El sol se filtraba por las cortinas de la habitación, tiñendo el espacio con tonos cálidos y acogedores. Chiara, nerviosa pero emocionada, miraba alrededor de la sala de ensayos. Mientras afinaba su piano, una figura grácil entró en la habitación una joven con una sonrisa radiante.-Chiara. Estás ensayando?- Preguntó Violeta en el marco de la puerta.
-No, solo estoy tocando un rato. Quieres pasar?
Violeta asintió y se sentó al lado del piano.
Tras un rato escuchando las increíbles melodías que Chiara tocaba en el piano empezaron a hablar sobre cómo llevaban la semana y cómo era su vida fuera ya que era la primera semana y no se conocían demasiado.
A medida que conversaban, descubrieron que tenían mucho en común, desde su amor por la música hasta sus ambiciones artísticas. A medida que avanzaba la conversación, una chispa de conexión comenzó a encenderse entre ellas, una sensación de familiaridad y afinidad que no pudieron ignorar.Los días en la academia de "OT" pasaron rápidamente, llenos de ensayos, lecciones y desafíos musicales. Chiara y Violeta se encontraban cada vez más a menudo, compartiendo historias, sueños y risas. A medida que crecía su amistad, también crecía algo más profundo, algo que ninguna de las dos se atrevía a nombrar en voz alta.
Fue durante una noche de ensayo tardío, cuando el resto de los concursantes se habían retirado a descansar, que la tensión entre ellas finalmente se hizo evidente. Chiara estaba concentrada en perfeccionar una pieza en el piano cuando Violeta se acercó, su presencia repentinamente palpable en la habitación silenciosa.
-Kiki.- dijo Violeta, su voz suave pero llena de determinación. -¿Puedo hablar contigo un momento?
Chiara se giró para mirarla, sorprendida por la seriedad en los ojos de Violeta.
-Claro, ¿qué pasa?"
Violeta se acercó un poco más, sus ojos buscando los de Chiara.
-He estado sintiendo algo últimamente, algo que no puedo ignorar más. Creo que hay algo especial entre nosotras, algo más que solo amistad.
El corazón de Chiara comenzó a latir con fuerza mientras procesaba las palabras de Violeta. Durante semanas había estado luchando contra sentimientos similares, temerosa de arruinar su amistad o de enfrentarse al juicio de los demás. Pero ahora, con Violeta frente a ella, con su sinceridad y vulnerabilidad, supo que no podía ignorar lo que sentía por más tiempo.
-Violeta.- dijo Chiara, su voz temblorosa pero llena de determinación. -También he estado sintiendo lo mismo. No sé qué significa esto para nosotras, pero creo que deberíamos descubrirlo juntas.
Las palabras apenas habían salido de su boca cuando Violeta se acercó y la abrazó con fuerza, su cuerpo temblando ligeramente con la emoción. Chiara devolvió el abrazo, sintiendo una oleada de calidez y felicidad inundar su ser.
Desde ese momento, Chiara y Violeta comenzaron un viaje juntas, explorando los altibajos de una relación nacida en la pasión por la música y alimentada por el amor y la complicidad. A medida que avanzaban en el concurso, su conexión solo se fortalecía, convirtiéndolas en un equipo imparable tanto en el escenario como fuera de él.
Y así, entre acordes y armonías, risas y lágrimas, Chiara y Violeta descubrieron que su amor era la melodía más hermosa de todas, una canción que resonaría en sus corazones para siempre.