Te Quiero a ti [Mechoa]

Capitulo V

Era la primera vez en mucho tiempo que Lionel se sentía verdaderamente pleno pues el restaurante por fin estaba listo para abrir sus puertas; el lugar era pequeño y sencillo, pero muy acogedor. Hoy sería la inauguración y con la ayuda de Kun se encargarían de los postres y bebidas dulces.

Scaloni le había recomendado a un amigo chef para la cocina. Emiliano Martínez, a quien llamaban Dibu era un alfa muy agradable y ocurrente al igual que Kun, lo que hacía que el tiempo pasara de forma más amena para todos, ambos hacían reír a carcajadas a Lionel con sus ocurrencias.

Por fin sentía que las cosas iban mejorando.

Incluso ya no le pesaba llegar a casa; estos días había estado tan ocupado que llegaba tan agotado que lo único que deseaba era dormir, ahora tenía otras cosas en las cuales enfocarse que eran pocas las veces en las que pensaba en su matrimonio.

Andrés Guardado había llegado para probar los deliciosos platillos que ofrecían. El lugar era lindo y estaba bien ubicado, sabía que era solo cuestión de tiempo para que comenzaran a darse a conocer.

- Leo, todo quedó magnífico. Me muero por probar ese famoso asado que tanto presumes - dijo Andrés, acercándose al omega.

- Vas a ver que te va a encantar. Vení, déjame presentarte a mis amigos - tomó a Andrés del brazo y lo llevó al mostrador donde estaban Dibu y Kun.

- Mirá, él es Emiliano, el chef encargado de la cocina, te va a encantar todo lo que prepara.

-Un gusto, Emiliano - lo saludó con un apretón de manos.

-El gusto es mío, pibe - correspondió el saludo.

-Y él es Sergio, es un magnífico repostero - mencionó señalando a su amigo.

-Mucho gusto, Sergio - de igual manera, saludó a Sergio dándole un apretón de manos.

-También me da gusto conocerte, Leo ya me ha hablado de vos - le dedicó una sonrisa coqueta que Andrés ni siquiera notó - pero no seas tan serio, boludo, decime Kun.

-Bueno, sentate, Andrés, sos nuestro primer cliente - Leo dirigió a Andrés a una mesa y le dejó el menú.

-Mejor tú recomiéndame algo, quiero tener una verdadera experiencia argentina - Lionel sonrió por el comentario.

- Mmm...- el omega sacó un bolígrafo de la bolsa de su camisa y con una mueca que denotaba estar pensando la llevó a sus labios - de comer te recomiendo mi platillo favorito: milanesas a la napolitana con puré de papa, Dibu las prepara igual de deliciosas que mi abu. Te puedo traer también una copa de un buen vino y, como postre, unos alfajores rellenos de dulce de leche que no es por presumir, pero me quedan re buenos, y no te podés ir sin tomar un buen mate.

- Espero poder con todo, se escucha buenísimo - dijo el alfa, muy entusiasmado, mientras frotaba las palmas de sus manos.

- Te va a encantar - el omega se dirigió a la cocina para pedir la orden de Andrés, Sergio se acercó y lo abrazó por los hombros.

- Leo, el amigo del pelotudo de tu marido es re lindo.

Leo soltó una risita y le hizo una seña para que bajara la voz—si me di cuenta de cómo le coqueteaste, pero Kun, no te ilusiones, después la desilusión es peor.

- Boludo, tranqui, solo digo que el chavón es lindo.

- Mirá, acaba de llegar Scaloni y Pablo, andá y atendelos - empujó suavemente a su amigo.

Andrés había quedado fascinado, le había encantado todo y le comentó al omega que lo iba a recomendar a sus amigos y familiares.

Nuevamente, Lionel le pidió que no le dijera nada a Memo, quería mantener su negocio en secreto; tenía miedo de perder también ese lugar que con tanto sacrificio había construido, lo hacía sentir pleno y orgulloso de sí mismo.

No habían tenido tantos clientes, pero tenía fe de que, conforme pasaran los días se irían aclientando más. Andrés le dijo además que había sido una excelente idea el concepto del lugar, ya que ofrecían un menú tanto para alguien que tuviera prisa y solo buscara un café por la mañana como para quienes buscaran una deliciosa comida por la tarde. Scaloni y su omega también lo felicitaron y le prometieron que serían de sus mejores clientes.

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Jorge Messi estaba muy contento con la gestión que había tenido su yerno desde que tomó el mando de la compañía de los Ochoa, del manejo de las acciones de Lionel y representándolo a él mientras se encontraba en Argentina.

Guillermo le había propuesto formar un conglomerado con las empresas de ambas familias y se había propuesto él mismo para presidirlo. Jorge, como buen hombre de negocios, no se iba a arriesgar a cederle todo el control.

- Vamos, Jorge, sabes que las ideas que he propuesto han dado excelentes resultados. Te pagué lo que invertiste antes del plazo acordado y la compañía que me confió mi padre salió de ese bache y ahora estamos mejor que nunca, además, he hecho crecer el patrimonio de Lionel - Guillermo estaba haciendo una videollamada con su suegro, necesitaba convencerlo. Se le había metido en la cabeza la idea de construir un conglomerado exitoso y productivo.

- Guillermo, reconozco que sos un joven muy brillante en los negocios, ya me estoy haciendo viejo y me gustaría descansar, pero sería una total locura de mi parte cederte todo el control, sabes que soy directo y no me gusta irme por las ramas. En cualquier momento mi hijo y vos poden divorciarse; no tenemos un lazo de sangre todavía - Jorge soltó un suspiro antes de continuar - Celia y yo concordamos en que nos encantaría tener un nieto. Lionel está en su mejor edad para concebir, pero de niño tuvo un problema hormonal y el que hasta ahora no se haya embarazado nos preocupa. Además, ni siquiera se han enlazado, Guille, yo podría aceptar unificar ambas empresas si tuviera un heredero.

El alfa quedó petrificado ante esas palabras. Debió habérselo esperado; por supuesto que los padres de su esposo esperarían la llegada de un cachorro. Incluso sus padres se lo habían preguntado en un par de ocasiones.

Se encontraba en una encrucijada, se había propuesto ser uno de los empresarios más importantes del país y, si eso querían sus queridos suegros, iba a buscar la manera de cumplirles.

Al fin y al cabo, se trataba nuevamente de otro acuerdo de negocios.