Dos años habían pasado desde aquel primer día en el jardín infantil. La vida había cambiado significativamente para T/N y Luna. Su hijo, ahora de tres años, había crecido hasta convertirse en un niño curioso y enérgico. Pero la familia también había crecido: Luna había dado a luz a una hermosa niña un año después, a la que llamaron Alice. Alice era un reflejo de la dulzura y delicadeza de Luna, con su piel blanca y sus ojos llenos de curiosidad.
A pesar de la felicidad que traía la expansión de su familia, la vida no había sido completamente indulgente con ellos. Luna había estado luchando contra un enemigo silencioso. Durante sus años de juventud y la etapa inicial de su relación con T/N, Luna había fumado mucho, y aunque había reducido el hábito, el daño ya estaba hecho. Ahora, a los veintiséis años, Luna enfrentaba un diagnóstico devastador: cáncer de pulmón en etapa 2.
Luna se esforzaba por mantener la normalidad, a pesar de la tos persistente y la garganta constantemente irritada que la acompañaban cada día. T/N, consciente del dolor que su amada estaba pasando, hacía todo lo posible para mantener el hogar lleno de amor y esperanza.
Una tarde, mientras el sol se ponía y llenaba el apartamento con una cálida luz dorada, T/N y Luna estaban sentados en el sofá, observando a sus hijos jugar en la sala. El niño mayor corría con un avión de juguete, mientras Alice, con sus rizos rubios y ojos brillantes, seguía a su hermano, riendo cada vez que él hacía un giro brusco.
T/N miró a Luna y vio el dolor en sus ojos, una mezcla de amor y tristeza mientras observaba a sus hijos. Se acercó a ella y le tomó la mano, entrelazando sus dedos con los suyos.
—"Vamos a superar esto juntos," —dijo en voz baja, sus ojos llenos de determinación. "No importa lo que pase, estaremos contigo."
Luna le devolvió la mirada, con lágrimas en los ojos, pero con una pequeña sonrisa en los labios.
—"No sé qué haría sin ti," —susurró, apretando su mano. "Tú me das la fuerza para seguir adelante."
La vida había cambiado mucho desde sus días de conciertos y noches apasionadas. Ahora, su mundo giraba en torno a sus hijos y el tiempo limitado que sabían que tenían juntos. T/N se había convertido en el pilar de la familia, cuidando de Luna y de los niños con una dedicación incansable.
En los días siguientes, T/N se aseguró de que Luna recibiera el mejor tratamiento posible. Pasaron horas en hospitales y clínicas, hablando con doctores y especialistas, explorando todas las opciones disponibles. Pero más allá del tratamiento médico, T/N se enfocó en mantener viva la esperanza y la felicidad en su hogar.
Una tarde, después de una larga sesión de quimioterapia, Luna se sentía especialmente agotada. T/N había preparado la cena y estaba poniendo la mesa mientras los niños jugaban en la sala.
—"¿Quieres algo especial para cenar?" —preguntó, tratando de animarla. "Puedo hacerte lo que quieras."
Luna negó con la cabeza, pero le sonrió.
—"Solo quiero estar contigo," —dijo suavemente. "Y con los niños. Eso es todo lo que necesito."
Cenaron juntos, disfrutando de cada momento como si fuera el más preciado. Después de la cena, T/N llevó a los niños a la cama, contándoles historias hasta que se quedaron dormidos. Luego, volvió al lado de Luna y la ayudó a acostarse.
—"Prométeme algo," —dijo Luna, mirándolo con seriedad mientras se acomodaba en la cama.
—"Lo que sea," —respondió T/N, sosteniendo su mano.
—"Prométeme que siempre estarás ahí para nuestros hijos," —dijo, su voz apenas un susurro. "Quiero que crezcan sabiendo cuánto los amamos."
T/N sintió un nudo en la garganta, pero asintió.
—"Te lo prometo," —dijo firmemente. "Siempre estaré aquí para ellos. Y para ti."
Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Luna seguía luchando, a veces con más fuerza de la que creía tener. Pero había momentos en los que la enfermedad la vencía, y T/N tenía que ser su roca, su consuelo y su esperanza.
Un día, mientras estaban en el parque con los niños, Luna tuvo un momento de debilidad. Se sentó en un banco, jadeando y tosiendo, mientras T/N corría hacia ella, preocupado.
—"¿Estás bien?" —preguntó, arrodillándose a su lado y sosteniéndola.
Luna lo miró y sonrió a través de la debilidad.
—"Estoy bien," —dijo, aunque ambos sabían que no era cierto. "Solo necesito un momento."
T/N se sentó a su lado, sosteniéndola con ternura. Miraron a sus hijos correr y jugar, y por un momento, todo parecía perfecto.
—"Te amo," —dijo Luna en voz baja, apoyando su cabeza en el hombro de T/N. "Gracias por estar siempre a mi lado."
T/N la abrazó con fuerza, sintiendo una mezcla de amor y desesperación.
—"Yo también te amo," —respondió, con lágrimas en los ojos. "Y siempre estaré aquí, no importa lo que pase."
La vida no les había dado un camino fácil, pero juntos, estaban decididos a enfrentar cada desafío, cada tormenta. Porque a pesar de todo, el amor que compartían era más fuerte que cualquier adversidad.
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Mi....Gotica?? [T/N]
Teen FictionEste no sera un personaje en si, pero igual espero que les guste