CAPITULO 51 La base

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Sofia:

-Bueno, esto está por empezar-dijo Mónica cuando legamos a la puerta del hotel.

-Y va a tener un buen final-dije con una pequeña sonrisa mientras le daba unas palmaditas de ánimo en el hombro. Ya lo verás.

Todos los chicos se bajaron del autobús y formaron un círculo a nuestro alrededor, teníamos que escuchar lo que Mónica estaba a punto de decir, puesto que la competencia comenzaba mañana.

-Debido a que son muchísimos números y las academias son de todo el país, la competencia se dividirá en dos días. Mañana por la tarde y por la noche se presentarán los solos, tanto el femenino como el masculino -Mónica miró a Julieta ya Marcos, ambos se Sonrieron con cierta ilusión, y, eso no hizo más que estremecer mi corazón de la emoción–. Pasado será la presentación de los bailes grupales y la premiación.

Todos los chicos aplaudieron, incluidas Mónica y yo.

-Recuerden, si sus padres vinieron a acompañarlos pueden salir con ellos hoy, pero quiero que me lo comuniquen y además los quiero en la cama a las ocho de la noche-hicieron una mueca y yo sonreí -. Nop, no pienso aceptar desobediencias, reservé un salón para mañana a las nueve de la mañana para el ensayo final, los quiero frescos y descansados.

Mónica y yo comenzamos a darles las tarjetas de sus habitaciones.

-Los padres de Julieta, Marcos y Michael no vendrán hasta mañana, te toca cuidarlos -Mónica se dio la vuelta y me miró-. Yo me encargaré de los demás, que sí están acompañados.

-De acuerdo.

-No los pierdas--me advirtió.

-No pienso hacerlo.- respondí y me esforcé por esbozar una pequeña sonrisa, aunque no me apeteciera del todo.

-Olvídalo-Mónica me tomó de la mano y me miró a los ojos-, por hoy, por lo menos.

Me conmovía, de cierta manera, que Mónica me demostrara su apoyo cuando ya conocía toda mi historia, con todos mis deslices y aciertos (que no eran muchos). No sabía dónde estaría ahora si no fuera por ella.

-Está bien.- solté un suspiro y sonreí de verdad. No era un gran sonrisa, pero por lo menos era sincera.

La vi irse con los niños a sus habitaciones.

-¡¿Sofia?!-gritó Julieta horroriza da, eso hizo que mi corazón saltara por el miedo.

-¿Qué pasó?-pregunté mientras miraba alrededor y tomaba de la mano de Michael y Marcos.

Estos niños no iban a perderse ni herirse bajo mi cargo.

-¡No traje mi base!-lloró mientras revisaba una lista en su teléfono.

Me relajé inmediatamente.

-Bueno, Ju, seguro que alguna de las chicas te presta su...

-Estás loca!-se le había desaparecido el color de la cara-. Tú te piensas que este rostro es de a gratis. ¡Mira, ni un grano! No puedo usar nada que no sea mío.

Estuve a punto de decirle que por una vez que no usara algo suyo, no pasaría nada, pero Marcos me interrumpió:

-Si yo fuera tú, no lo diría.

Cerré la boca y me contuve, si me lo decía era por algo. Él, Michael y Julieta se conocían desde hacia años.

-A ver.. ¿Quieres que te lleve a comprar una?-pregunté, porque era la única solución que no incluía volver a Sonora por una base.

-Eso sería grandioso.- y para mi Sorpresa Julieta me rodeó la cintura con los brazos.

-Gracias.

-No es nada-le di unas palmaditas en la cabeza, un poco sorprendida por su arrebato de afecto-. ¿Chicos, ustedes quieren venir?

-Yo voy-dijo Michael dando un paso al frente-. La verdad es que solo estuve en Monterrey una vez y fue cuando tenía tres años, no recuerdo nada.

Asentí.

-¿Marcos?

-Pues me da igual-dijo y cuando Michael, Julieta y yo volteamos los ojos, él sonrió y agregó- Voy con ustedes.

Los cuatro subimos las maletas de Julieta a la habitación que compartirían los tres. Una vez hecho eso, tuvimos que esperar a que Julieta decidiera qué ponerse para salir, porque Dios nos librara de verla con la misma ropa todo un día.

No pude evitar sonreír cuando salió con el tercer atuendo que se había probado.

Julieta era dificil de querer, pero una vez que lo hacías, ya no podías parar. Sonreí aún más cuando me di cuenta de que Marcos y Michael también la miraban. Mucho.

Quería ver el desenlace de esta historia.

-Ok, ya tengo el mapa y la dirección exacta del hotel, ahora sí, nada puede pararnos -dije mientras guardaba mi teléfono, me había asegurado de todo ya que yo tampoco conocía Monterrey. Y tenemos toda la tarde ¿Qué hacemos primero?

-La base de Julieta-dijeron Michael y Marcos como si fuera obvio.

-¡Mi base!

-Dios Santo, sí, ¿qué es lo que tengo en la cabeza?-dije con sarcasmo y me di una golpe en la frente, ellos sonrieron-– Pues, vamos.











-¡Gracias, Sofia!-dijo Julieta una vez que salimos de la tienda de maquillaje, estuvimos como media hora buscando el tono exacto de su piel.

-No es nada, tampoco es como que yo te la hubiera comprado-respondí, restándole importancia. Y era la verdad, no podía pagar cien euros por una base diminuta--.¿Qué es lo que quieres ver de Monterrey, Michael?

-No lo sé, algo que recuerde cuando tenga treinta--respondió y eso hizo que sonriera.

-Vas a recordar el hecho de que ganaron la competencia--dije con seguridad-- ¿Por que vamos a comer un helado?

-Michael es intolerante a la lactosa- contestó Julieta.

-Está bien, entonces helado no. ¿Hamburguesas?

-Julieta es vegetariana--dijo Marcos.

-¿Hay algo que tú no comas, Marcos?- pregunté porque se me estaban agotando las opciones.

-Yo como de todo-contestó, encogiéndose de hombros.

Estuve a punto de hablar, pero Julieta dijo:

-Pero no podemos comer nada fuera de la dieta hasta que termine la competencia o Mónica va a matarnos.

Y tenía razón.

Mónica era muy estricta en cuanto a la dieta de los bailarines.

-Saben qué?-dije mientras me comía la cabeza por pensar en lo que podríamos hacer hoy-. Sigamos caminando y ya encontraremos algo que hacer.

Los tres asintieron.

Caminamos durante varios minutos y me bastaron para decir que Monterrey era muy hermosa y muy movida, había mucha gente...

-Quién creen que sea?.-preguntó Julieta.

Miré hacia donde estaba señalando, el montón de gente se debía a que estaban grabando algo. No podía alcanzar a verlo.

ALIADOS AL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora