Capítulo 4

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Al llegar al hotel Anne no podía dejar de pensar en esa mirada verde penetrante. Sentía podía leer a través de ella y eso le daba miedo.

A la mañana siguiente muy temprano iniciaron el recorrido por diversos lugares de interés guiados por Lorenzo y Joris. Visitaron el coliseo, el arco de Constantino y el Palatino.

Anne estaba muy emocionada de visitar todos esos lugares pues un par de años atrás había tenido la oportunidad de ir gracias a un concurso de escritura, pero no pudo conocer mucho por la agenda tan apretara y el concurso mismo pero esta vez iban con tiempo de sobra y con amistades haciendo el simple hecho de estar ahí una gran experiencia.

Se levantaban desde muy temprano y seguían a sus extraños guías por diversas partes de la ciudad, algunas veces creyó ver a Lorenzo mirarla de una manera extraña como si tratara de buscar algo en mi cara que desconocía era raro, pero aun más raro su compañero que no dejaba de tomarle foto a todas las palomas que veía desde posiciones y distancias que incomodaban a las palomas...y al ojo humano.

Por las noches salían a cenar pues solían comer cosas ligeras durante sus tours.

La rutina era buena y los días pasaban, cada día Anne se sentía un poco más animada. Sus amigos estaban felices de ver cómo iba superando poco a poco su tristeza.

Cuando ocurrió lo de George creyeron que Anne se rehusaría a seguir con el viaje pero para su sorpresa (aunque no muy convencida o alegre) esos planes seguían en pie.

Fueron comprensivos y pacientes y ahora veían a su amiga volver a su misma.

...

El cuarto día ocurrió algo curioso, no solo estaban listos en la camioneta Lorenzo y Joris sino también el apuesto chef de ojos verdes que había conocido dos días atrás. No habían intercambiado ni una sola palabra pero ella se comenzó a sentir mareada de los nervios. Se sentía mal por sentirse así pues aun pensaba en George algunas noches antes de dormir, no lloraba pero pensaba como hubiese sido su vida si siguiera ahí.

—¡Charles! — Lando se aventó a correr a abrazar a su amigo haciendo que Cara y Anne tuviesen que acercarse un poco — ¿pero qué haces aquí? ¿vienes al tour?

—algo así — respondió algo incómodo mientras Lorenzo se acercaba

—hoy nos acompañará Charles en los recorridos porque necesitaremos algo de ayuda para las actividades de hoy. — Joris hizo el grupo se acercara para explicar el plan del día como cada día.

— primero — siguió Lorenzo viendo su tablet — terminaremos la visita planeada de ayer que no se pudo completar por la lluvia e iremos al Foro de Roma y después a la famosa fuente de Trevi y la basílica de San Pedro y terminaremos cenando por supuesto en "Angolo diparadiso". Va a ser un día movido así que comencemos.

Se montaron en la camioneta y comenzaron el trayecto al primer punto. El día era maravilloso y no había rastro de lluvia pero Anne no dejaba de ver por la ventaba precisamente por el paisaje sino por los nervios, no sabía a qué con exactitud pero había algo. Lorenzo y Joris mantuvieron la musica italiana característica en un tenue sonido mientras lanzaban datos y explicaban cosas. Charles no decía ni un solo comentario y se concentraba en manejar.

Al llegar tomamos los folletos informativos y nos separamos un poco mientras tomábamos fotos y apreciábamos.

Cara y Lando comenzaron a alejarse de manera lenta y consideré dejarlos un momento solos, no debía ser fácil estar en una ciudad tan bonita y en lugares tan increíbles junto a alguien que querías y con su amiga de mal tercio que además tenía sus momentos perdidos en su propio mundo.

Se sentía algo sola, solía girar hacia George cada vez que se sentía sola pero ahora no había hacia quien girar, no era un problema particular o algo malo, solo no tenía a su persona de siempre y buscaba como acomodar su vida a eso. acostumbrarse.

— Debes ser sin duda la única persona en todo el lugar que ve las famosas ruinas con enojo — una voz increíblemente atractiva y conocida sonó a su espalda y giró a ver a Charles viendo despreocupadamente el lugar. — ¿a caso piensas en algo extremadamente filosófico sobre las antiguas vidas perdidas y todo el potencial que había pero ya no?.

Anne rio al comentario. En las películas eso era lo que pasaba.

La protagonista solía salir con algo extremadamente conmovedor, atrevido o filosófico que hacía se enamoraran de ella por ser tan "diferente".

Ella no podía decir la verdadera razón por la que veía esas ruinas con enojo, no quería Charles la viera con lástima, como solían verla todos. Quería decir algún comentario gracioso que lo hiciera reír pero no había nada en su mente.

—No — dijo sin embargo — solo un montón de cosas sin sentido.

Charle la vio un segundo y entendió que algo pasaba por su mente que no quería revelar e inmediatamente sintió que no debía estar ahí.
Quizá quería estar sola o quizá solo no quería hablar con él pero no podía solo irse sin más, había pasado 5 años esperando escuchar su voz pero no quería asustarla.

Pero para su sorpresa (y también la de Anne) ella habló antes de que él pensara en algo inteligente que decir

—Así que ¿en tus tiempos libres de chef eres guía? — Anne comenzó a caminar y tomar un par de fotos tratando de llevar una actitud despreocupada.

— Sí...— se rascó la nuca y la siguió — bueno no, necesitaban ayuda para no perder gente en los otros puntos que ver ya que son muy turísticos y bueno, soy un gran amigo

— Claro. Lo que sea por los amigos. — Anne veía desde lejos a Lando y Cara y vio que no era un comentario vacío, de verdad haría lo que fuera por sus amigos.

Al ver que los observaban Lando se acercó a ellos abrazando a Charles y le pidió les tomara fotos a los 3 y luego a Cara que le tomara una solo con Charles por los viejos tiempos, sería un gran recuerdo.

Sin darse cuenta Charles se volvió parte del grupo durante la excursión y ya no se sentían momentos incómodos. Solo un grupo de amigos divirtiéndose y visitando lugares que claramente Charles ya conocía pero que al apreciarlos por el ojo turista hacían se volvieran nuevos.

En la fuente de Trevi todos se acercaron a aventar una moneda y Charles no pudo evitar preguntarse qué podía estar pidiendo Anne que la hiciera derramar una lágrima. Se veía que trataba de ocultarla pero era pésima en ocultar cosas pues más de uno la observó limpiársela pero ninguno dijo nada. Solo la observaron y trataron de actuar con normalidad.

Ahora que lo notaba cada cierto momento alguien de su grupo la observaba pero no con malicia, para su sorpresa, sino con preocupación y eso lo hizo sentirse aun mas confundido.

Segunda oportunidad | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora