Capítulo 2

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2024

—¡Anaííís!— me llama de nuevo Noah.— ¡Vamos a llegar tarde y nos vamos a perder el vuelo!

—¡Cinco minutos! ¡Solo pido cinco minutos!— le grito, ya estresada de tanta prisa. Respirando profundamente, me vuelvo a acercar al espejo y vuelvo a extender la máscara de pestañas por ellas.

Acabo de maquillarme y guardo todo en mi estuche, para luego guardarlo en mi bolso. Me peino ligeramente el flequillo con los dedos y salgo del baño hacia la entrada de la casa, donde ya me esperaba Noah con nuestras maletas alrededor de él.

—Ya está, ya estoy lista— digo con tono enfadado, cogiendo mi maleta y llevándola al ascensor.

—Vale— escupe con el mismo tono que me había hablado a él.

—Oye... Lo siento, no quería contestarte mal— le digo arrepentida, acercándome a él y abrazándolo, dándole un beso en los labios.— Es solo que estoy un poco estresada por no tener tiempo casi ni para respirar... Lo siento mucho, amor.

—No te preocupes, te entiendo— me contesta, devolviéndome el abrazo y besando mi cabeza.— Pero va a ser mejor que nos vayamos ya, porque tan solo faltan dos horas para que nuestro vuelo salga y todavía tenemos que llegar al aeropuerto.

—Tienes razón, vamos...— contesto, separándome del abrazo y metiéndome en el ascensor junto con él y las maletas.

Bajamos en el ascensor hasta la planta baja, salimos del edificio y nos fuimos a por un taxi, el cual nos llevó al aeropuerto.

Después de pagar al taxista, nos bajamos del coche y nos fuimos casi corriendo hacia dentro del aeropuerto, porque tan solo faltaba una hora y media para que despegara nuestro vuelo.

Por suerte, todas las cosas salieron bien (de pura potra) y, después de tres cuartos de hora, ya estábamos entrando al avión que nos llevaría a Suecia.

—¿Nerviosa?— me pregunta, cogiéndome de la mano y dándome un beso en ella.

—Un poco...— contesto, respirando profundamente.

—Pues estate tranquila. Tú hermana y yo, vamos a estar ahí contigo para lo que quieras... Te quiero.

—Joost también va a estar ahí.

—Es verdad, Joost también va a estar ahí...— contesta con cansancio, suspirando y echando la cabeza para atrás.

—Oye... ¿Te molesta que yo vaya a ir con él y los demás a la greenroom? Me da pena dejarte solo...

—Tranquila, no importa, entiendo que es tu mejor amigo y prefieras estar con él antes que conmigo...— me contesta entre susurros, recalcando "mejor amigo", y con una cara tan dulce que ya me dejaba ver bien claro que estaba enfadado por ello.

Me pareció tan egoísta esto, que ni me molesté en contestarle. Solamente asentí y miré para el respaldo del asiento que tenía enfrente.

No dejaba de comportarse como un niño pequeño cada vez que mencionaba a Joost o estaba con él. Tenía unos celos insanos con todo lo relacionado a él y conmigo. Es como si le molestara que existiera... que fuéramos amigos.

Esto ya me lo había dejado claro desde el minuto cero de nuestra relación (incluso antes de ella) y no paraba de ir a más a medida que pasaban los días.

Al principio le molestaba pequeños detalles de Joost: su forma de actuar, sus pequeños detalles conmigo, la libertad que tenía en mi casa... Luego ya no le gustaron ciertas cosas relacionadas a nuestra amistad: no le gustaba que nos recibiéramos y despidiéramos con un abrazo o con un ligero beso (totalmente sin segundas intenciones), que quedáramos los dos solos, que grabara vídeos con él para mi canal... Y por último le está molestando que nos apoyemos mutuamente: yo yendo a Suecia para estar con él y Joost estando conmigo en todos los programas que grabo para la televisión nacional o vídeos que grabo para mi canal.

Vrienden || Joost Klein ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora