CAPITULO 28 Novios?

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-Tengo hambre-dijo Oli, de repente.

-Aún faltan unas horas para que cerremos -le avisó Mónica y Oli frunció su ceño, en ese momento su estómago sonó.

-Si quiere yo puedo llevarla a comer algo- me ofrecí, Sofi me había dicho que todavía tenía que quedarse un rato y yo no tenía nada que hacer.

-Siii - dijo Oli y dio unos pequeños saltitos.

-¿Y cómo puedo estar segura de que no vas a robarte a la niña?- preguntó Mónica con un tono acusador.

-Puedo dejarle las llaves de mi auto si quiere y Sofi está aquí-respondí y la señalé, aunque estaba ocupada anotando a los niños que salían de clase en una lista.

Mónica extendió la mano y yo me saqué las llaves.

-También el DNI-me pidio.

Y tuve que contenerme a voltear los ojos antes de dárselo, sentía que estaba tomándome el pelo.

-Llévala al local de al lado, venden ensaladas-dijo Mónica y Oli frunció su ceño –Y todos en esta calle conocen a Olivia, gritarán y llamarán a la policía si te la llevas lejos.

-De acuerdo-dije.

Cuando salimos Oli susurró:

-Odio las ensaladas.

-Yo también-respondí.

La llevé al local de ensaladas solo porque no quería que su abuela me acusara de robármela. Por suerte estaba vacío y las mesas eran altas, habían ese tipo de sillas a las que Oli no podía subirse sola, así que tuve que cargarla para que se sentara en una.

-Cuántos años tienes, Oli?- le pregunté y sonreí al ver sus zapatitos de ballet, eran morados y brillantes.

-Tres-susurró- Y tú, cuántos años tienes?

-Veintitres- respondí y solté una risa al ver como se abrían sus ojos por la sorpresa.

-Eres tan viejo como mi abuela-me dijo, asombrada.

-Hola, Oli –dijo el mesero con una gran sonrisa, era un gran hombre que tenía un aspecto un poco brusco, pero por cómo la miraba, se notaba que Oli le caía bien.

-Hola, Boby -dijo Oli.

-¿Quién es tu nuevo amigo?-le preguntó y me dirigió una mirada de reojo, yo también le sonreí.

-Es Gabito! -dijo Oli, emocionada por la presentación.

Fue entonces cuando el mesero realmente me prestó atención.

-¿Eres el cantante?-preguntó el hombre con los ojos bien abiertos.

-Eh, sí, soy yo.

-¿Cantante?-preguntó Oli frunciendo el ceño, no podía pronunciar muy bien la palabra.

-Caray! No lo creo -dijo y se llevó la mano hacia su delantal para sacar su móvil-. ¿Puedo tomarme un foto contigo?

-Claro-respondí y sonreí al ver a Oli acercarse para la foto.

-Bueno, ¿qué van a querer?-dijo, claramente emocionado y nos externdió el menú.

Oli y yo nos miramos cuando vimos la foto de una hamburguesa.









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