Capítulo 21

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Principauté de Monaco

New years eve


La fiesta de inauguración fue tan exitosa que al otro día nadie tenía ganas de hacer nada más que descansar.

Se pasaron todo el día juntos jugando juegos de mesa, conociéndose entre sí y aprendiendo ciertas técnicas culinarias de los dos chefs más famosos de Mónaco.

La mamá de Charles lo convenció para ese día no salir y pasar el día juntos todos. Solo quería más tiempo con su familia.

Estaban en una edad difícil pues acababan de reconectar, se llevaban bien pero estaban ocurriendo tantas cosas en su vida que cada quien debía estar en su propio foco. Vivían lejos y lograr estar reunidos era complicado así que ella solo quería aprovechar cada segundo de sus hijos y sus novias.

Sin embargo el 31 ya no pudo retenerlos más y Charles por la mañana tomó a su novia y la llevó a conocer su ciudad.

Para la tarde ya habían regresado a almorzar con la familia así que todos fueron a un restaurante sencillo pues por la noche irían a una fiesta privada.


Anne, que había comprado un vestido a juego con Carla pero en colores diferentes (azul para Carla y verde para ella) estaba en el cuarto de Carla mientras se ponían de acuerdo en los detalles extra, color de la joyería, peinado, zapatos.

Carla le agradaba, sentía serían amigas por mucho tiempo. Se sentía cómoda.

Ambos vestidos era largos pero sencillos. Lisos con una abertura en "V" y gargantilla incluida en el vestido.

Se peinaron y maquillaron juntas mientras los chicos jugaban en un simulador de carreras.

Cuando estuvieron listas bajaron en busca de la mamá de Charles que también estaba lista. Los chicos bajarían pronto.

— No puede ser — la voz al final de la escalera de la mamá de sus novios las hizo sonreír — son tan bellas, parecen muñequitas

Con cada mano acunó cada cabeza y ella sintieron su cariño.

— Y ni qué decir de usted — Anne elogió — Luce radiante

— Ay, hija. Háblame de tú y favor que me haces

— Pero es completamente cierto, debe decirnos su secreto— Carla le sonrió con ternura

— Bueno chicas, una tiene que tener sus secretos.


— ¿Qué secretos? — La voz de Arthur las hizo girar a la escalera donde estaban viéndolas con curiosidad.

— Nada hijo, cosas de chicas.

Las tres rieron y siguieron a la señora.

Antes de salir Charles la tomó de la cintura para saludarla haciendo que ritmo cardiaco de Anne se disparara en un segundo.

—Tú — la señaló de cerca — luces demasiado bien mon amour.

—Tú no te quedas tan atrás, cariño.

Charles la acercó y le dio un beso tan lento que Anne casi la dejó sin respirar. — De repente se me quitaron las ganas de ir a la estúpida fiesta.

Anne rio y lo jaló antes de que su madre los fuera a buscar de las orejas.


...


La noche era concurrida y llena de luces. 

Música, dinero y ambiente se respiraba en el aire. Eso era Mónaco.

Segunda oportunidad | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora