CAPITULO 66 Positivo

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Sofia:

No podía.

No podía contenerme.

-Ya deja de reírte- dijo Gabito a través del teléfono-. Esto pasa porque tú siempre vas a la reunión de padres, no estaba preparado, me abordó sin piedad.

-Pero siempre me quejo-respondí y me sequé una lágrima-. ¿No me escuchas cuando me quejo por la maestra de Oli? ¿Y de las demás mamás? Eso también lo hace tu culpa.

-Pues ahora soy la mamá pollito honoraria, ¿qué te parece?

Solté otra carcajada.

-A Oli ni siquiera le gusta el campo, ¿qué vas a hacer?-pregunté con una sonrisa.

-Pues voy a tener que sobornarla para que acepte-contestó-. A lo mejor y quiere otra muñeca.

-Ya tiene muchas-respondí.

-No se me ocurre otra cosa que quiera-dije Gabito y yo me contuve a decirle que era su culpa, porque siempre le daba a Oli todo lo que quería.

-Quizás si le ofreces golosinas, pero no muchas.

-Podría funcionar.

Nos entretuvimos hablando un rato más sobre lo que él pensaba preparar para la cena y yo le conté cómo había sido nuestra llegada a Manchester y que estaba compartiendo una habitación con Mónica y Zoe, ésta última había salido con Julián a cenar como "amigos" cosa que ni Gabito y yo nos creíamos.

-Ah, acaban de llegar Oscar y Aurora, te dejo, pero llámame por cualquier cosa, te amo.

-Adiós, te amo-respondí y sonreí antes de colgar.

En ese momento Mónica salió del baño de la habitación, tenía el ceño fruncido.

-¿Te sucede algo?.- pregunté al ver su cara.

-Me he dejado las pastillas para el dolor de la pierna-respondió y se apoyó en su bastón para caminar hacia la cama.

-No pasa nada--dije y me levanté-. Dime el nombre de las pastillas e iré a la farmacia a comprártelas.

-¿Harías eso por mí?

-Mónica, haría cualquier cosa por ti- respondí con una pequeña sonrisa, porque era verdad, después de todo este tiempo juntas, yo la consideraba parte de mi familia.

Mónica asintió, pero no dijo nada, aunque noté que quería disimular una sonrisa.

Bajé a la recepción del hotel con una nota del nombre de su medicamento para preguntar por una farmacia y fue cuando los vi.

Julieta, Michael y Marcos se estaban escabullendo.

-¡Alto ahí, jovencitos!-dije y me acerqué, se detuvieron de golpe y chocaron entre ellos. ¿A dónde iban? Mónica los mandó a dormir porque tenemos un ensayo mañana en la mañana.

-Sofi, estamos aburridos, son solo las ocho -dijo Michael.

-Sí, además si nos acostamos a las diez no va a pasar nada--agregó Julieta.

Miré a Marcos esperando a que dijera algo.

-No planeábamos salir del hotel-se excusó.

Solté un suspiro, porque a veces Mónica era muy exigente con ellos, pero la entendía por completo, estos niños estaban entrenando para conseguir un futuro en la industria, su vida giraba en torno al baile, incluso había escuchado hablar a la madre de Marcos sobre la educación en casa para que él tuviera más tiempo para bailar, pero por suerte Mónica la había convencido de que no era necesario.

ALIADOS AL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora