Capítulo 3: Arte y Obsesión//Encuentro con la Banda

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T/N estaba en su casa, una vivienda que no era ni fea ni bonita, simplemente aceptable. Para él, era un refugio. Las paredes estaban repletas de grafitis y el suelo manchado con pintura, reflejo de su pasión por el arte y su necesidad constante de expresar lo que llevaba dentro. El desorden creativo de su hogar era un reflejo de su mente, siempre en ebullición, siempre buscando formas de canalizar sus emociones.

Esa noche, después de su turno en la cafetería, T/N se sentó en su rincón favorito, rodeado de lienzos y botes de pintura. Puso música en sus auriculares, dejando que las melodías lo transportaran a un estado de inspiración. Tomó un lápiz y comenzó a dibujar, dejando que su mano se moviera libremente sobre el papel.

Pero sin querer, sus pensamientos volvieron a Luna. Sus ojos oscuros, su cabello negro azabache, la forma en que se movía con una gracia hipnotizante. Antes de darse cuenta, estaba dibujando su rostro. Cada trazo capturaba su esencia, la intensidad de su mirada, la dulzura escondida detrás de su apariencia gótica.

Cuando terminó, se quedó mirando el dibujo, sintiendo una mezcla de asombro y frustración. No podía sacarla de su cabeza. Incluso en su espacio más íntimo, Luna seguía presente, ocupando cada rincón de su mente.

Suspiró y se dejó caer en su sofá, cerrando los ojos por un momento. Se preguntó qué tenía esa chica que lo había atrapado tan profundamente. Había algo en ella, algo que lo llamaba, que lo atraía como un imán. Era más que su apariencia; era la chispa de vida en sus ojos, la pasión que emanaba de su ser.

T/N se levantó y caminó por la sala, mirando los grafitis en las paredes, cada uno contando una historia diferente de su vida. Se detuvo frente a un espejo manchado de pintura, observando su propio reflejo. Las ojeras bajo sus ojos eran un testimonio de sus noches en vela, de sus sueños inquietos y de su constante lucha por encontrar sentido en su arte y en su vida.

Volvió a sentarse y tomó su cuaderno de dibujo, hojeando las páginas llenas de bocetos y garabatos. Encontró una página en blanco y comenzó a escribir. Las palabras fluían de su pluma como si tuvieran vida propia, cada frase un reflejo de sus pensamientos y emociones.

Querida Luna,

No puedo sacarte de mi cabeza. Desde el momento en que te vi en el tren, supe que había algo especial en ti. Algo que no podía ignorar, que me llamaba de una manera que nunca antes había experimentado. Eres una musa en mi mente, una presencia constante en mis pensamientos.

No sé qué depara el futuro, pero sé que necesito descubrir más sobre ti. Necesito entender por qué me siento así, por qué cada vez que cierro los ojos veo tu rostro.

Con cariño,

T/N

Se detuvo y miró la carta. No sabía si alguna vez tendría el valor de entregársela, pero escribir sus sentimientos le daba una extraña sensación de alivio. Dobló el papel y lo guardó en su cuaderno, sintiendo que había dado un pequeño paso hacia entender lo que estaba sucediendo dentro de él.

Se levantó y miró alrededor de su hogar, las paredes llenas de sus obras, el suelo manchado de sus intentos y fracasos. Todo eso era parte de su vida, y ahora Luna también lo era, aunque solo fuera en su mente y en su arte.

Con una última mirada al dibujo de Luna, T/N apagó las luces y se dirigió a su habitación. Sabía que esa noche también sería difícil dormir, pero al menos había dado un paso hacia entender su obsesión. Y en el fondo de su corazón, sentía que este era solo el comienzo de una historia mucho más grande...

...

..

.

A la mañana siguiente, T/N se despertó sintiéndose tan agotado como la noche anterior. Sus sueños habían estado plagados de imágenes de Luna, y había pasado la noche inquieto, dando vueltas en la cama. Se levantó con esfuerzo y se dirigió al baño, donde una caja llena de maquillajes se encontraba en el estante. No solía usarlos, pero hoy necesitaba algo para ocultar las profundas ojeras que delataban su falta de sueño.

Tomó un corrector y lo aplicó con cuidado bajo sus ojos, tratando de disimular el cansancio. Satisfecho con el resultado, se miró en el espejo y se dio una última ojeada antes de salir de casa. Sabía que tenía que enfrentar otro día en la cafetería, y aunque el trabajo le resultaba rutinario, la idea de que pudiera encontrarse de nuevo con Luna le daba una chispa de esperanza.

Llegó a la cafetería y se puso su delantal, preparándose para otro día de servir café y atender a los clientes. La mañana transcurrió sin incidentes, pero su corazón dio un vuelco cuando, al mirar hacia la puerta, vio a Luna entrar. Sin embargo, esta vez no estaba sola. La acompañaban los miembros de su banda: Drake, Laio y Camila. T/N los había visto en las redes sociales la noche anterior, intentando aprender más sobre el mundo de Luna.

Luna y su grupo se dirigieron a una mesa en la esquina, riendo y charlando animadamente. T/N los observó desde detrás del mostrador, sintiéndose un poco incómodo al ver a Luna con sus amigos. A pesar de su nerviosismo, no pudo evitar sentir una punzada de celos al ver lo cerca que estaba de sus compañeros de banda.

Mientras preparaba algunos pedidos, T/N trató de concentrarse en su trabajo, pero su atención seguía volviendo a Luna y su grupo. Drake, con su cabello teñido de azul y su actitud relajada, parecía ser el líder natural del grupo. Laio, más callado pero igualmente carismático, era el bajista. Camila, la baterista, era una presencia vibrante y llena de energía, con una risa contagiosa que resonaba en toda la cafetería.

Luna, sin embargo, seguía destacándose para T/N. Había algo en ella, en la forma en que sonreía, en la manera en que sus ojos brillaban, que lo hacía sentir una conexión profunda e inexplicable.

En un momento, Luna se levantó y se dirigió al mostrador para pedir más café. T/N aprovechó la oportunidad para saludarla.

—"Hola, Luna," dijo, tratando de sonar casual mientras su corazón latía con fuerza.

Luna le devolvió la sonrisa, y T/N sintió una oleada de alivio al ver que ella también estaba feliz de verlo.

—"Hola, T/N," respondió ella, su voz suave pero llena de calidez. "¿Cómo estás?"

—"Bien, gracias," dijo él, tratando de mantener la conversación ligera. "¿Y tú? ¿Cómo va todo con la banda?"

Luna se encogió de hombros, su expresión se volvió un poco más seria.

—"Va bien," dijo, aunque había una sombra en su mirada que T/N no pudo pasar por alto.

Antes de que pudiera preguntar más, Drake se acercó al mostrador, sonriendo amistosamente.

—"Hola, soy Drake," dijo, extendiendo la mano. "Tú debes ser T/N. Luna nos ha hablado de ti."

T/N estrechó la mano de Drake, sintiéndose un poco abrumado por la situación.

—"Sí, soy T/N," respondió. "Es un placer conocerte."

Laio y Camila también se acercaron, presentándose con amabilidad. A medida que conversaban, T/N se sintió cada vez más integrado en el grupo, aunque seguía siendo consciente de la distancia que lo separaba de ellos. Eran una banda, una familia, y él era un extraño que apenas conocían.

Sin embargo, la presencia de Luna lo hacía sentirse un poco más cómodo. Ella le lanzaba miradas cómplices y sonrisas, y T/N sabía que, a pesar de las diferencias, había algo que los conectaba de una manera única.

Mi....Gotica?? [T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora