Narra Cristian
El 9 de septiembre había llegado, y casi todos los estudiantes se encontraban en el colegio, listos para dar inicio a un nuevo capítulo del año escolar. Nos hallábamos reunidos en el patio cuando el director, desde su oficina, lanzó la orden que resonó en todos nosotros.
—¡Diríjanse inmediatamente al área de teatro!
Tiempo después.
—¡Atención, estudiantes! Tomen sus asientos, por favor! —se oyó su voz clara y firme desde la sala de sonido—. ¡Muy buenos días, queridos estudiantes! Es un verdadero placer dar la bienvenida este año a tantos nuevos rostros en nuestra escuela. Como pueden observar, cada asiento cuenta con una S (de salón) y un número en la parte trasera. Esto significa que todos aquellos que compartan el mismo número están en la misma clase.
—¡Disculpen la interrupción! ¿Es verdad que el año pasado se produjeron 8 homicidios? Soy yo, el estudiante Marcos, por cierto, me presento
—Sí, da igual, sigamos. Los murmullos que circulan son verdad, pero no hay motivo para inquietarse; aquí están a salvo.
—Si no tienen nada que esconder, ¿por qué permanece cerrado el dormitorio #170?
—Es solo cuestión de renovaciones.
Una vez que el director concluyó su discurso, nos indicó que nos dirigiéramos a nuestras respectivas aulas. En el corazón del edificio, se encontraban 60 salones, cada uno lleno de energía con sus 10 estudiantes.
Mientras Liety y yo ascendíamos por las escaleras, noté de repente a una compañera apoyando su mano derecha contra la pared, como si buscara apoyo o tal vez una chispa de inspiración en la superficie fría.
Me paralicé un instante para admirarla, y en ese momento mi mejor amiga me llamó. La chica, al oírla, retiró su mano al instante.
Salí disparado, apresurándome lo más que pude, aunque tenía la sensación de que ella me había visto.—¿Qué estabas haciendo? —inquirió Liety con una chispa de curiosidad.
—Nada, solo me tomé un segundo para ajustar mis zapatillas.—Ah, vale. El salón ya está a la vuelta de la esquina, así que acelera el paso.
Tras unos momentos, llegamos y allí estaban mis compañeros de habitación, junto a una chica sumamente encantadora.
—Hola Cristian, ¿no vas a presentarnos a tu amiga?— preguntó Marcos con curiosidad.
—Creo que es mejor esperar a que estemos todos y luego haremos las presentaciones — respondí.
Diez minutos después, llegaron los demás; solo faltaba una persona.
—Ahora sí, ¡a presentarnos! —exclamó Marcos con entusiasmo.
—Pero espera, falta alguien, —señalé al puesto vacío.
—No puedo quedarme aquí esperando eternamente.
—Como tú digas.
Siempre supe que Marcos tenía una inclinación a ser un poco pesado.
—Hola chicas, soy Marcos Fidel y les advierto que estoy soltero— dijo con un guiño.
—Ni lo sueñes, — respondió una de las chicas con un tono provocador.
—Yo soy Miguel Alejandro.
—Yo me llamo Liety.
—Un placer conocerte, Liety
—proclamó Miguel entre carcajadas.—Si no deseas que te dé un buen sopapo, mejor guárdate esos comentarios, —bromeó ella sonriendo.
Mi mejor amiga, furiosa, sostiene su punto con vehemencia.
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Escuela Sangrienta [ En remodelación ]
Misterio / SuspensoEn una de las más renombradas instituciones educativas de Nueva Jersey, un intrépido grupo de amigos se lanza a vivir aventuras inesperadas, siempre listos para adentrarse en el mundo de lo absurdo. Al cruzar el umbral de un área considerada tabú, n...