Vrienden || Joost Klein ||

Capítulo 14

-¿Así bien?- le pregunto a Appie, enseñándole cómo iba vestida tras salir del baño.

Había optado por ponerme un top verde y amarillo, en cual imitaba el pecho de una mujer, por encima de una camiseta larga del color blanco, con un pantalón holgado y unas deportivas blancas, junto con unos accesorios. En el pelo, como no me apetecía llevarlo suelto, decidí hacerme dos moños y sujetarlos con los palillos

-Perfecta- me dice él con una sonrisa. - ¿Nos vamos?

-Sí, pero primero pasamos por mi hermana y Elliot- le contesto, cogiendo mi bolso y poniéndomelo al hombro.

Los dos salimos de la habitación y nos fuimos hacia la de mi hermana, a la cual llegamos en muy poco y, cuando llamamos a la puerta, ya estaban preparados, así que nos pudimos ir al momento.

Los cuatro nos metimos en un taxi y nos fuimos hacia donde le indico Appie al conductor.

-¿Dónde está eso?- me pregunta Elliot entre susurros.

-No tengo ni la menor idea- le contesto, encogiéndome de hombros, provocándole una risilla.

En menos de lo que me creía llegamos al local. Nos bajamos del taxi y entramos en él, encontrándonos ya con algunos de los participantes. Yo, con una sonrisa, saludé a todos los que conocía.

-Mirar, están allí- nos dice Appie, señalando un grupo. Afino más la vista y ya pude distinguir a nuestros amigos, a los bailarines y a la delegación holandesa que nos acompaña.-¡Chicos!

En cuanto él gritó, nuestro grupo (al igual que algunas cuantas más personas debido a la escasa discreción de Appie) nos miró.

Cuando llegamos allí, todos nos saludamos con abrazos y apretones de manos. Después de abrazar a Martijn, no me imaginé que Joost me esperara para darme un abrazo.

Yo, dejando a un lado que aún teníamos que hablar bien hablado, le dí un abrazo.

Él me rodeó la cintura y me apretó contra su cuerpo, para después decirme al oído:

-Espero que puedas perdonar a este idiota por lo de antes- me dice entre susurros.

Todos los sentimientos que antes tenía de rabia y enfado hacia Joost por no querer enfrentarse al problema se habían esfumado, y respondí inmediatamente:

-Ya lo iba a hacer sin que me lo dijeras- le respondo en el mismo tono. A modo de cariño, le doy un beso en la mejilla y cuando veo que le queda marca de mi pintalabios en ella, se lo intento borrar, pero él me lo impide.- ¿No quieres que te lo quite?

-No, me gusta este color, es bonito- me contesta con una sonrisa. Cuando estuvimos separados, los ojos de mi hermana se cruzaron con los líos y, al ver su sonrisa ladeada, se me escapó a mí una.- Y... ¿Dónde está el otro?

-Me dijo que iba a venir a las nueve o por ahí- le contesto.- Su amiga tarda mucho en prepararse, así que me dijo que iban a tardar un poco.

-Pues qué tardona- dice él, con cara de desagrado, sacándome una carcajada a mí y luego otra a él.

Estuvimos hablando durante un tiempo hasta que mi novio apareció.

-Hola, amor- me saluda con una sonrisa, rodeándome la cintura y levantándome ligeramente del suelo, para luego darme un beso en los labios.

-Hola a ti también, cariño- digo con una sonrisa de incomodidad, al no esperar... aquello.- ¿A qué viene ese abrazo tan efusivo?

-Solo me apetecía darle un abrazo a mi novia, ¿Acaso a alguien le parece mal?- dice él, recalcando el "mi". Antes de que él siguiera hablando, pude llegar a escuchar a Joost soltar una risilla para luego decir un pequeño "sí". Yo sonreí un poco, pero de inmediato me centré en la conversación con mi pareja.- ¿Tardé mucho?