POV SAMANTHA
¿Alguna vez has querido escapar? ¿Dejar todo atrás y simplemente irte, a un lugar donde nadie sepa tu nombre, donde poder empezar de nuevo? Eso era lo único en lo que yo podía pensar. Lo que deseaba y anhelaba más que nada ni nadie, pero solo era una niña dependiente que le faltaban dos años para cumplir la mayoría de edad.
Mi nombre es Samantha Rivera, pero mis amigos solían llamarme Rivers. Sí solían... Desde la muerte de mi padre, me alejé de todos ellos, la única que se quedó a mi lado fue Rocío, mi mejor amiga.
Vivo con mi hermana y mi madre, mi madre casi nunca está en casa por asuntos de trabajo o eso dice, mi hermana se llama Verónica, dos años mayor que yo. Es una chica hermosa de último año y todos los chicos y chicas de la escuela mueren por ella, si supieran lo irritable que puedes llegar a ser a veces, no lo harían.
Ella es una de esas personas que más quiero en el mundo, así ya no seamos tan unidas como antes. Ella es popular, querida... Luego estoy yo su hermana pequeña, pues así me conocen en la escuela ¨ la hermana pequeña de Verónica¨ a veces alguna chica se me acercaba para preguntarme a dónde irían Verónica y sus mejores amigos el fin de semana. Sí, Verónica y sus amigas son inseparables, Victoria, Mari y Laura.
Posiblemente, los más deseados de la escuela, las chicas que siempre están metidos en mi casa. Son buenas chicas, antes también éramos unidos y solían llamarme ¨enana¨ al igual que mi hermana. Les tengo mucho cariño, pero luego está ella Victoria.
La chica que siempre he querido. La chica más hermosa del planeta, con la que he soñado miles de veces, con sus hermosos ojos azules y su hermoso cabello plateado. Ella es tan especial, pero nunca se fijaría en mí. Hasta las universitarias mueren por ella.
Cada vez que está en casa con mi hermana, habla de cuántas se lleva la cama. Es desagradable escucharlas, hablar así, claro, cuando éramos más unidas nunca nombraban nada de eso en mi presencia. Por eso siempre que vienen estoy encerrada en mi cuarto con la música a tope.
Victoria es la persona que jamás sale de mi cabeza, aparte de mi papá claro. Y es que recuerdo perfectamente ese 16 de abril, cuando yo tenía solo trece años y estaba sola en casa, ella llegó y...
- ¡Vicky! ¿Qué haces aquí? ¿Sabes la hora que es? Mi hermana no está... - Dije mirándola fijamente. Estaba toda mojada debido a la lluvia, se veía hermosa así.
- No vengo a ver a tu hermana, vengo a verte a ti - dijo acercándose a mí.
- S-sí - Dije, mi corazón, latía, con tanta fuerza que se podía salir en cualquier momento.
Ella se acercó a mí lo suficiente como para sentir su respiración, cada vez se acercaba más... maldita sea, como deseaba esto. Estaba feliz, muy feliz. Ella iba a besarme, ella... y me besó.
Sus labios eran tan suaves y podría jurar que nuestras lenguas encajaban perfectamente. No podía explicar lo que sentía en ese momento, nunca había estado tan feliz. Pronto nos alejamos y juntamos nuestras frentes mirándonos. Ella sonreía al igual que yo.
-Eres hermosa, rubia.
Sí, eso fue hace 3 años y lo recordaba perfectamente. Probablemente, ella no, no sé si significó algo para ella, pero para mí sí y mucho. Días después de ese beso, pasó el accidente de mi padre y simplemente me alejé de todos.
Recuerdo las veces que ya vino a abrazarme, a estar contigo, que fueron las mismas veces donde le grité que me dejara sola, que no la quería ver, que no quería ver a nadie. Y me convertí en esa chica depresiva y callada.
Años después, todos parecieron superarlo menos yo. Necesitaba a mi padre, lo necesitaba más que nada. Ojalá pudiera atrasar el tiempo y nunca lo hubiera dejado salir ese día, pero pasó y no importa cuántas veces grite, llore o pataleé que lo quiero aquí conmigo, no pasará.
Nota de autor:
Primer capítulo de You're mine. Es una adaptación también se le conoce como "Eres mía, rubia" Solo que yo me creo bilingüe.
Espero que está historia les guste<3
- Ymiko_GG
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YOU'RE MINE (Rivers x young miko)
General FictionSamantha Rivera y María Victoria Arellano. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. María Vi...