POV VICTORIA
Sonreí, ella no quería que me fuera. La apreté más contra mi pecho.
— Tu hermana ahora vendrá a ver qué me pasó, lo sé.
— No me importa mi hermana ahora mismo.
— Sabes que pronto tendrás que arreglar todos tus problemas con ella, rubia.
— No hablemos de ella, me enferma. ¿Todavía cantas, Vicky?
— Sí, incluso he escrito bastantes canciones. — Ella sonrió.
— ¿En serio? ¿Me las podrías mostrar algún día? - Dijo emocionada. Si supiera que las escribo para ella...
— Claro que sí. — Dije dudosa.
— ¿Samantha? - Dijo Verónica desde afuera.
— Espera, yo reservo esto. — Me separé ella y fui a abrir la puerta.
— ¿Qué mierda estás haciendo aquí, Vicky? Oh, Samantha, ¿Ahora es una rutina meter a todo el mundo de tu habitación? - Dijo mirándola. No voy a dejar que le hable así.
— Allá abajo estabas diciéndolo muy imbécil que has sido con ella. ¡Y mira! Lo sigues siendo. ¿Cómo le puedes hablar así? Controlar tus malditos impulsos, Verónica. — Ella bajó la mirada y le pegó a la pared antes de salir y cerrar la puerta en portazo.
— Ella tiene que aprender a controlarse. — Dije mientras me sentaba a su lado.
— Supongo... — La abracé.
— Nada de lo que dice es verdad. — Dije dándole un beso a la cabeza.
— Gracias, Vicky.
— ¿Por qué?
— Por escucharme y comprenderme.
— Siempre que necesites a alguien, puedes buscarme. — Ella sonríe. Verla sonriendo me hace sentir tan completa.
POV SAMANTHA
Después de que Vicky se fue, lo primero que hice fue llamar a Rocío y contarle. Ella no dejó de decir lo linda que había sido conmigo y yo estaba de acuerdo con eso.
Me bañé y me cambié para dirigirme a la escuela. ¡Quería verla! Sí, eso quería. Ignoré mi hermana por completo que me llamó varias veces desde la cocina y empecé mi camino hacia la escuela. Minutos después llegué y me acerqué a mi amiga que estaba en la salida esperándome.
—Amiga, ¡Hoy saldré con Félix! - Dijo abrazándome feliz.
— Sí, ya lo sé. Ayer me lo dijiste como, ¿Mil veces? - Dije riendo.
Entramos a la escuela y empezamos a guardar nuestros libros. Los pasillos estaban llenos, como todos los días. Unos se besaban, otros hablaban y otros estudiaban.
A lo lejos pude ver a un chico alto, cabello rizado negro y ojos oscuros que me pareció muy conocido.
— ¿Ese no es Iván? - Dijo mi amiga mirándolo. ¡Como olvidarlo! Iván, uno de los enemigos más grandes de mi hermana y sus amigos. El año pasado se había ido a Argentina con su madre, pero al parecer volvió y se quedará. Solo espero que no tengan problemas como alguna vez lo tuvieron. En especial Vicky, que a veces puede ser muy agresiva.
Hablando de Vicky, venía caminando e ignoro a Iván y todas las personas que tenía a su al rededor, siguió caminando y me miro. Sonrió y se acercó a mí.
—Buenos días, linda.
— Buenos días, Vicky – Dije sonriendo. Ya me imagino como estarían mis mejillas de rojas.
— Ay mi amiga. No puedes estar más enamorada.
— ¡Mira quién habla! - Dije riendo.
Pronto sonó el timbre. Hora de empezar las clases.
Después de varias horas de aburridas e infernales clases, ya nos encontrábamos en la hora del almuerzo. Estaba sentada en una mesa con Roció mientras miraba a Vicky y ella una que otra vez me regalaba una sonrisa, yo se la devolvía. Aunque Israel estaba con ella a su lado. Pero no debería hacerme ilusiones, yo para ella solo soy la hermana de su mejor amiga. Nada más.
Iván entró con unas cuentas chicas a su lado, todos se fijaron en él.
—Todas parecen idiotas detrás de él. — Dijo Roció mientras comía.
— Lo sé. Espérame, botaré esto. — Cogí mi bandeja y me levanté. Cuando la bote, sentí una mano en mi hombro y volteé.
— Samantha, sigues siendo la misma chica hermosa de siempre. — Dijo Iván sonriéndome.
Nota de autor:
Tiempo sin leernos en esta historia, creo que me concentré demasiado en eyes to eyes y me olvide un poco de esta tratare de actualizarla mas seguido.
- Ymiko_GG
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YOU'RE MINE (Rivers x young miko)
General FictionSamantha Rivera y María Victoria Arellano. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. María Vi...