Capítulo 6

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Al día siguiente, en las calles de Londres, Harry y Hagrid están en el metro.

– Todos los estudiantes de primer año deben tener un caldero de peltre del nº2 y si lo desean pueden llevar una lechuza, un gato o un sapo. – se vuelve hacia Hagrid.

– ¿Quién quiere un sapo de mascota? – dijo Damon.
– Nadie. – responde Harry – siempre se están escapando ¿cierto Neville? – dijo mirando al chico.

– Yo digo que ese sapo me odia. – contestó el chico Longbottom.

– Un par de guates de piel de dragón. – se vuelve hacia Hagrid otra vez – Hagrid, ¿se refiere a un dragón de verdad?

– Ay, en serio me gustaría un dragón. – dijo Kol usando la voz que utiliza en sus hermanos cuando quiere algo.

– No, Kol. – le responde Elijah – no tendrás un dragón.

– Si quieres te podemos llevar a una reserva de dragones para que los veas. – ofreció Blaise, ganándose una rápida mirada de sus dos mejores amigos y del vampiro – ¿Qué? – pregunta a sus amigos – Hemos ido varias veces, una más no hará daño.

– Ese niño me agrada. – dijo Kol asintiendo.

– Charlie, ¿crees que puedas pedir permiso para que podamos ir? – dijo Adhara luego de soltar un suspiro al ver la mirada anhelante del vampiro.

– Creo que sí. – acordó el segundo hijo mayor de los Weasley.

– ¿Y él que tiene que ver? – preguntó el mayor de los Salvatore.

– Mi hermano es domador de dragones. – responde Ron.

– ¡Oh, tú eres mi nuevo mejor amigo!  – dijo Kol abrazando a Charlie que sonrió ante otro amante de los dragones.

– Bueno, no se refiere a un pingüino, ¿verdad? Je. Caramba, me gustaría un dragón.

– ¿Quieres un dragón?

– Yo también quiero uno. – volvió a mencionar Kol.

– Cállate. – dijeron sus hermanos.

– Bestias muy incomprendidas, Harry. Muy incomprendidas. – De repente mira a una mujer y luego asiente. La mujer vuelve a leer su periódico.

– Es cierto. – dijo Charlie – Son muy incomprendidos.

– Y estoy seguro que no tienen nada que ver con que midan cerca de seis metros y pueden escupir fuego por la boca. – murmuró Ian sarcásticamente.

A continuación, Hagrid y Harry caminan por las calles. Harry continúa leyendo su lista de materiales hasta que mira a Hagrid con curiosidad.

– ¿Podremos encontrar todo esto en Londres?

– Si sabes dónde ir. – Hagrid le guiña un ojo.

– El Callejón Diagon. – gritaron los niños del mundo mágico.

– ¡Ay, la primera vez del cachorro en el callejón Diagon!  – chilló Sirius feliz.

Caminan hacia una tienda de la esquina, y a medida que se acercan, el letrero de arriba dice “El Caldero Chorreante” que aparece mágicamente. Entran al Caldero Chorreante. Había música y varios clientes hablando entre sí.

– Es genial. – los ojos del menor de los Mikaelson hombres, brillaron – debemos ir. – sus hermanos asintieron.

– ¡Ah, Hagrid! ¿Lo habitual?

La hija perdida de Klaus Mikaelson (Watching the movie HPxTOxTVD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora