Te Quiero a ti [Mechoa]

Capítulo III

3 meses habían pasado desde la boda y en todo ese tiempo Guillermo evitaba a su esposo lo más que podía, cuando llegaban a cruzarse simplemente lo ignoraba y las únicas veces en las que el omega podía estar cerca de él era cuando esas tontas revistas de sociales querían una fotografía o una nota de la pareja, su matrimonio había sido la boda del año al ser ambos de las familias más importantes de la ciudad.

De verdad Lionel creyó que con la rutina y la convivencia ayudaría a ambos a acercarse y que quizá Guille se fijara en él pero nuevamente se había equivocado.

Guillermo habia estado de muy mal humor todo este tiempo, se había empeñado en sacar adelante los negocios de su familia. Gracias a la inversión y los contactos de Jorge habían podido salir adelante, Robert Lewandowski había ayudado a introducir la línea de perfumes de los Ochoa en sus exclusivas tiendas departamentales lo cual en estos primeros meses habían tenido excelentes ventas, al menos algo le estaba saliendo bien, pues en los demás aspectos de su vida era un total desastre, odiaba llegar a casa y saber que su esposo se encontraba ahí.

Lo peor de todo era que Manuel desde esa última vez que se vieron no contestaba sus llamadas y mensajes lo cual hacía que se desesperara, anhelaba tanto saber de él y le dolía que el alemán lo estuviera ignorando, entendía que él fue el que falló al casarse con alguien más por dinero pero habían acordado que al finalizar el plazo estarían juntos nuevamente, creyó que seguirían en contacto al menos por mensajes y llamadas pero parecía que el omega no quería saber nada de él. Lo único que lo motivaba a seguir es que cada día que pasaba era un día menos para que todo terminara y buscar a Manuel para arreglar las cosas.

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Manuel había decidido alejarse totalmente de Guillermo, estaba herido por cómo habían sucedido las cosas;  desde muy joven el mexicano había sido alguien muy importante en su vida, tenía poco de haber llegado a México cuando lo conoció y el alfa lo había apoyado en sus momentos más difíciles, rápidamente se enamoraron y todo fluyó.

Una noche al salir a un bar a ahogar sus penas con su mejor amigo Thomas Müller, había conocido a nada más y nada menos que Lewandowski, el ahora socio de los Ochoa. Había bebido demasiado y Robert como todo un caballero lo había llevado hasta su departamento, a partir de ese momento comenzaron a frecuentarse.

Dos meses después anunciaron que habían iniciado un cortejo, cuando Robert presentó a Manuel como su novio en una reunión en la que por supuesto habían asistido Lionel y Guillermo, este último se puso como loco y bebió demasiado, Manuel quiso acercarse para hablar con él pero no dejo que se le acercara.

-Guillermo, por favor déjame explicarte - Manuel corría desesperado detrás de su ex novio, este lo ignoró y lo único que hizo fue salir huyendo de ese lugar arrastrando a Lionel hasta el auto para regresar a casa

-¡Todo esto es tu culpa! - le reclamó Memo a su esposo en un tono furioso mientras aceleraba y golpeaba el volante de forma violenta.

Lionel no dejaba de llorar y no podía pronunciar ninguna palabra, estaba asustado por lo rápido que Guillermo conducía, tenía miedo que en cualquier momento fueran a chocar, nunca había visto a su esposo tan enojado.

-¡Deja de llorar, maldita sea! No te imaginas lo mucho que te odio Lionel - habían llegado a la casa y Guillermo comenzó a tirar todo lo que estaba a su paso destruyendo el mobiliario, Lionel se asustó tanto que pensó que en cualquier momento Guillermo haría algo en su contra, no paraba de repetirle que todo era su culpa.

El alfa estaba muy ebrio, se dirigió a su despacho y Lionel lo siguió, por primera vez en todo este tiempo había sentido que todo lo que hizo había estado mal, ver a su esposo tan afectado lo hizo arrepentirse por todo lo que su capricho e inmadurez habían provocado.

