Capítulo 33: Natura sensible.

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No era nada agradable el hecho de tener a Urai en mi equipo, la presión me venía como si miles de rocas cayeran de una empinada montaña. Tenía que hacerlo frente y buscar alguna forma de superar la prueba junto a alguien que era probable que me cuestionaría.

—A saber, que será esta prueba —murmuró Urai para girarse y ver a las demás de nuestro grupo—. Oh, Eusia e Iroa. Nos ha tocado juntas al parecer.

Al girarme pude ver las caras de mis dos compañeras de grupo. Sus ánimos no eran lo más destacable, de hehco, parecían estar incómodas por tener que hacer grupo con Urai. Aquello me era un fastidio porque tenía claro que no iba a ser tarea fácil, menos cuando los bosques empezaron a tomar vida propia.

Al parecer Fusis estaba metida en esto. Ayudaba a Sensibilidad con aquel movimiento de los bosques en el que nos separaba de las demás Elinas. Con mi grupo, vi como los árboles tomaban más grosos al igual que las hojas que cubrían las salidas. Solo había un camino, uno del cual nos decía que ahí es donde empezaría nuestra prueba.

—Bien, parece que no nos queda otra que ir por aquí —susurré.

Vi de reojo a mi grupo. No me hacía especial gracia que Eusia e Iroa estuvieran con Urai. Parecían tener confianza entre ellas, como si fueran amigas desde un tiempo. Aquello me ponía complicada la prueba porque sabía que cualquier palabra que saliera de mi boca, iba a ser cuestionada.

—Sugiero que mantengamos el ritmo de siempre —habló Urai con total confianza—. Los bosques se habrán movido, pero siguen siendo iguales a los que estamos rodeadas, podremos subir por ellos y movernos por las ramas. Eso sí, hay que mantenernos alertas.

Me quedé en silencio mirando a mi alrededor. Su análisis era bueno, los bosques parecían ser similares a los de la ciudad, pero aquello no me daba la confianza total. Fusis estaba ayudando a Sensibilidad en esta prueba, por lo que era seguro que algo iba a cambiar, y no solamente la naturaleza.

—En parte es buena idea, pero no creo que tengamos que bajar la guardia en ese sentido. La prueba no solo será adaptarnos a las condiciones de nuestro alrededor, sino las adversidades que haya —añadí.

—¿A qué te refieres? —preguntó la voz aguda de Iroa, cruzando sus brazos.

—Creo que puede haber bestias en nuestro camino o incluso...

—¿Fallos musicales? —interrumpió Urai, soltando una leve risa—. ¿Ahora crees que Fusis nos pondrá en medio esos enemigos?

—No iba a decir algo así —contesté, mirando con cierto cansancio a Urai—. Creía en bestias que solo ella conoce. Jamás pensaría que ella nos trajera a las an... A los Fallos Musicales.

Casi se me escapa el nombre de las anomalías, de hecho, Urai me miró con cierta desconfianza cuando corregí rápidamente mis palabras. Por suerte no le tomó importancia y siguió hablando:

—Puede ser que tengas razón, pero de ser así, creo que será más conveniente mantenernos en las alturas, por el momento.

No le puse ninguna pega y con ello nos pondríamos en marcha. En lo alto de los árboles, intentaba percibir todo lo que me rodeaba, sin utilizar la vista. Me daba cuenta que la dureza y aspereza de las ramas no era la misma que los bosques de la Frialdad, pues estos parecían ser pocos resistentes. Si queríamos avanzar en lo alto, debíamos ir una por una para evitar que estas se destrozaran.

Urai comprendió mi indicación y con ello fuimos por el único camino que la naturaleza nos indicaba. La profundidad de los bosques era una que nos acostumbraba ver con anterioridad, pero admitía que mis músculos no eran capaces de mantenerse al menos un poco tranquilos. Era como si algo nos observara a cada una de nosotras para intervenir en el momento más adecuado.

II - La Galaxia Olvidada: Sentimiento [G.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora