POV SAMANTHA
Me congelé al verlos ahí. Todos, pero todos, se quedaron viéndome. Laura, Mari, mi hermana y Vicky.
—Pequeña ¿Dónde estabas? – Dijo mi hermana. Yo todavía tenía mi mano entrelazada con de Félix.
— Primero, que te importa. Y segundo ¿Cuántas veces te he dicho que de que me dejes de llamar así? - Dije y empecé a subir las escaleras con Félix.
Entramos a mi habitación y empecé a buscar el cd.
—¿No fuiste algo dura con tu hermana? - Dijo Félix, sonriéndome.
— Mi hermana, ¿la que me deja en la escuela porque tiene cosas más importantes que hacer con sus amigos y me toca irme caminando sola casa? ¿La que trae chicas y chicos a la casa para coger y tengo que escuchar sus gritos? ¿La que toma en cuenta a todos menos a mí? ¿La que me habla solo para pedirme favores? No, no lo creo.
— Ojalá tuviera una hermana como tú - Sonríe.
— Mi hermana es buena chica... Solo que se comporta como una imbécil. Al igual que sus amigos.
— Cuando estés en situaciones incómodas de escuchar gritos - Empieza a reír y yo lo aniquilo con mi mirada - Deberías llamarme y hacemos cualquier cosa como ir al cine o a comer. Lo que sea.
— ¿Dónde has estado? ¡Siempre he necesitado eso! - dije y él empezó a reír. Encontré el CD de simple plan y se lo entregué.
— Samanta, definitivamente eres un ángel - Dijo bromeando.
— Lo sé Félix, lo sé.
— Ya me tengo que ir, mis padres deben estar preocupados.
— Aw, pero si eres todo un chico consentido de papis - Dije riendo.
— Estoy seguro de que tú también lo eres - Mi sonrisa se esfumó. Maldita sea, sí que había dado a mi punto débil. Pero no lo culpo, él no sabía nada de eso. Me alejé de él y me senté en mi cama.
— Era... — dije a lo que le entendió y se sentó a mi lado.
— Lo siento mucho, Samantha... Yo no tenía idea - Digo y me abrazo. Yo le respondí el abrazo enseguida.
— No te preocupes, no es tu culpa.
— ¿Solo viven aquí tu hermana y tú?
— No, vivimos con mi madre, pero ella casi nunca está en casa. Es doctora, ya sabes cómo es...
— Me imagino las fiestas que hará tu hermana.
— No tienes idea. Es horrible.
Luego de un poco más acompañé a Félix hasta la puerta, ellos seguían ahí. Solo los ignoré y le di un beso en la mejilla a Félix despidiéndome, no sin antes darle mi número. Iba a subir las escaleras cuando mi hermana me llamó. Mierda ¿Ahora qué quería?
— ¿Qué quieres Verónica? - Dije seca. —
— ¿Me puedes explicar quién mierda era ese y por qué subió a tu habitación? - Dijo en un tono de voz que me molestó muchísimo, así que decidí jugar con ella.
— ¿Yo no puedo tener una noche de diversión como las tuyas, hermanita?
Verónica se levantó el sillón con rabia y me cogió la muñeca con fuerza.
—¿QUÉ MIERDA ACABAS DE DECIR? - Intente soltarme, pero ella era mucho más fuerte que yo.
— Déjala Verónica - Dijo Vicky, empujándola con fuerza.
— ¿Qué te pasa, Vic? ¿La vas a defender ahora? - Dijo Verónica acercándose a ella.
— Está más que claro que Samanta solo estaba bromeando - Dijo sería.
— Espero que solo haya sido una broma - Dijo acercándose a mí - O juro que...
— ¿Qué Verónica? ¿Qué me vas a hacer? - Dije acercándome peligrosamente a ella y mirándola fijamente.
— Voy a decirle a mamá que su hija es una... — La abofeteé con todas mis fuerzas. Sí lo hice. ¿Quién se cree para hablarme así? Las lágrimas no tardaron en aparecer, odio ser tan débil. Lo odio.
Vicky me agarró el brazo y me llevó afuera. Yo solo me dejé llevar, estaba llorando como una estúpida ¿Qué le pasa a Verónica? ¿Por qué es así? Solo miraba abajo mientras las lágrimas venían.
Si hubiera sido otro momento estaría feliz de estar caminando de la mano con Vicky. Pero no, eso era lo último que podía pensar. Vicky y yo nos sentamos en una banca, no era capaz de mirarla. No era capaz de decir nada.
—Tu hermana fue una imbécil – Dijo y se acercó a mí – Ven pequeña... — Vicky, ¿Me estaba abrazando? ¿Y me llamó pequeña? Solo quería olvidarme de todo. Me escondí en su pecho mientras lloraba - Tu hermana no le dijo en verdad. Solo fue un impulso - Dijo mientras sobaba mi cabello.
— Yo no sé ni en qué creer - Dije alejándome - Simplemente todo es tan confuso ahora.
— ¿Por qué?
— A veces extraño como eran las cosas antes.
— Nada nunca será como antes. Pero puedes hacer un mejor presente – Dijo sonriéndome. Amaba ese lado de Vicky.
— Pues deberías decirme cómo - Dije sonriendo.
— Puedes empezar por eso. Sonreír. Te ves mucho más hermosa cuando lo haces.
— ¿Quién eres y qué hiciste con Vicky? - Dije y ella se empezó a reír.
— Te extrañaba - Dijo, así, sin más.
Nota de autor:
¿Qué tal su semana? ¿Si descansaron?
Yo si la verdad.
- Ymiko_GG
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YOU'RE MINE (Rivers x young miko)
Ficción GeneralSamantha Rivera y María Victoria Arellano. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. María Vi...