-Guille, yo...yo lo siento - mencionó el omega, su rostro se encontraba rojo y húmedo por las lágrimas que había estado derramando, de verdad estaba arrepentido

-Ya estarás satisfecho ¿verdad? - dijo colocándose frente al omega - ¡destruiste todo mi maldito mundo mocoso caprichoso! - el omega estaba realmente asustado, la altura del alfa lo estaba intimidando, jamás se había sentido de esta manera, él nunca había permitido que un alfa lo tratara de sobajar por su casta pero el aroma de Guillermo era tan agrio que provocaba que por sus venas corriera un inmenso miedo

-Guille, yo no quería que las cosas sucedieran así, acepto que me equivoqué y te pido perdón por eso, pero la relación de Manuel y Robert no es mi culpa - respondió dándose valor a pesar del miedo que sentía - si Manuel te amara realmente te hubiera esperado el tiempo que fuera necesario

-¡Cállate! - la ira del alfa seguía en aumento y el omega se dio cuenta de que no debió decir esas palabras, haciendo uso de su fuerza tiro al omega al sofá que se encontraba en la oficina, se sentó a horcajadas sobre el y tomó con fuerza el cuello de la camisa de su esposo - ¡no vuelvas a opinar de mi relación con Manuel o soy capaz de agarrar tu hermoso cuello entre mis manos y apretarlo hasta romperlo!

-¡¿Porque no lo haces de una una buena vez y terminamos con todo esto?! -gritó el omega, estaba asustado pero su carácter dominante hablaba por él

El alfa se burló por el atrevimiento del omega - entonces dime Leo, hiciste todo esto porque tenías la fantasía de que te cogiera eh - dijo con la mirada perdida y con descaro comenzó a acariciar las piernas del omega - llegaste demasiado lejos solo por conseguirlo - Guillermo en un movimiento violento bajo el pantalón junto con la ropa interior de Lionel - ¡si es lo que tanto deseas te lo voy a conceder para que me dejes de una buena vez en paz!

-¡Soltame! ¡Guille por favor, soltame! - definitivamente esta no era la forma en la que había soñado tener su primera vez con el alfa de sus sueños - ¡Estás loco, soltame!- competir con la fuerza del alfa era inútil, simplemente cerró sus ojos resignado a lo que iba a suceder, sentía que en cualquier momento se desmayaría por el aroma tan fuerte que desprendía el alfa.

Guillermo estaba tan furioso que su razón se había nublado totalmente, tenía aprisionadas las muñecas de su esposo por encima de su cabeza, de forma brusca comenzó a besar y morder su cuello hasta que en un pequeño momento de lucidez sintió el fuerte aroma del omega, estaba aterrado.

¿Qué carajos estaba haciendo? Vio que Lionel estaba completamente derrumbado y asustado, la furia y el alcohol lo habían hecho perder la razón, cuando volvió en si, se levantó del sofá y se dirigió a su habitación completamente arrepentido de lo que estuvo a punto de hacer.

El omega pudo recuperar nuevamente el aire, se quedó llorando en el sofá colocándose nuevamente sus prendas, nunca se imaginó que Guillermo fuera capaz de forzarlo de esa manera y en ese momento todas sus fantasías se derrumbaron.

A partir de esa noche Leo se dio cuenta que su matrimonio no iba a llegar a ningún lado, trataba de no encontrarse con el alfa en ningún momento, recordaba lo furioso y violento que se puso que sentía terror cada que estaba cerca de él, ahora era él quien contaba los días para que se cumpliera el plazo y poder divorciarse.

Con lo que no contaba era que sus padres viajarían una larga temporada a Argentina y lo dejarían al mando de la compañía, cosa que su marido aprovechó para obligarlo a cederle sus acciones y a firmar un poder total sobre todos sus bienes para manejarlo a su antojo y sin ninguna restricción.

En estos meses Guillermo se había ganado la confianza de su suegro por lo que haciendo uso de su labia y carisma le comentó que Lionel le había pedido a él hacerse cargo de todo pues su hijo estaba más interesado en ocuparse de su casa y de su futura familia.

Perder a Manuel le había hecho cambiar sus planes, haría que Lionel se arrepintiera cada día por todo lo que había hecho, a estas alturas ya no pensaba divorciarse, había hecho firmar al omega una cláusula donde perdería todo lo que le pertenecía si este pedía el divorcio.

Lionel Messi entendió que esta sería su venganza, si su marido no era feliz el tampoco lo sería. Ahora estaba preso en esa situación que él mismo se buscó, se había condenado a un matrimonio sin amor. Solo esperaba que algún día Guillermo lo perdonara, poder recuperar su libertad y tener un nuevo comienzo en su vida.