que no había tantas y muchas vivíamos en los árboles, junto con la naturaleza. No fue más adelante que nos adaptamos y creamos nuestra ciudad —recordó Croisa.

—¡Exacto, Croisa! —intervendría Urai, girándose hacia ella—. Vale, te compro que vivan en cuevas, pero será de forma temporal y no creo que sea para siempre.

Me quedé en silencio, soltando un suspiro para mis adentros. Si Urai supiera una pequeña parte de lo que sabía, ¿seguiría cuestionándolo o comprendería que no todos eran como nosotras?

II - La Galaxia Olvidada: Sentimiento [G.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora