04 ━ castillos de purpurina y favores

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Cuando llegamos al parque no había mucha gente, algo que pareció aliviar muchísimo al castaño que nos acompañaba, pues, aunque llevará unos lentes de sol y una gorra para pasar desapercibido, cualquier persona que viera la formula 1 y lo viera det...

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Cuando llegamos al parque no había mucha gente, algo que pareció aliviar muchísimo al castaño que nos acompañaba, pues, aunque llevará unos lentes de sol y una gorra para pasar desapercibido, cualquier persona que viera la formula 1 y lo viera detenidamente lo reconocería.

Luci saltaba de un lado a otro con emoción mientras agarraba la mano de Carlos arrastrándolo hacia los columpios diciéndole algo que no supe descifrar debido a que estaba varios pasos atrás de ella.

El día que tanto había temido llegó, mi hija me cambio por un hombre. Siempre era yo la que tenía que empujarla en el columpio, nadie más podía hacerlo según ella, pero ahí estaba, siendo empujada por Carlos quien sorprendentemente se reía junto con Luci.

Mi niña estaba muy feliz de compartir ese momento con Carlos, yo también estaría feliz si Lewis Hamilton me ayudara a empujarme en el columpio.

Me senté en una de las bancas cerca de ellos mientras los veía reír el uno con el otro. Sentí como las comisuras de mis labios se elevaban de a poco, pero no crean que era porque la actitud del hombre con mi hija me daba ternura, no no, era por el simple hecho de ver sonreir tanto a Luci.

Abrí mi cuaderno ya un poco más calmada al saber que mi hija estaba con alguien que se podría decir era de confianza, y divisé de vuelta la lluvia de ideas en la que estuve trabajando toda la mañana. Las palabras no tenían sentido y los garabatos que había hecho en los márgenes debido a la falta de inspiración solo lograban desconcentrarme. Agarre la hoja con frustración y la arranque para hacerla un bollo y guardarla en mi bolsillo.

Querían una novela romántica, pero lo último que existía en mi vida últimamente era el romanticismo. Todo lo que debía contar ya lo había hecho en mis anteriores dos libros. Ya no me quedaba nada.

Pose la lapicera sobre la hoja pero no escribí nada, levanté la vista una vez más, tomé una larga respiración y volví a la hoja, pero nada. No sé me venía nada a la mente. Tenía demasiadas preocupaciones en mi cabeza como para pensar en algo que tenga que ver con el libro. Necesitaba un nuevo trabajo, las correcciones y las novelas me ayudaban a sustentarme, pero no lo suficiente como para mantener a mi hija. Ganaba bastante los primeros meses despues de la publicación, pero después de un tiempo los ingresos disminuyen, y eso lo digo porque mis libros tuvieron exito, estaría viviendo bajo un puente si no fuera asi.

—¡Mami! —escuche gritar a mi pequeña que se acercaba junto a Carlos.

—Si, cariño. —puse toda mi atención en lo que sea que dijera.

—Tengo una super idea para tu historia. —me miro con suma concentración haciendo que sonriera en lo que el mayor se sentaba a mi lado, algo a lo que no le preste mucha atención.

—A ver, cuéntame.

—Puedes escribir sobre una princesa que le gusta hacer fiestas de té y su mejor amigo es un unicornio, y que se enamore de un príncipe y se vayan a vivir a un castillo de purpurina y sean felices para siempre. —dijo toda emocionada.

MOM IS CARLOS! ━━ 𝗖𝗮𝗿𝗹𝗼𝘀 𝗦𝗮𝗶𝗻𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora