Capítulo 16

43 3 0
                                    





Carson city, Nevada

Veinte horas, un par de vuelos y un par de kilómetros en un auto rentado después Charles llegó a Carson City.

El lugar parecía salido de una de las series comunes de adolescentes americanas. No era muy moderno pero tenía lo suficiente. Aunque para ser la capital de un estado era bastante chico.

Se registró en su hotel y tras pedir un par de indicaciones y comprar un mapa de la ciudad fue a buscar la dirección que le habían dado sus amigos.

Se tardó un poco en acostumbrarse a manejar pues había un par de diferencias en las reglas de manejo pero nada que no pudiera manejar. Era un muy buen piloto.

En uno de los altos vio una florería chica y colorida. Se dio cuenta que no podía llegar con las manos vacías así que se estacionó cerca para comprar un ramo de claveles blancos. Pensó en comprar algo más pero no quería perder más tiempo y fue hacia la dirección.

Llegó a un vecindario tranquilo con casas parecidas, chicas pero hogareñas. Buscó el número 16 que es donde vivía y se acercó a con nerviosismo. Pasó por la pequeña cerca hacia la puerta y antes buscar donde tocar el timbre se peinó un poco.

Iba vestido con un pantalón blanco y una playera color crema. Combinaba con las flores a decir verdad.

Como no encontró un timbre sino la manija que estaba en medio de la puerta asignada para tocar. Inmediatamente después de tocar se escuchó que un hombre decía que esperara, seguido de unos pasos y unos segundos después la puerta se abrió mostrando a un hombre con rasgos asiáticos que lo miró extrañado y al ver las flores lo vio con aún peor gesto lo cual lo puso aun más nervioso pero supuso era el nuevo padrastro de Anne.

— ¿Qué buscabas?

Aclaró su garganta para empezar pero fue interrumpido — Cariño, ¿quién es? —  una señora de unos treinta se acercó al que supone sería su esposo, el cual estaba igual de confundido que ella pero sin dejar de ver las flores.

La señora no tenía ni un solo rasgo de Anne, cosa que hizo Charles se empezara a preguntar si habían anotado bien la dirección.

— Oh, disculpen. Creo que me equivoqué, estoy buscando a Anne. — Volteó a ver las demás casas y ver su papel— de casualidad ¿no sabrán cuál es su casa? es que me dieron esta dirección

Les mostró el papel pero ambos negaron con extrañes

— No. Mira esa dirección es literalmente esta casa pero no hay nadie llamada Anne aquí— el hombre ya más tranquilo respondió viendo el papel que Charles le mostraba — pero si te somos sinceros nosotros nos acabamos de mudar hace solo un par de meses. {

— Ah, sí — La señora pareció recordar algo — Antes vivían me parece dos mujeres, una madre con su hija pero no logro recordar el apellido

— ¿Stoddart?

— Sí, exactamente

Un rayo de esperanza surgió en la cabeza de Charles — ¿saben a donde se mudaron?

— No, hijo. Lo siento

Y ahí desaparecía el rayo

— Lo entiendo. Gracias.

Antes de irse se le ocurrió intentar una última idea — Ya se que los molesté mucho pero sabrán donde encontrar esta universidad...


La universidad en cuestión no fue difícil de encontrar. Lo difícil fue convencer en las personas en la administración que buscaba a una ex alumna por razones no perversas o extrañas.

Segunda oportunidad | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora