Capítulo 10

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Después de alejarse de las mazmorras, los tres niños habían llegado a su destino, el gran comedor, aunque les costó ya que no conocían el castillo.

Al llegar a las puertas del comedor, se encontraron con toda su casa ahí, al parecer estaban esperado algo.

– ¿Por qué todos estaban fuera del comedor, en vez de entrar y empezar a desayunar? – preguntó Elena.

– Ya verás. – respondió una Slytherin de quinto.

– ¿Por qué no han entrado aún? – le preguntó la Campbell a Pucey.

– Le estábamos esperando, mi reina. – respondió el chico.

– Lamento haber demorado. – dijo la chica – El profesor Snape nos detuvo para entregarme un anillo. – dijo mostrando dicho anillo.

– Oh, el anillo de la reina. – dijo Gemma y los murmullos empezaron.

– Mejor entremos para poder desayunar. – habló el Nott.

La escena cambia para mostrar el panorama dentro del comedor.

El sol apenas comienza a asomarse por las ventanas del Gran Comedor, iluminando las largas mesas de madera. Los estudiantes de otras casas se sientan dispersos, charlando animadamente. Sin embargo, la atmósfera cambia cuando las puertas del comedor se abren de golpe y la casa de Slytherin entra con una sincronización perfecta.

– ¡Mira como inspira a su casa! – dijo una Ravenclaw de primero con entusiasmo – Eso es liderazgo.

– Sí, pero también puede ser un poco… intimidante, ¿no? – respondió un Hufflepuff de primero. 

Al frente, Adhara avanza con gracia, su mirada segura recorriendo el lugar. Mientras camina hacia la mesa, su mirada se cruza con la de Harry, que se encontraba en la mesa de Gryffindor. Él la observaba con curiosidad y sorpresa. Sin dudarlo, Adhara le guiña un ojo con una sonrisa traviesa, provocando un leve sonrojo en el rostro de Harry, quien rápidamente debía la mirada, sintiendo el peso de las miradas de sus compañeros. 

–  A la niña le gusta sonrojar al cachorro. – se rio Sirius.

– Oh, no sabes nada. – le responde Lupin – Cuando veas tercer año te vas a morir.

Los demás Slytherin ajenos a este intercambio, siguen a Adhara dirigiéndose a su mesa con confianza. Se sientan, y ella ocupa la cabecera, flanqueada por Blaise y Theo. Los de séptimo año, con miradas desafiantes, se sientan con orgullo, mientras los de sexto año se agrupan a su alrededor, ansiosos por estar cerca de su líder.
Los de quinto año, un poco mas ajenos, observan con atención a los más jóvenes, que observaban todo con curiosidad. Los de segundo y tercer año, más experimentados, la observan con una mezcla de curiosidad y aprobación, mientras los de cuarto año intercambian miradas cómplices. 

– Me gusta su estilo. – asintió Damon. – Parece lista para conquistar el mundo

– Oh, eso sí es liderazgo. – felicita Ojo loco Moddy – Si estudiara la carrera de auror, estoy seguro que seria el jefe del departamento. – dijo con aceptación.

– Si no es auror, estoy segura que sería ministra. – agrega Amelia, asuntando al ministro.

– Merlín sabe que necesitamos a alguien competente como ministro. – dijo Lady Longbottom – No al payaso que tenemos ahora.

Cornelius Fudge que estaba cerca de ellos, escuchó la conversación, y se ofendió por lo dicho por la matriarca Longbottom.

Todos los profesores se quedaron mudos observando asombrados a las serpientes. Severus estaba serio, pero sus ojos demostraban orgullo. Albus estaba serio, analizando a la chica de primer año que lideraba a las serpientes… esa actitud de la chica le recordaba a un viejo estudiante que tuvo…

La hija perdida de Klaus Mikaelson (Watching the movie HPxTOxTVD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora