Capítulo 3

835 63 28
                                    

La alarma del móvil comienza a sonar, dejándonos saber que ya eran las ocho y media de la mañana.

—Buenos días...— le digo a Noah, el cual ya se estaba estirando.

—Buenos días, amor— me contesta él, para luego levantarse mínimamente y darme un beso en la frente.— Hay que levantarse...

—Es verdad— digo, levantándome y sentándome en el borde de la cama.

Todavía medio dormida, me levanto de la cama y voy al baño. Después de hacer mis necesidades, abro el grifo de la ducha y me meto en ella.

Estaba mojándome el pelo, cuando siento que la mampara se abre y Noah, por lógica, entra adentro.

—¿Te importa que me una?— me pregunta.

—No, así es mejor— contesto con una sonrisa, saliendo de debajo de la alcachofa para que él también se pudiera mojar.

Ambos nos duchamos y salimos a los veinte minutos. Con el pelo seco gracias a darle antes con el secador, salgo del baño, con la toalla puesta, y voy hasta la maleta.

Remuevo mi ropa hasta encontrar un conjunto medio decente y me lo pongo: una camiseta blanca simple que había convertido en un top gracias a unas tijeras, un pantalón vaquero negro y unas merceditas de plataforma de Dr.Martens, acompañadas de unos calcetines blancos que casi me llegaban a la rodilla. Como hacía un poco de frío, me puse de nuevo la cazadora de ayer para finalizar mi atuendo.

—Que guapa— me dice Noah, abrazándome por la espalda y apoyando su cabeza en mi hombro, mientras que yo estaba revisando que mi cámara tuviera todo en orden.

—Tú también vas muy guapo— le digo con una sonrisa, dándole un beso en la mejilla. Él llevaba puesto una camiseta blanca, junto con unos vaqueros y una americana de cuero.—¿Hoy vas a estar con mi hermana o qué vas a hacer?

—Ayer acordé con ella de quedarnos donde la rueda de prensa para así tener asientos fijos— me contesta.

—Bien, ¿Me guardas a mí uno? No voy a subir con ellos a hacer la entrevista, así que estaría bien tener un buen asiento para las fotos.

—Ten por seguro que te voy a dejar el mejor asiento— dice él con una sonrisa, ganándose un beso en los labios por mi parte.

Nuestros labios seguían unidos en un lento beso, cuando escuchamos a alguien llamar a la puerta.

—Ya están ahí los chicos— comento, dándole un pico en los labios y separándome. Voy hasta la puerta y la abro, dejándome ver solo a Joost.— Buenos días.

—Buenos días— dice él con una sonrisa, la cual hizo que se me despertaran las famosas mariposas en el estómago.—¿Estás muy ocupada?

—No, ¿Qué necesitas?

—¿Tienes aguja e hilo? Es que...— se saca la americana negra que llevaba y me enseña un agujero bastante grande que tenía esta en la espalda— se me ha roto.

—No ya, ya veo— digo asombrada.— ¿Qué cojones hiciste?— cojo la chaqueta y la elevo un poco.— ¡Es del tamaño de mi cabeza el agujero!

—Es que... Resulta que...— dice con la cabeza agachada e intentando encontrar las palabras adecuadas.— Appie y yo estábamos haciendo el tonto y... se rompió.

—Pero haciendo el tonto no se te puede romper de tal forma... ¿Qué estábais haciendo?

—Estábamos imitando a unos musculitos que salían por la televisión haciendo poses y se me rompió al hacer una— dice él. En cuanto levanto la vista y nuestros ojos se encontraron, instantáneamente nos comenzamos a reír los dos.

Vrienden || Joost Klein ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora