II - La Galaxia Olvidada: Sentimiento [G.O]

Epílogo.

—¿Por qué? —preguntó Kemi, atónito por toda la historia—. ¿Cómo Sensibilidad te llevó a este código en vez de proteger a vuestra raza? ¿Por qué no hizo frente a esa locura que tenían mi raza?

Aspaura no sabía que respuesta dar, mirando a un lado a otro sin saber si continuar explicando todo o no, mientras que yo estaba sentada en el pequeño sillón que había con el bastón en mis manos, sujetándolo con fuerza. Respiré hondo y hablé sin mirarlos:

—Sensibilidad dijo que lo que había ahí era superior a nosotros. —mis palabras hicieron que ambos me miraran con atención—. Era superior que ella e Insensibilidad juntos. Era mayor que un Brillo Multisistema, capaz más que una Estrella Creciente.

—N-No puede ser... —tartamudeó Kemi.

—Lo que Sensibilidad me dijo es que el ser que estaba detrás de todo, controlando a Insensibilidad y a toda su raza, era alguien que no se debía hacer frente con uno solo. Me aseguró que la derrota estaba ya escrita y me pidió que cuidara de Pittura —expliqué, alzando un poco mi cabeza—. Como es obvio, me negué a ello más de una vez. Había perdido a mi madre y no iba a dejar que más de mis amigas se murieran. Lucharía hasta el final como había prometido, pero... Sensibilidad se negó a ello.

—¿Por cuidar de Pittura? —pregunté.

—Y porque necesitaba pedir ayuda —añadí, soltando un suspiro largo—. Lo que pasó después fue... algo que aun me cuesta procesar. Sé que cuando nos fuimos, ya ayuda llegaría ciertamente pronto. Según me informó Sensibilidad, alguien de un gran poder mortífero logró ahuyentar a aquel que formaba todo el desastre, pero no acabó con aquel poder que había dejado. Para colmo, las anomalías habrían intervenido y entre ellos, los Virus.

Kemi daría varios pasos hacia atrás, agarrándose contra la mesa de madera que había en mi nuevo hogar.

—Si bien el líder de esos no estaba —continué, intentando mantener la calma—, su pequeña migaja de pan estaba ahí. Los Drasinos, por lo que sé, seguían estando bajo ese control y según me informé, Fusis se puso más estricta, creando incluso un muro entre las Elinas y Drasinos del que no será fácil atravesar.

—Eso... no es del todo cierto —añadió Kemi, mirándonos con cierta angustia—. En verdad... yo sé bien lo que pasó con Fusis y que decisiones tomó porque... digamos que tuve contacto con ella.

Tanto mi hermano como yo nos miramos con cierta sorpresa para luego regresarla a Kemi.

—Tienes una historia que contarnos también, una que no parece ser muy corta —supuse.

—Realmente es un poco larga y no tengo todo lo que me gustaría saber porque... no me di cuenta de lo que estaba haciendo. Después de todo fui su hijo, pero no el tuyo —explicó Kemi, avergonzado.

—No te culpes por lo que pasó... Tampoco culpes a tu padre por esto cuando no sabía lo que hacía y creo que aun sigue sin ser consciente de ello —respondí, agachando la cabeza por un momento.

—Lo intenté despertar —admitió Kemi, logrando captar mi atención—. Q-Quise saberlo todo, quise informarme, hablar con Fusis y despertar a mi padre porque sigue siendo una Luz Impactante... Quería de verdad regresar a ese pasado, pero no... no pude.

El suspiro largo de Kemi me dejó en claro que tenía mucho que decirme. Miré por un momento el reloj de mi bastón dorado. Varias horas habían transcurrido y todo estaba demasiado tranquilo en el código 002. Demasiado extraño me parecía que aquellos dioses no hicieran nada raro.

—Puedo escuchar tu historia, Kemi —hablé con calma, viendo como sus ojos verdes me miraban con esperanza—. Capaz de tu historia sacamos alguna conclusión o información que desconocíamos.

—Claro, estoy dispuesto a decirlo todo. Aun me acuerdo de ello como si estuviera grabado en mi cabeza —respondió Kemi, cruzando sus brazos por un momento—. Solo... pido que no me juzguéis como un Drasino por completo.

Y esto lo decía más por mi hermano, que le miraba con cierta desconfianza.

—No va a ser posible, Kemi —aclaró Aspaura.

—Pues deberás hacerlo, porque sabes qué soy. Soy uno de los pocos niños, por no decir el único, que tiene propiedades de Elinas y Drasinos en su cuerpo —respondió Kemi con dureza—. No... no me es un orgullo ser el hijo de Crowley y que encima haya nacido por un capricho del mismo. Me podréis recriminar eso, pero no quiero que me veas como un Drasino completo.

Aspaura afirmó con cierta dificultad. No parecía estar muy conforme, pero al verme, no le quedó otra que aceptar.

—Está bien, Kemi —intervine, respirando hondo para mirarle con total calma—. Tienes toda nuestra atención.

Kemi tragó saliva por un momento, moviendo sus manos con cierta velocidad para relajar los nervios. Nos miró con calma y comenzaría a explicar:

—Soy el hijo de Crowley, la Luz Impactante de Insensibilidad. Nunca supe quien era mi madre. La asesinó por puro gusto y para alimentar lo que había en su interior, dejándome a mi solo en una ciudad donde la Insensibilidad era presente junto a la Locura —explicó, respirando hondo—. Era el elegido, era el próximo en ser el líder, pero... lo que no se esperaban era que sería el vigilante de la naturaleza y aquel que acabaría con la locura aun había en Ineas.

¡El primer tomo ha concluido! Pero esperen, hay más. Obviamente hay más cuando tenemos el Segundo Tomo - Frialdad: La Dimensión Olvidada. ¡Siendo Kemi nuestro querido protagonista!

Así que si queréis saber esta historia, lo más probable es que se publique de inmediato una vez que se publique el epilogo de esta historia x)

Queda obvio que Urchevole, Aspaura y Kemi son mencionados en otros libros, ¡y aparecen en mi obra más conocida de Juntos o Muertos!

Con ello dicho, ¡nos vemos en otro libro! Unos de los miles que aun tengo que seguir escribiendo xD

¡Chau!