El gran día había llegado. El sol brillaba en un cielo azul claro, y el aire estaba lleno de anticipación mientras los invitados llegaban a la hermosa finca donde se celebraría la boda de Chiara y Violeta.Ruslana ajustaba los últimos detalles del vestido de Chiara, admirando la manera en que resaltaba su belleza natural.
-Estás deslumbrante.-dijo Ruslana, sonriendo mientras daba un paso atrás para admirar su trabajo.
Chiara giró frente al espejo, su vestido blanco fluyendo a su alrededor como una nube de ensueño.
-Gracias, Ruslana. No podría haberlo hecho sin ti.
Bea entró en la habitación, con un ramo de flores en la mano.
-¡Kiki, mira estas flores! Son absolutamente hermosas.
Chiara tomó el ramo con una sonrisa de agradecimiento.
-Gracias, Bea. Son perfectas.
Mientras tanto, en la habitación de Violeta, Denna estaba ayudando a la novia con los últimos retoques de su maquillaje.
-Estás radiante, Violeta.-dijo Denna, admirando a su amiga con orgullo.
Violeta se miró en el espejo, apenas reconociendo a la mujer que la miraba desde el reflejo.
-No puedo creer que este día finalmente haya llegado.
Denna sonrió, colocando un mechón de cabello detrás de la oreja de Violeta.
-Estoy tan feliz por ti, amiga. Te lo mereces todo.
Con un suspiro de emoción, Violeta se puso de pie y tomó la mano de Denna.
-Gracias por estar siempre a mi lado, Denna. Significa el mundo para mí.
Mientras tanto, en otro lugar de la finca, los invitados se congregaban en el lugar de la ceremonia. La música sonaba suavemente en el fondo mientras todos esperaban con anticipación la llegada de las novias.
Finalmente, llegó el momento. Con la música alcanzando su punto culminante, las puertas se abrieron y Chiara apareció, radiante, en el brazo de su padre. Los invitados se pusieron de pie, admirando la belleza de la novia mientras caminaba hacia el altar.
A su vez, Violeta entró en el lugar, con una sonrisa deslumbrante en su rostro mientras caminaba hacia su futuro con pasos seguros. Los ojos de Chiara se llenaron de lágrimas de felicidad al ver a su amada acercarse.
El resto de la ceremonia fue una mezcla de risas y lágrimas de alegría mientras Chiara y Violeta intercambiaban votos de amor eterno y se prometían el uno al otro para siempre.
Finalmente, llegó el momento más esperado. Con un beso lleno de amor y promesas, Chiara y Violeta se convirtieron oficialmente en esposas, rodeadas del amor y el apoyo de sus seres queridos.
La celebración continuó con una recepción llena de comida deliciosa, baile y risas mientras Chiara y Violeta celebraban el comienzo de su nueva vida juntas, rodeadas del amor y la alegría de aquellos que más las querían.