Te Quiero a ti [Mechoa]

Capítulo XVI

Guillermo no se había equivocado en pedirle a Lionel que se encargara de dirigir la empresa en los días que él estaría ausente. Lo había hecho de maravilla que le había dado libertad de tomar algunas decisiones. Estaba muy satisfecho con su desempeño.

Lionel había demostrado ser súmante inteligente y tener el suficiente carácter para ser un líder, ahora toda su percepción respecto al omega había cambiado, en este par de semanas que habían pasado habían hablado mas y había comenzado a conocerlo un poco más.

Su rehabilitación también estaba evolucionando muy favorablemente, todos los días tenía sus terapias y durante el día, Lionel lo ayudaba con los ejercicios que el terapeuta le pedía que realizara.

El omega estaba bastante contento de tener participación en los negocios de su familia y de la de su esposo. Cuando se casó, apenas se había graduado y obviamente nunca había ejercido, la poca experiencia manejando un negocio era el restaurante pero no tenía comparación, estos días se había encargado de la firma del contrato con Beckham, con el cual había comenzado a forjar una amistad. El británico le caía bien y lo había ayudado mucho en el nuevo proyecto que su marido había propuesto.

Si bien tenía personas a su alrededor que lo ayudaban cuando lo necesitaba, no le gustaba para nada la forma en la que Saúl lo miraba o los comentarios que luego realizaba cuando él pensaba que no lo estaba escuchando.

Varias veces escuchó como mencionaba que su matrimonio con Guillermo era una mentira y aunque eso fuera cierto no era algo que fuera de dominio público, sabía perfectamente que lo decía por celos y no podía sacarse la idea de la cabeza que en algún punto su esposo había tenido algo que ver con el pelirrojo aunque esté se lo haya negado, no había otra explicación para que el omega supiera detalles tan íntimos como ese.

A pesar de sus nuevas actividades, Lionel no había dejado de estar al pendiente del restaurante, Pablo seguía apoyándolo y los chicos estaban haciendo un gran trabajo. Incluso Julián al enterarse del emprendimiento de su primo no dudó en ofrecerle su ayuda en lo que fuera necesario.

El joven omega era un chico que nunca en su vida había tenido la necesidad de trabajar pero le pareció interesante y emocionante la idea de atender una cafetería.

Desde el comienzo se dio cuenta que no era tan fácil como creía pero Kevin lo había estado apoyando a que las cosas fueran más sencillas para él. Quizá y ayudar a su primo no era la razón principal por la que le gustaba asistir en sus tardes libres.

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- Leo, podemos hacer un juego de preguntas, hemos vivido ya casi tres años en esta misma casa, nos conocemos desde muy chicos pero realmente no nos conocemos, digo, acordamos que nos trataríamos de forma cordial y es buen comienzo saber un poco más del otro.

Mencionó una tarde Guillermo después de que el omega le haya ayudado a ducharse, el alfa ya se podía poner de pie y dar algunos pasos pero siempre con ayuda o apoyado de unas muletas. Después de la ducha se había recostado en su cama mientras Leo le ofrecía una tarta de manzana que había cocinado hace unas horas para después guardar algo de ropa en el clóset.

- Que irónico, nuestro proceso de divorcio será más amigable que nuestro matrimonio - quiso decirlo como una broma pero para nada sonó así, se dio cuenta cuando el alfa desvió su rostro y continuó - no se me ocurre nada, empezá vos

- Mmmm ¿Desde cuando te diste cuenta que te gusta la repostería? Se te da bastante bien - dijo mientras tomaba un bocado de la deliciosa tarta que preparo el omega

- Hace poco más de un año vi la escuela cuando salía a hacer unas compras, pregunté por curiosidad, llamó mi atención y me inscribí

- Bien, es tu turno de preguntar