Capítulo 34: El Último Suspiro

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El hospital estaba en silencio, un contraste inquietante con el bullicio del mundo exterior. Las luces fluorescentes arrojaban un resplandor pálido y frío sobre los pasillos, y el sonido constante de las máquinas de soporte vital resonaba como un recordatorio sombrío de la fragilidad de la vida. T/N caminaba despacio por el corredor, sus pasos resonando en el suelo de linóleo, cada uno cargado de una mezcla de miedo y esperanza desgastada. Al llegar a la habitación de Luna, respiró hondo antes de abrir la puerta.

Dentro, el ambiente era sereno, pero impregnado de una tristeza palpable. Luna estaba acostada en la cama, conectada a una serie de tubos y monitores. Su piel, una vez llena de vida, ahora estaba pálida y casi translúcida. A pesar de su estado, sus ojos seguían brillando con la misma intensidad que siempre había fascinado a T/N.

Él se acercó lentamente, tomando asiento junto a ella, su mano buscando la de ella con un cuidado reverente. Luna abrió los ojos y sonrió débilmente al verlo.

—"Hola, mi amor," —susurró, su voz apenas audible.

T/N le devolvió la sonrisa, aunque era una sonrisa llena de dolor y lágrimas no derramadas.

—"Hola, Luna," —respondió suavemente. "Estoy aquí."

Luna asintió, apretando suavemente su mano.

—"Sabes, siempre supe que este día llegaría," —dijo, su voz temblando ligeramente. "Pero nunca pensé que sería tan pronto."

T/N asintió, incapaz de hablar, su garganta apretada por la emoción. Se inclinó hacia adelante, colocando un suave beso en la frente de Luna, su corazón latiendo desbocado en su pecho.

—"Hemos tenido una vida hermosa," —continuó Luna, sus ojos llenos de recuerdos. "Nuestros hijos... nuestra familia... tú. Todo ha sido perfecto, a pesar de todo."

T/N no pudo contener las lágrimas. Las palabras de Luna perforaron su alma, recordándole todos los momentos maravillosos que habían compartido, y lo mucho que ella había significado para él.

—"Lo sé," —logró decir finalmente, su voz quebrada. "Te amo, Luna. Siempre lo haré."

Luna sonrió, sus ojos llenos de una mezcla de amor y tristeza.

—"Y yo te amo a ti," —dijo con suavidad. "Prométeme que seguirás adelante. Que cuidarás de nuestros hijos y que les contarás sobre nosotros... sobre todo lo que vivimos."

T/N asintió, las lágrimas rodando por sus mejillas.

—"Lo prometo," —dijo, su voz firme a pesar de la marea de emociones que lo abrumaba. "Siempre estarás con nosotros, en nuestros corazones."

Luna suspiró, cerrando los ojos por un momento, su rostro relajado en una paz que T/N había temido que nunca volvería a ver.

—"Gracias," —murmuró. "Gracias por todo."

La habitación cayó en un silencio pesado, roto solo por el zumbido constante de las máquinas. T/N se quedó sentado a su lado, su mano entrelazada con la de Luna, mientras el tiempo parecía detenerse. Podía sentir el peso de cada segundo, cada respiración que tomaba Luna, sabiendo que cada una podría ser la última.

Con el paso de las horas, la respiración de Luna se volvió más superficial, cada vez más espaciada. T/N no se movió, temiendo perder incluso el más breve momento de su tiempo juntos. Finalmente, Luna abrió los ojos una vez más, sus labios formando una última sonrisa.

—"Adiós," —susurró, su voz un mero aliento.

T/N sintió cómo su corazón se rompía mientras observaba la vida desvanecerse de los ojos de Luna. Un último suspiro escapó de sus labios, y luego... silencio.

Se quedó allí, incapaz de procesar lo que había ocurrido. Luna, su Luna, ya no estaba. La realidad de su pérdida lo golpeó con una fuerza implacable, y por un momento, todo lo que pudo hacer fue sentarse en silencio, su mano todavía aferrada a la de ella, como si al soltarla realmente la dejara ir.

Eventualmente, el personal del hospital entró en la habitación, sus movimientos cuidadosos y respetuosos. T/N se levantó lentamente, su cuerpo entumecido por el dolor. Se inclinó una última vez hacia Luna, besándola suavemente en los labios.

—"Te amo," —susurró, antes de dejar que el personal del hospital se llevara el cuerpo de Luna.

T/N se quedó solo en la habitación, mirando el lugar vacío donde Luna había estado. Sabía que tenía que ser fuerte por sus hijos, por la familia que habían creado juntos. Pero en ese momento, todo lo que podía sentir era un vacío aplastante, una tristeza que amenazaba con consumirlo.

Tomó una profunda respiración y salió de la habitación, su corazón pesado pero lleno de determinación. Sabía que la vida sin Luna sería difícil, pero también sabía que ella siempre estaría con él, en sus recuerdos y en el amor que compartieron. Y con eso en mente, se prometió a sí mismo que honraría su memoria y viviría cada día con la misma pasión y amor que Luna había traído a su vida.

Mi....Gotica?? [T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora