CAPITULO 8 ¿UN CLIENTES ESPECIAL?

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SOFIA:

-Ya me voy, abu-dije mientras le daba un beso en la frente para después acomodar su almohada.

-Cuídate mucho, sofi. 

-No me esperes despierta - le advertí-. Y no te preocupes por nada, el doctor ya dijo que no debes hacerlo porque te hace mal y puede ser peligroso.

-Es difícil no hacerlo, no me gusta que salgas a estas horas. -Le di una pequeña sonrisa antes de salir de Casa.

Tenía la cabeza en otro lado, estaba enfadada conmigo misma porque no me había atrevido a llamar a Gabito, por alguna razón, justo antes de apretar a llamar, mi dedo se detenía, creía que tal vez debería tomarlo como un favor a un desconocido, mi buena acción del día. Quizás me daba un poco de vergüenza llamarlo para cobrarle, no quería que se diera cuenta de que en verdad lo necesitaba y me enfadaba todavía más que me importara que él se diera cuenta de que, de hecho, sí necesitaba el dinero y me preocupara lo que pensara de mí, como si pudiera darme el lujo de fingir algo que no era frente a alguien a quién no vería más.

Solté un suspiro, antes de entrar en el club.

-Yo digo que deberías cobrarle-dijo Angie, ni bien me vio entrar en el lugar-El te ofreció un trabajo, tu aceptaste y cumpliste,no hay más que decir-me senté en mi tocador para comenzar a arreglarme y Angie me siguió. Además, necesitas el dinero, ¿no?

-Sí, lo necesito y mucho-respondí y me saqué la camiseta para vestirme.

-Pues no hay más que decir, llámalo y cóbrale- Angie fue directa a mi bolso, tomó mi móvil y lo puso frente a mis ojos-. Además, no creo que el Cantante ese se vaya a hacer más pobre por esto, seguramente debe ganar millones, ¿no dice tu abuela que es muy bueno? En la música.

Asentí.

-Pues deberías cobrarle los intereses, nena.

Angie tenía razón, esto a él no le afectaría para nada y yo podría comprar más medicación para mi abuela.

Tomé el teléfono y le apreté a llamar.

Gabriel:

No le contesté.

No le contesté a Lola porque justo en ese momento estaba entrando al club y no quería que supiera que estábamos en el mismo lugar, por lo menos, aún no.

Fui directo a la barra y esperé a que las bailarinas salieran. No estaba seguro de si hoy le tocaría trabajar en el mismo sector donde la vi por primera vez o junto con las demás bailarinas, así que decidí colocarme en un punto intermedio.

No iba a mentir, quería verla bailar una última vez.

Las luces se apagaron totalmente, pero la oscuridad solo duró diez segundos, para cuando se volvieron a prender y adoptaron tonalidades rojas, había una bailarina en cada tubo. Levanté la vista y traté de encontrarla con la mirada.

Fue fácil, Lola llamaba la atención de todas las personas que se encontraban en ese lugar.

Todos comenzaron a aplaudir cuando la música comenzo a sonar lenta, pero a diferencia de la primera vez,en la despedida de Joaquin, las canciones que subamos ahora eran lentas y no tenían un ritmo tan acelerado, era similar a las que Lola había bailado.

Ella estaba a unas cinco mesas de mí y no se había percatado de mi presencia.

Fue inevitable que recorriera su cuerpo, tenía unas botas negras tan largas que le llegaban sobre la rodilla y llevaba un conjunto de color rojo que no dejaba mucho a la imaginación y aunque quería ser un caballero y no fijarme tanto... En ella, no podía apartar los ojos.

Lola no miraba a nadie, simplemente cerraba los ojos y ni siquiera los abría para asegurarse de que estaba coordinando con sus compañeras que estaban haciendo el mismo baile, era como si la música fuera parte de ella y las demás la siguieran, como si las demás bailaran a su ritmo.

 A diferencia de la euforia que se había sentido cuando aparecieron todas las bailarinas, ahora nadie hablaba, ni siquiera tomaban de sus vasos de cerveza, solo miraba el espectáculo y yo no era la excepción. Sentí las palmas de mis manos sudar y tuve que sacarles en mis pantalones 

 La música se fue deteniendo poco a poco y antes de que pudiera darme cuenta, las luces volvieron a apagarse y Lola, al igual que todas las demás, desapareció.

-¿Van a volver a bailar?-le pregunté a una de las mujeres de la barra y tuve que aclararme la garganta, que de repente se me había secado.

-El baile general ya terminó-dijo la mujer con una pequeña sonrisa, mientras secaba uno de los vasos donde servían la cerveza -. Ahora cada chica se va a su respectivo reservado, pero volverán a hacer uno al final de la noche.

-Y... -no sabía muy bien como comenzar-. Lola...

-No te gastes, chico-dijo la mujer y tomó otro vaso para comenzar a secarlo-. Lola solo hace bailes generales cuando Hugo se lo pide, no creo que cierre esta noche, está reservada para un cliente especial.

¿Un cliente especial?

¿Cómo el tipo que la había seguido la noche anterior?

Una pesadez se asentó en mi estómago.

-¿Cómo se reserva a una bailarina?- se escapó de mi boca antes de que pudiera si quiera detenerme a pensarlo.

-Yo puedo hacerlo-dijo la mujer y sacó un folio con un montón de hojas- A ver... Esta noche están libres Angie y...

-A Lola- la interrumpí. -Quiero a Lola.

-Lola ya está reservada- repitió la mujer y levantó una ceja, por su cara me di cuenta que se estaba preguntando si en realidad yo era sordo.

-Pagaré el doble.

-Escucha chico, Lola es de las mejores actualmente, así que pagar el doble es demasiado alto..

-Lo pagaré repetí, porque pensar en ella teniendo que golpear a otro hacía que se me revolviera el estómago.









Listas para el disco 23 de mayo :)

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